Tres cuartos duró la resistencia del Surne Bilbao Basket en su visita a la Fonteta antes de tener que rendirse (89-70) ante la superioridad de un Valencia Basket más fuerte, más rápido y mucho mejor armado. Treinta minutos en los que los hombres de negro aguantaron de tú a tú la mirada de un rival que finalmente hizo valer su mayor riqueza de recursos para decantar el partido a su favor activando las muñecas de Semi Ojeleye y Josep Puerto desde la larga distancia en un acto final en el que los visitantes no tuvieron ya capacidad de respuesta ni energía que pudiera impulsar la rebeldía.

Poco que achacar en cuanto a deseo a los de Jaume Ponsarnau, corajudos en una cita tremendamente incómoda por las características de los de Pedro Martínez, una escuadra con pasión por el galope y por fusilar desde la larga distancia a la más mínima oportunidad. Quisieron los visitantes dar continuidad a sus últimas victorias ante Bàsquet Girona y Tofas Bursa, pero les faltó acierto y contundencia. Las muchísimas canastas que se escaparon en acciones de penetración con contacto, los problemas a la hora de controlar el rebote defensivo y la ausencia de noticias de jugadores con rol principal (ni Zoran Dragic ni Malcolm Cazalon anotaron y Melwin Pantzar solo sumó cuatro puntos) colocaron demasiadas piedras en el camino. E incluso así, haciendo la goma, agarrándose al partido con uñas y dientes gracias principalmente a la efusividad de Thijs De Ridder y Marvin Jones, el conjunto vizcaino llegó vivo a los compases iniciales del acto final (63-57), pero se quedó seco de recursos. El Valencia Basket, sobrado, metió una marcha más y se acabó lo que se daba.

Toma y daca

El encuentro arrancó con mucho más ritmo que acierto y fue al conjunto vizcaino al que más perjudicó ese ecosistema en primera instancia. Pese a fallar sus cuatro primeros ataques y dejarse ya un puñado de penetraciones con contacto por el camino, los de Ponsarnau aguantaron en el luminoso gracias a los puntos de Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y De Ridder y cuando Rubén Domínguez salió del banquillo para meter ocho puntos, con dos triples incluidos, en un abrir y cerrar de ojos consiguieron pasar a dominar el luminoso (11-14), aunque la alegría no duró demasiado. Nuevos errores a un palmo del aro y perfecta respuesta de Puerto con idéntico modus operandi que el alero gaditano permitieron a los anfitriones cerrar los diez primeros minutos con un parcial de 8-0, un 19-14 favorable a sus intereses y el Surne Bilbao Basket pagando su 4 de 11 en tiros de dos puntos.

El conjunto vizcaino encontraba vías para anotar, pero le costaba frenar el galope de los taronja, con muchísimos focos de peligro activados desde su juego vertiginoso. Si Harald Frey y Kristian Kullamae engatillaban desde la distancia de 6,75, Ojeleye, Nate Sestina y Xabi López-Arostegi (notable encuentro del vizcaino) contestaban con la misma moneda y el 32-25 a 6:12 del descanso amenazaba con peligro. Pero los visitantes seguían aferrados al choque, robando bolas y encontrando situaciones favorables de anotación pese a que sus porcentajes seguían sin ser buenos (32-20). Para el conjunto vizcaino fue importante activar a Jones en esos compases finales del segundo acto, pero los de Pedro Martínez siguieron a lo suyo, hicieron daño en el rebote ofensivo y pese al dos más uno de De Ridder al ecuador de la contienda se llegó con un adverso 42-37. Con su 40% en triples (6 de 15), los de Ponsarnau compensaban hasta ese momento su mal 36% (8 de 22) desde distancias cortas e intermedias ante un rival que dominaba la lucha del rebote.

Gracias a las conexiones entre Frey y Tryggvi Hlinason y un dos más uno de Abdur-Rahkman, los hombres de negro continuaron firmes en la reanudación de la contienda (50-47). Sin embargo, solo sacaron un punto de una antideportiva de Chris Jones sobre Mars, fallaron un par de lanzamientos abiertos y el Valencia Basket, pese a sus pérdidas de balón, pudo mantenerse al mando de las operaciones. El buen hacer de Marvin Jones en las distancias cortas empezó a ser insuficiente para actuar con sostenibilidad y dos faltas de dos mas uno cometidas sobre López-Arostegi y Stefan Jovic permitieron a los de Pedro Martínez alcanzar su primera renta de dobles dígitos antes de aterrizar en los diez minutos finales con un 63-54 que dibujaba ya un panorama complicado.

Superados

Intentaron Tomasz Gielo y Hlinason dar un último empujón a los suyos, pero dos triples de Ojeleye colocaron un 72-59 a 7:12 de la última bocina que ya no tuvo solución pese al tiempo muerto de Ponsarnau. Jaime Pradilla, todo energía, dominaba ya todo lo referente a la intendencia que acontecía en cancha y con Puerto dando continuidad al acierto triplista de los locales la contienda saltó por los aires sin solución posible y sin que el 89-70 final hiciera justicia al esfuerzo de un Surne Bilbao Basket que solo le perdió la cara a la contienda en esos compases finales en los que no le quedó más opción que enarbolar la bandera blanca, pensando ya en la cita continental del próximo miércoles en tierras turcas.