Año nuevo, nueva victoria para el Surne Bilbao Basket, la tercera consecutiva en un tramo de calendario fundamental y justo en el momento en el que se habían disparado las primeras alarmas clasificatorias. El conjunto de Jaume Ponsarnau dio buena cuenta este jueves del revoltoso Morabanc Andorra (82-74) en un choque en el que llevó la voz cantante prácticamente en todo momento merced a un notable trabajo defensivo y al reparto de funciones a la hora de atacar el aro rival, con cinco jugadores anotando en dobles dígitos: Melwin Pantzar, Zoran Dragic, Tomasz Gielo, Harald Frey y un Tryggvi Hlinason convertido también en pesadilla defensiva.

Los ‘hombres de negro’ rompieron el partido con un 11-0 en el arranque del tercer cuarto que les disparó hasta un extraordinario 51-31, pero se complicaron la vida con unos minutos con errores flagrantes en bandejas y contraataques sencillos y el rival, que parecía a punto de desplomarse, pudo agarrarse al partido hasta el punto de acercarse en un par de ocasiones a solo seis puntos en el acto final.

Pero si en A Coruña fueron Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y, sobre todo, Rubén Domínguez los que ejercieron de armas de destrucción masiva, en esta ocasión fueron Gielo y Dragic los que asumieron galones en los momentos en los que la cosa amenazaba con complicarse. El polaco respondió con seis puntos seguidos al 66-60 fabricado por los visitantes de la mano de Jerrick Harding y Sekou Doumbouya, sus principales amenazas, y el esloveno, con dos de sus cuatro triples, acabó con cualquier amenaza de zozobra en los minutos finales para permitir a Miribilla una resolución alejada de la taquicardia.

Los porcentajes de acierto en el triple de los locales volvieron a ser malos (21% 8 de 37), pero los de los del Principado, que lucían hasta este choque un magnífico 39,4%, fueron incluso peores, con un sonrojante 13% y solo tres dianas totales. En ese contexto, los de Ponsarnau tuvieron en su retaguardia un magnífico pilar para alcanzar la sostenibilidad y gozar de un notable control del partido.

INTERCAMBIO

La contienda amaneció con los dos equipos muy entonados en ataque e intercambiando canastas con comodidad. Los visitantes apostaron claramente por los lanzamientos del viejo conocido por estos lares Ben Lammers desde la media distancia, mientras que los ‘hombres de negro’, fugazmente acertados desde más allá de la línea de 6,75, diversificaban más sus focos de amenaza. En ese ecosistema inicial, los de Ponsarnau lograron dominar el luminoso con un 12-8, pero tres balones perdidos seguidos les sacaron de su fase de acierto, iniciando una sequía de más de cuatro minutos sin anotar que permitió al Andorra enlazar un parcial de 0-7 con un Harding especialmente revoltoso. Sin embargo, los anfitriones no titubearon y con Xavi Rabaseda de nuevo en acción tras su lesión de muñeca cerraron en ventaja el primer acto (19-17).

Con Pantzar mandando en cancha y regalando incluso un mate, el Surne Bilbao Basket estiró su renta hasta un interesante 23-17 que no fue más allá porque regresó el desacierto desde la larga distancia, llegando a fallar hasta doce triples seguidos tras los dos anotados en el arranque de la cita. Rompió la mala racha Dragic con dos aciertos seguidos y Natxo Lezkano tuvo que parar el choque a 4:53 del descanso con un 31-23 en el luminoso. El juego entró en fase de barullo, con muchos tiros libres, y los anfitriones supieron moverse de forma notable en esas aguas de la mano de un Pantzar excelente tanto en defensa como en ataque y alcanzaron el ecuador de la contienda con un interesante 40-31 tras haber gozado de una máxima renta de once puntos.

En la reanudación, el conjunto vizcaino rompió la contienda en menos de tres minutos de juego con un parcial de 11-0. Inició el fuego un imperial Hlinason debajo del aro y le dio continuidad un Gielo que, tras pedirle a Abdur-Rahkman lanzar el tiro libre de una técnica sobre Lezkano para quitarse el óxido, encontró el acierto que echaba de menos para aportar seis puntos seguidos. Sin embargo, el Surne Bilbao Basket entró en otra de esas fases de errores de bulto que le caracterizan este curso cuando acumula ventajas que deberían ser definitivas. Regaló balones en primera línea de pase, falló bandejas en tráfico y sin oposición, incluso un contraataque de dos contra uno… El Morabanc Andorra, que estaba prácticamente noqueado, aprovechó las facilidades concedidas por el rival para regresar al partido de la mano de un Doumbouya muy dañino en las distancias cortas aprovechando su prodigioso físico y a los diez minutos finales se llegó con un 62-52 que pese a ser positivo dejaba una sombra de duda a la resolución del duelo.

Con las constantes vitales de la contienda cambiadas de manera radical, los de Lezkano, amenazantes, se acercaron en un par de ocasiones a solo seis puntos, pero entonces surgió la figura de Gielo, con un triplazo con el 66-60 y un par de canastas más, para mantener las cosas en su sitio. Siguió intentando la voltereta el Andorra, activando descaradamente en el uno contra uno a Shannon Evans, Harding y Doumbouya, pero sus ilusiones se fueron al traste cuando Dragic enlazó otros dos triples para poner el lazo a una nueva victoria de los ‘hombres de negro’, que siguen poniendo tierra de por medio respecto a la zona baja de la tabla antes de un final de primera vuelta con enemigos de altísimo voltaje: La Laguna Tenerife, Unicaja y Barça.