El Surne Bilbao Basket encontró este martes en Brno las dosis de autoestima, tranquilidad y confianza que necesitaba tras encajar la pasada semana, ante Peristeri y Joventut, dos directos al mentón que hicieron mucho daño a un proyecto aún en fase de construcción. Antes de afrontar el choque importante de la presente semana, que será el que tendrá como rival el domingo en Miribilla al Morabanc Andorra, los hombres de negro restañaron sus heridas, al menos las más superficiales, con una exhibición de robos, carreras y mates que les llevaron a arrollar a un Basket Brno cuyo brío inicial acabó totalmente sepultado por la actitud seria y contundente del conjunto vizcaino, que desde la intensidad defensiva gobernó el choque a su absoluto antojo.
Necesitaban los de Jaume Ponsarnau un duelo así, sin zozobras y sintiéndose dictatoriales, para empezar a reponer las grietas que los dos últimos compromisos habían provocado en su andamiaje y lo encontraron en tierras checas, hasta el punto de que acabaron cosechando la victoria más abultada de la historia de la entidad, un 51-105 que deja absoluta constancia de la tremenda diferencia de potenciales que se vio en cancha. Precisamente por esto último, este choque, y su resultado final, pasan por ser poco más que un entrenamiento de calidad que sirve sobre todo desde el punto de vista mental. La verdadera muestra de las capacidades del equipo debe ser refrendada contra rivales de similar rango, pero a nadie le amarga un dulce. Desde las victorias, sean las que sean, es mucho más sencillo y grato construir.
Actitud
Probablemente lo mejor de esta contienda desde el punto de vista de la escuadra vizcaina, sin el lesionado Justin Jaworski, fue la tremenda seriedad con la que se afrontó la cita de principio a fin, sin altibajos pese al monólogo sobre la pista. Desde un trabajo intachable en retaguardia, con infinidad de robos en primera línea defensiva y con su aro cerrado a cal y canto en las distancias cortas, los de Ponsarnau pudieron correr una y otra vez para desesperación del rival. Además, cuando hubo que jugar cinco contra cinco Tryggvi Hlinason (17 puntos, nueve rebotes y cuatro tapones) y Amar Sylla (nueve y siete, respectivamente) fueron absolutamente indefendibles, con un excelente servicio de catering a partir de los pases de Margiris Normantas (ocho asistencias), Harald Frey (cuatro) y sobre todo un sideral Melwin Pantzar que acabó el duelo con 15 puntos y 14 pases de canasta.
Pese a que las primeras y tímidas ventajas correspondieron a los anfitriones, que saltaron a cancha con la motivación y la efervescencia propias de los equipos que saben que no tienen nada que perder, el Surne Bilbao Basket pronto imprimió a la pugna la seriedad necesaria para impedir revueltas más profundas de lo deseable. Con un buen trabajo defensivo, y pese a algunos problemas a la hora de controlar el rebote defensivo, los de Ponsarnau solo necesitaron tres minutos para pasar a controlar el luminoso (5-7) y poco a poco fueron aumentando sus ventajas. Cinco puntos seguidos de Martin Krampelj, triples de Pantzar y Frey... Los hombres de negro cerraron el acto inaugural con un interesante 15-24 tras una canasta de Hlinason y lograron su primera renta de dobles dígitos tras un posterior mate del islandés.
Despegue
El Basket Brno, voluntarioso y con algún recurso individual interesante, se resistía a desconectarse de la pelea, pero los visitantes encontraron el agujero sideral de su defensa debajo del aro y lo explotaron con tres perfectas conexiones de sus exteriores para finalizaciones de Sylla (20-35). Intentaron reactivarse los de Martin Vanek a partir del juego uno contra uno de Ross Williams, pero se encontraron con un muro impenetrable debajo del aro con la figura de Hlinason y con una defensa exterior rival que amasó robos como si los regalaran para firmar una y otra vez canastas sin oposición al contraataque. ¿El resultado? Parcial de 0-12 y un imperial 26-51 en el ecuador de la contienda con dos figuras destacadísimas: Pantzar (10 puntos y ocho asistencias) y el poste islandés (9 puntos, cinco rebotes y dos tapones).
Sin mirar atrás
Tras la reanudación, el Surne Bilbao Basket no levantó el pie del acelerador. Pese a la gran diferencia que reflejaba ya el marcador, siguió protagonizando un trabajo defensivo intachable, amasando recuperaciones de balón a mansalva y activando el modo galope para conquistar puntos sencillos. Y cuando tenía que jugar en estático, las vías para encontrar al martillo pilón Hlinason eran tan variadas como eficaces. Bajo esa fórmula, las distancias en el luminoso no hicieron más que agrandarse hasta el brutal 30-71, momento en el que el conjunto vizcaino se permitió alguna pérdida de balón en sus intentos de jugar a velocidad de vértigo y conectar con sus interiores por encima del aro.
El 40-79 a diez minutos del final era incontestable y no dejó de crecer. Con casi tres minutos de juego para el canterano Bingen Errasti, los visitantes necesitaban sacar de dentro el daño sufrido la pasada semana y no soltaron a su presa hasta la bocina final.