El Bilbao Basket quiere seguir en la ola victoriosa, que “la furia y determinación” que Jaume Ponsarnau apreció en los ojos de sus jugadores y de la afición, algo que repitió varias veces, se mantengan en lo que queda de temporada. Porque al margen de la final de la FIBA Europe Cup, “la liga es lo que nos da de comer y tenemos que jugarla al 100% porque queremos acabar lo más arriba posible y seguir logrando victorias especiales”. La permanencia está bien encarrilada, pero el calendario no da tregua y muchos equipos buscan el premio europeo. “Queda un momento trascendental para que el regusto que quede de la temporada sea bueno. Hasta ahora estamos satisfechos de lo que hemos hecho, pero tenemos la oportunidad de acabar contentos”, comentó ayer el técnico del Bilbao Basket al recordar que en las dos campañas anteriores a su equipo se le acumularon las derrotas por culpa, sobre todo, de las lesiones.
Toca cambiar el chip, lo mismo que tiene que hacer el Gran Canaria, que la semana que viene tiene que afrontar los dos primeros partidos de su segunda final de la Eurocup en tres años y medir el desgaste. “Es un grupo con buena mentalidad, con mucho talento y muy bien trabajado que ha demostrado un nivel competitivo en partidos clave muy admirable. Es muy sólido en defensa, con una propuesta intensa, dura y agresiva, y en ataque tiene muy claro a lo que juegan”, apuntó Ponsarnau sobre el conjunto canario, que ha ganado sus tres últimos partidos casi al límite del tiempo, lo que demuestra que la línea que separa la victoria y la derrota y marca dinámicas es muy estrecha, a veces inapreciable.
“La liga es lo que nos da de comer y queremos seguir sumando victorias especiales”
Tryggvi Hlinason y Marvin Jones siguen de baja, aunque el técnico confía en que el estadounidense puede estar disponible para antes de la final europea. En cambio, lo del islandés “va para más largo plazo”. El juego interior del Gran Canaria es poderoso, aunque el Bilbao Basket demostró que “también podemos ser competitivos con esta nueva propuesta”. Amar Sylla y Bassala Bagayoko son más livianos, pero más móviles, y eso permite al equipo moverse de otra manera en la cancha. “Contra la defensa del Gran Canaria, tenemos que ser dinámicos y mover rápido el balón y con determinación”, señaló Ponsarnau, que observa todos los días el trabajo de los dos jóvenes africanos y destacó que “tiene madurez y personalidad y un potencial que va mucho más allá de lo que vimos el otro día”.
El desenlace del partido del pasado miércoles debe servir para que los jugadores se empleen hoy con intensidad y confianza ante un rival que comete pocos errores, aunque también suele atravesar tramos de sequía anotadora. Ponsarnau destacó que el Bilbao Basket se agarra muy bien a los partidos “y solo hemos tenido dos realmente malos, en Lleida y Dijon, y eso es algo que la Liga nos reconoce. Si no hemos logrado más victorias es porque en muchas posesiones decisivas no hemos estado bien”. El Gran Canaria también tiene esa consistencia como seña de identidad, pero en su caso cuenta con jugadores como Homesley o Brussino que son muy resolutivos en finales igualados.