Jaume Ponsarnau, entrenador del Surne Bilbao Basket, repite varias veces la palabra talento para refrendar su optimismo antes del arranque de una temporada en la que la exigencia y las expectativas serán altas.

Pensaba que iba a tener que hablar con otro entrenador del Surne Bilbao Basket porque su nombre ha sonado este verano para otros menesteres, como la selección española. 

Ah, bueno, realmente no ha habido nada. Estuve concentrado con la selección B y no hubo ningún otro tipo de contacto. Solo han sido rumores, pero que mi nombre haya aparecido como una opción me ha hecho ilusión.

Afronta, por tanto, su cuarta campaña en Bilbao. ¿Es su mayor reto que ha tenido hasta ahora?

Yo estoy muy bien aquí, puedo trabajar a gusto y puedo sentirme pleno como entrenador. Voy a trabajar para intentar seguir más tiempo. También soy consciente de que los ciclos se acaban, aunque trabajaré para que ese momento quede lejos.

“Soy consciente de que los ciclos se acaban, aunque trabajaré para que ese momento quede lejos y seguir más tiempo”

¿Siente que aún tiene que demostrar cosas en Bilbao?

En cada temporada hay un reto diferente, más en una realidad como la nuestra en la que en cada temporada hay tantos cambios en la plantilla. Además, jugadores que siguen cambian de rol y son parte del proyecto del club y todo eso supone un reto y también me ilusiona.

Contra el Baskonia, concluyó la pretemporada. ¿Cómo la califica?

Ha sido ilusionante porque se ha visto que tenemos talento y muchos recursos. Pero no ha sido todo lo sólida que querríamos por el Eurobasket, que nos ha afectado más que a muchos equipos, y por las lesiones, algunas como consecuencia del Eurobasket y otras no. No hemos cogido el ritmo como grupo, no hemos podido construir los roles y tampoco hemos podido trabajar la polivalencia y versatilidad que tiene el grupo. Ha sido un hándicap, pero veo más cosas positivas que negativas. La más positiva es que hay talento, que hemos dado un paso adelante en ese aspecto, pero ya se vio contra el Baskonia que el equipo tiene que madurar en cuanto sube la exigencia. 

¿Por ahí se explica que el equipo haya ido de más a menos en varios partidos?

Claro, contra el Baskonia fue el primer partido que Tryggvi (Hlinason) pudo jugar sin limitación de minutos. Pero al ritmo que queremos jugar, Tryggvi tiene un límite de minutos. Y fue el primer partido en que nos juntamos con once de los doce jugadores que van a estar en la plantilla. Y de estos once, Lazarevic también estaba limitado en minutos. Son muchas cosas que nos han puesto trabas y han impedido que se pueda ver el equipo que podemos ser. Esto se ha notado en parciales positivos y negativos y se trata de lograr esa madurez como equipo, que nos vayamos conociendo mejor para saber qué jugar en los buenos y en los malos momentos. 

Ha sido su pretemporada más atípica, por tanto.

Admito que las consecuencias de los torneos de selecciones nos han pillado con el paso cambiado, a mí el primero. Hemos tenido que adaptar a muchos jugadores nuevos que han venido con una exigencia mental muy alta y eso cuesta. Por eso, el proceso de crecimiento del equipo va más lento, pero peor sería afrontarlo sin talento, y eso lo tenemos. De ahí que en muchos partidos sin jugar del todo bien, hayamos llevado la iniciativa por tener talento más que calidad como equipo, que aún no la tenemos. Esto me resulta reconfortante y muy positivo.

La lesión de Bagayoko es lo más negativo porque altera los planes, porque no es fácil encontrar un sustituto y también para él, porque puede frenar su progresión.

Desde el final de la pasada campaña, teníamos claro que esta pretemporada era muy importante para Amar (Sylla) y para Bassala porque el año pasado no la habían hecho y porque hemos hecho una apuesta por una filosofía defensiva que tenía mayor exigencia conceptual para ellos. Los planes se nos han roto, pero vamos a seguir trabajando para aprovechar esa polivalencia que tenemos y a lo mejor, ser más anchos de miras en cuanto a la propuesta para que estos jugadores que tienen que cambiar de posición se adapten un poco mejor.

¿En esta semana que queda hasta debutar ante el Unicaja, en qué va a poner el foco?

Como vimos contra el Baskonia, nos falta madurar y por eso más que pensar en el rival, tenemos que actuar en factores que nos ayuden a acelerar esta maduración. Tenemos que establecer la rotación de los jugadores interiores para encontrar solidez y continuidad y en los demás, buscar consolidar los roles y tener las cosas un poco más claras. 

Esta temporada llega después de que el club haya dado un salto en lo económico lo que ha generado unas expectativas de crecimiento que quizás haya que matizar.

Las expectativas son enemigas de los equipos, pero la falta de ambición también. En este sentido, el club ha dado un paso muy importante en este contexto de una liga que sigue creciendo, que invierte cada vez más dinero. Nosotros hemos ido al mercado con mejores condiciones y se ha visto en el talento que hemos podido reunir. A mí el grupo me gusta mucho, trabaja muy bien y creo que tiene muchas posibilidades. Ahora falta que vayamos madurando.

Los jugadores que se han ido presentando estos días han hablado de que les gustaría repetir título en Europa. Ese listón está ahí, pero también puede ser una carga añadida en la mochila durante la temporada si se convierte en obligación.

