El Surne Bilbao Basket tiene clarísimo dónde se juega la tranquilidad clasificatoria en la Liga Endesa: en los encuentros como local y contra rivales directos. Las citas que portan cualquiera de esas dos etiquetas son importantísimas; las que llevan tatuadas las dos son vitales, de las de prohibido fallar. Y este domingo, una vez más, el Surne Bilbao Basket supo dar la cara en una situación de máxima exigencia tras cuatro derrotas seguidas, derrotando con autoridad al Hiopos Lleida (91-75) y teniendo incluso el último balón para llevarse el ‘average’ particular, aunque Muhammad-Ali Abdur-Rahkman no pudo ponerle lazo al premio gordo.
El conjunto de Jaume Ponsarnau jugó con empaque y jerarquía, con un esfuerzo defensivo intachable, fue capaz de minimizar los momentos valle de sus dientes de sierra y esta vez sí que tuvo jugadores inspirados en ataque, sobre todo un Marvin Jones extraordinario en la segunda mitad (metió 16 de sus 22 puntos tras el descanso) y vital para fabricar primero la renta de la tranquilidad y para aguantar después los intentos de remontada de los de Gerard Encuentra, que en los 18 minutos finales de la cita solo bajaron de la distancia de seguridad de los dobles dígitos con el triple de Corey Walden en el arranque del acto final para el 68-61.
Pero esta vez no hubo titubeos ni taquicardias y si hubo emoción fue porque se abrió incluso la oportunidad de darle la vuelta al -18 encajado en Lleida en la primera vuelta. A ello contribuyó un notable trabajo coral en ataque, con otros cuatro jugadores además de Jones superando los diez puntos anotados (Thijs De Ridder, Melwin Pantzar, Harald Frey y Zoran Dragic). Además, ayudó una barbaridad el magnífico trabajo de intendencia de los dos primeros (seis rebotes del belga, seis asistencias y cinco robos del sueco, todos ellos en la primera mitad), un porcentaje aceptable en el triple (10 de 31) con acierto en momentos importantes y toneladas de esfuerzo atrás, tanto en las distancias cortas como incomodando la existencia a Thomas Bropleh. Los visitantes acabaron con 21 pérdidas, importante losa.
Seriedad y acierto
A base de ritmo e intensidad, y con De Ridder y Abdur-Rahkman acertados a la hora de atacar el aro rival, el conjunto de Ponsarnau le dio un magnífico arranque a la contienda y con menos de dos minutos disputados dominaba ya por 8-0. Sin embargo, los fallos en ataque fueron penalizados por el efusivo Lleida, especialista a la hora de castigar al galope cualquier regalo del rival. Así, los de Encuentra, con ocho puntos seguidos de Luka Bozic, llegaron a darle la vuelta al luminoso (16-17), aunque los anfitriones no se dejaron amilanar. Sacando petróleo de un par de magníficas acciones defensivas y con dos triples de Tomasz Gielo y Frey, conectaron un parcial de 8-0 para dar carpetazo al primer parcial con un 28-20 favorable a sus intereses.
Sin embargo, tampoco hubo capacidad para fabricar una buena distancia de seguridad. Entre pérdidas, fallos debajo del aro y desde el triple y el exceso de tiros libres concedidos, el Hiopos Lleida encontró alfombra roja para volver a tomar la delantera (30-31 a seis minutos del descanso) sin que le penalizara en absoluto acumular ya nueve balones perdidos. Con el partido convertido en un intercambio de tiras y aflojas el Surne Bilbao Basket recuperó la compostura y su máxima ventaja de ocho puntos cuando regresó el acierto desde la línea de 6,75 y al menos pudo alcanzar el ecuador de la cita con un interesante 48-41.
El factor Jones
En la reanudación, los ‘hombres de negro’ volvieron a comparecer afilados tanto en defensa como en ataque. Desde un notable trabajo de retaguardia, encontraron revoluciones en ataque y con puntos desde todas las distancias se dispararon hasta el 59-44 en el ecuador del tercer acto pese a dejarse tres tiros libres por el camino. Encuentra le dio vueltas a su rotación para buscar recursos entonados y en esos momentos fue importantísima la función de Jones tanto en defensa como en ataque, con ocho puntos seguidos para los suyos. Los locales veían el asunto de maravilla con el 68-52 a 1:20 del final del tercer cuarto, pero el Lleida se rehízo de la mano de Bozic y una canasta sobre la bocina de Oriol Paulí para llegar con vida a los diez minutos finales: 68-58.
Sin embargo, Jones no estaba por la labor de ver a su equipo en apuros. A base de tiros libres y de muñeca desde la media distancia, el pívot estadounidense facturó otros ocho puntos para colocar al Surne Bilbao Basket en una situación inmejorable a 6:51 de la última bocina: 79-63. A partir de ahí, no hubo dudas sobre el vencedor porque los locales respondieron a todos los intentos de rebelión de su rival. Su máximo colchón llegó hasta el 91-72 a 51 segundos del final, lo que significaba doble premio, pero los últimos compases fueron mejorables. Un milimétrico borrón que no estropea una contundente victoria necesaria como el respirar.