Bilbao. Las obras de remodelación del campo de fútbol de Aitxarte, en el barrio bilbaino de La Peña, han sacado a la luz suelos contaminados en esta parcela. El hallazgo de metales pesados, disolventes, pesticidas y aceites en lo que fue una antigua escombrera retrasará al menos un año la reconstrucción de estas instalaciones deportivas que, según confirmó ayer el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, seguirá adelante. "Dejaremos un campo de fútbol primoroso y nuevo", aseguró.

Los primeros indicios de contaminación se detectaron en junio, cuando se iniciaron los trabajos para analizar la calidad del suelo. "Se empezó con un estudio pequeño, pero al ver la posibilidad de que estuvieran contaminadas más porciones de terreno se ha hecho un estudio como se debe hacer", relató ayer el alcalde, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por Jon Sustatxa, concejal de Empleo, Juventud y Deportes, y presidente de Bilbao Kirolak.

Hasta el momento se han realizado 23 sondeos en la parcela, de los que se han extraído y analizado 121 muestras. En total se han detectado elementos contaminantes en concentraciones moderadas en 13 catas y en concentraciones fuertes en otras cinco. La mayoría se han obtenido en la mitad norte de la parcela, sobre todo en la esquina noroeste, y a gran profundidad, incluso a 13 metros.

Según explicó Azkuna, entre los componentes hallados "hay de todo", sobre todo metales pesados, disolventes, pesticidas y aceites, consecuencia del pasado de este terreno como posible escombrera. El terreno se usó, además, como depósito de los vehículos destrozados en las inundaciones de 1983.

El alcalde destacó que el Ayuntamiento, que compró el terreno a la Federación Española de Fútbol por más de 72.000 euros, desconocía que fuera "potencialmente contaminante", aunque insistió en que se limpiará la zona ya que "ahora existe una sensibilidad medioambiental de la que la época industrial salvaje carecía". Azkuna quiso aclarar que la contaminación existente "no es un gas mostaza, que lo inhalas y te envenenas" aunque "está ahí y nosotros como institución pública tenemos la obligación de limpiar lo que otros han dejado. Nos va a costar más tiempo y dinero, pero merece la pena", afirmó, rotundo. La parcela está ahora vallada y únicamente se permite el paso a personal autorizado. Los trabajos de investigación y descontaminación durarán más de un año, tiempo en el que estarán paralizadas las obras, cuya finalización estaba prevista para finales de 2010.

La descontaminación incrementará "bastante" el coste, en un principio de 1,7 millones de euros. El Ayuntamiento buscará fórmulas de colaboración para financiar la limpieza con las administraciones competentes, incluyendo la posible concesión de ayudas públicas. También se impulsarán actuaciones "para identificar y trasladar los costes de recuperación al causante directo" de la contaminación.