Puede ser, pero hay un componente de orgullo y responsabilidad por representar al club, a Bilbao y a Bizkaia, como hemos dicho siempre, que a los jugadores les motiva. Al margen del aumento del presupuesto, estar en Europa también te da unas mejores condiciones a la hora de incorporar jugadores. Sin embargo, tenemos clarísimo de lo que vivimos y esta temporada especialmente la mayor exigencia está en hacerlo mejor en la Liga Endesa. Este es el principal objetivo. 

“Para ser competitivos no vale con la solidez defensiva que hemos tenido estos tres años. El rebote y el tiro de tres han ganado en importancia”

Este verano los fichajes han ido encaminados a mejorar algunas carencias que el curso pasado lastraron al equipo en muchos partidos, sobre todo el tiro y el rebote. ¿Cree que tiene las herramientas adecuadas, sobre todo pensando en muchos finales apretados que se escaparon y en mejorar fuera de casa?

No me conformo con haber mejorado, en teoría, las virtudes de los jugadores. Como entrenador, también debo exigirme que nuestro método contemple todo esto y darle más importancia en el trabajo diario a estos aspectos del rebote o el tiro. Para ser competitivos en este baloncesto, estos aspectos son importantes más que la solidez defensiva que en estas tres temporadas siempre hemos tenido. Ahora la solidez defensiva es menos importante porque el rebote y el tiro de tres han aumentado en importancia y hay que adaptarse.

También el ritmo de juego puede obligar a utilizar más jugadores para mantener la energía.

Es difícil encontrar confianza con más de diez jugadores, pero hay que entender que es más importante que el equipo mantenga el ritmo y la energía en cada posesión. Eso pasa a ser más importante que tener a diez jugadores metidos. En pretemporada, al margen de por las prescripciones médicas, también hemos buscado esto, reducir las rotaciones, aumentar el número de cambios... Hay que buscar un equilibrio porque cuando más cambios haces más paras el juego y eso puede afectar a la fluidez. Por eso, quizás hay que buscar franjas de cambios como en el fútbol y parar menos el juego, pero cambiar más jugadores a la vez.

“Vamos a ser un equipo de rachas, como la mayoría, pero hay que madurar para aprovechar las rachas buenas y llevar mejor las malas”

El espectador tiene que acostumbrarse a que se produzcan errores, que eso que parece individualismo solo es deseo de buscar ventajas rápidas.

El paradigma ha cambiado. Puedes construir un equipo como el Tenerife, buscando máxima calidad a partir del control del juego. Pero nosotros no podemos fichar este tipo de jugadores, sino que podemos fichar talento y energía. En la pretemporada se ha visto que vamos en esta línea. Vamos a ser un equipo de rachas, como la mayoría, pero hay que madurar para aprovechar las rachas buenas y llevar mejor las malas. Y, sobre todo, intentar que las buenas aparezcan en los finales de partido.

Tras el amistoso ante el Lleida, dijo que “lo que tenemos entre manos nos da para hacer las cosas bien”. ¿Es la mejor plantilla que ha tenido en Bilbao?

Creo que hay que tener ambición e ilusionar a la gente, como lo estoy yo. Creo que es la mejor plantilla en cuanto a talento, pero hay que crecer y madurar como equipo porque podemos hacer cosas muy bonitas esta temporada. El nivel de trabajo está siendo muy bueno. El grupo del año pasado, ya lo dije, fue extraordinario y al de este le veo muchos elementos para ser aún mejor. Pero hay que armarse para afrontar los malos momentos que aún no han llegado.

Te puede interesar:

“El equipo del año pasado fue extraordinario y al de este le veo cosas para ser aún mejor. Pero hay que armarse para los malos momentos”

En la FIBA Europe Cup, van a jugar en casa en martes. ¿Buscan llegar más frescos a los partidos de liga?

Va en la línea de lo que comento de querer hacerlo mejor en la Liga Endesa. Con un día más, podemos tener más capacidad de preparación y, sobre todo, más energía.

La lista de aspirantes a las plazas de Copa o de ‘play-off’ es grande. Y, evidentemente, no todos van a estar en esa pelea. La clave, como siempre, será tener tranquilidad.

En las tres temporadas que llevo aquí, la respuesta ante los malos momentos ha sido inmediata, sólida y de equipo de perfil bueno. La ACB es una maratón, pero en cada paso de la carrera tienes que tener las ideas claras, estar bien focalizado. Lo más difícil es responder cuando la exigencia es alta y tienes que hacer esfuerzos cuando estás cansado o tienes lesiones. Es clave en esos momentos ser firme en el rumbo y tener las ideas claras si hay que reconducir cosas.

Al margen de lo que ocupa al Bilbao Basket, ¿cómo ve el panorama global de la competición? 

Sin duda, nuestro baloncesto está en un momento muy difícil. Pero hay futuro, mimbres y jugadores que pueden romper de manera muy potente. Pero el nuevo paradigma que han creado la irrupción del baloncesto universitario y este nuevo estilo de juego hace que muchas veces las virtudes físicas las tengas que encontrar fuera. Pero hay que superarlo juntos porque nuestro baloncesto tiene un gran futuro. Ha aparecido también un nuevo operador de televisión y tenemos que ayudar a que esté a gusto con nuestro producto y eso pasa por jugar bien, de forma atractiva y competir, Hay que poner los cimientos cada uno en su parcela para que todo confluya en algo que nos ayude a crecer.