El puesto trece quizás sabe a poco al Bilbao Basket
Cae en un cuádruple empate en la jornada de cierre de la temporada que le deja con la misma cifra de victorias que posición en la tabla y le lleva a tener que revisar los planes para la próxima temporada
Dice el refrán que trece es un mal número si no crece. Pues bien, el Bilbao Basket paró en esa cifra su cuenta de victorias, una menos que el curso pasado, a principios de abril y en esa posición ha terminado la temporada después de que en la última jornada, en la que solo había dos puestos decididos y hubo mil cambios de posiciones a medida que avanzaban los partidos, ni el resultado propio ni los ajenos beneficiaran a los hombres de negro. Un cuádruple empate entre el Andorra, el Zaragoza, el Bilbao Basket y el Girona dejó al Bilbao Basket en ese puesto final, que si se repiten los pasos del año pasado otorga una plaza en la previa de la FIBA Europe Cup, que es la que utilizó el Zaragoza para acceder a la competición de la que los vizcainos fueron semifinalistas.
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El Bilbao Basket ha llegado al final de curso con su energía muy limitada, lo que se ha traducido en la escasa pólvora que ha tenido para afrontar los partidos. Han sido seis derrotas consecutivas que pueden dejar un poso de insatisfacción, como esas comidas que llevaban buen camino hasta que un mal postre las estropea y provocan una complicada digestión. “Queríamos hacer la mejor temporada de nuestra vida, pero no lo hemos conseguido, no lo he conseguido”, reconoció ayer domingo Jaume Ponsarnau. Ahora toca digerir este tramo final tras una campaña de importantes altos y bajos. En Miribilla han caído el UCAM Murcia, el Valencia Basket, el Gran Canaria, el Manresa, el Baskonia y el Joventut, seis de los diez primeros clasificados, pero también han ganado el Breogán y los dos descendidos Obradoiro y Palencia.
Puede que el decimotercer puesto sepa a poco a los de la cancha y a los de fuera y el club tendrá que decidir qué quiere hacer con él. La posibilidad de acceder a la previa de la Basketball Champions League ha estado muy cerca y si no se ha conseguido es porque varios equipos han apretado al final porque también la querían. Y varios también se habrían cambiado por los hombres de negro, en el sentido de haber tenido una final de curso más tranquilo. Los puestos fuera del play-off pueden parecer migajas para los paladares más exigentes, pero es la realidad al alcance de la clase media de la ACB. Saber que se cuenta con esa posibilidad de acceder a Europa, aunque sea por la puerta de atrás y con el riesgo que supone disputar una previa en septiembre, puede ayudar a armar la plantilla de la próxima temporada.
Como el presupuesto del club no va a tener una variación significativa hacia arriba, ese trabajo que se haga en verano puede ser determinante para colocar las nuevas expectativas y objetivos, que tampoco deberían ser muy distintos a los de los últimos años, por más que el deseo general sea otro. En este sentido, cabe convenir que este año se acertó con la configuración de la plantilla ya que los debutantes en la Liga Endesa y las piezas más jóvenes de la plantilla han sido pilares durante muchos tramos de la temporada.
Despedidas
Ayer fue un día de despedidas y la afición esperó la salida de los jugadores para agradecerles el esfuerzo. Está claro que varios jugadores no continuarán, pero parece que ese núcleo se mantendrá en el Bilbao Basket con la intención de continuar con su progresión vestidos de negro. Si eso se produce y se les rodea bien, no hay por qué pensar que el nivel del equipo vaya a caer mucho. Ponsarnau volvió a advertir ayer de que no hay que perder el foco de lo esencial, pero se mostró ilusionado por el grupo que puede construir este verano de la mano de Rafa Pueyo. Y es que el sino del Surne Bilbao Basket es verse abocado a los cambios por una buena temporada o por una mala. En este caso, puede quedar un sabor agridulce, pero sabe que un año más estará en la Liga Endesa y, por lo tanto, podrá atraer de nuevo a jugadores con ganas de jugar en un buen lugar.