El Surne Bilbao Basket cierra el ejercicio baloncestístico 2023-24 ubicado en la decimotercera posición de la Liga Endesa, lo que atendiendo al reparto de plazas continentales del pasada ejercicio le llevaría a jugar la fase previa de la FIBA Europe Cup, después de cosechar este domingo ante el Barcelona su sexta derrota seguida (68-72) en un choque en el que mantuvo en alto la resistencia hasta la última bocina pero en el que una vez más, como consecuencia de las ausencias de Adam Smith y Alex Renfroe, se quedó corto de energía y acierto, con los árbitros poniendo también mucho de su parte para que el desenlace final sonriera a los de Roger Grimau.

El cuádruple empate con balance 13-21 junto a Casademont Zaragoza, Morabanc Andorra y Bàsquet Girona provocó la pérdida de una posición más en la tabla, con los de Jaume Ponsarnau pagando una vez más su horrible desempeño desde la larga distancia, un 3 de 22 en triples (13,6%) que espesó su ataque ante un rival que marcó la diferencia con su defensa de cambios tras el descanso, explotando a la perfección las carencias bilbainas.

Pese a tenerlo todo en contra y llegar a verse trece puntos por debajo en el luminoso (49-62) en el arranque del cuarto final, los anfitriones apretaron los dientes y no bajaron los brazos hasta la última bocina, pero el muy cuestionable criterio arbitral no les facilitó en absoluto las cosas. Entre Sacha Killeya-Jones (21 puntos) y Kristian Kullamae (17) trataron de evitar un naufragio prácticamente anunciado, pero en los momentos de la verdad faltó pólvora, energía y frescura mental tras demasiados minutos caminando sobre el alambre ante un rival que impuso su mayor riqueza de recursos humanos con Oscar Da Silva especialmente dañino.

Intercambio de golpes

El conjunto de Grimau arrancó percutiendo desde la corta distancia de la mano de Jan Vesely y Joel Parra, pero los anfitriones respondieron a la perfección con un par de robos que les permitieron correr e incluso pasar a controlar la situación (10-7) en el ecuador del primer cuarto. La entrada en escena de Killeya-Jones aportó a los de Ponsarnau una vía fiable de suministro de puntos, pero el Barcelona aprovechó su notable fondo de armario para no flaquear y cerró los diez primeros minutos en ventaja con los puntos de Da Silva y un triple de Parra (19-24).

El gran acierto interior de Killeya-Jones y una antideportiva sobre Álex Reyes revitalizaron a los anfitriones, que consiguieron recuperar el dominio del luminoso (27-26). Keith Hornsby metió el primer triple de los ‘hombres de negro’ a 5:25 del descanso, pero en el bando contrario Jabari Parker enchufó dos para provocar que el marcador se moviera constantemente en márgenes estrechísimos. Lo que Kullamae falló desde la larga distancia lo facturó el voluntarioso Melwin Pantzar, provocando que al ecuador de la contienda se llegara con el partido absolutamente vivo con un 37-38. El 2 de 13 desde más allá de la línea de 6,75 a esas alturas de partido mediatizaba muchísimo la sostenibilidad de los de Ponsarnau, mientras que Grimau tenía en Da Silva y Parker a sus pupilos más implicados.

Tropiezo

El duelo se reanudó con un ‘dos más uno’ de Killeya-Jones, pero las defensas de cambios azulgranas atascaron a los locales, con Ponsarnau parando el partido tras el parcial de 0-8 para el 40-46 firmado entre Parker y Rokas Jokubaitis. Kullamae sacó a los suyos del apuro (47-46), pero el conjunto vizcaino caminaba sobre el alambre, esforzado en defensa pero absolutamente romo cuando de mover sus guarismos ofensivos se trataba. Pese a flojear incluso desde la línea de tiros libres, la resistencia de los locales llegó hasta el 47-48, antes de que el Barcelona cerrara el tercer cuarto con un golpe de riñón que le impulsó hasta el 47-56 a diez minutos del final, taponando las opciones de éxito del Surne Bilbao Basket, sin pólvora ni ideas.

Pese al mate de Tryggvi Hlinason con el que arrancó el acto final, entre Da Silva y Nico Laprovittola llevaron a los anfitriones a una situación límite (49-62) a ocho minutos del final. Dos canastas de Killeya-Jones mantuvieron a flote a los anfitriones, pero la eliminación de una antideportiva de Vesely tras la revisión y un triple de Hornsby que no subió al marcador por la señalización de pasos fue demasiado oleaje en contra. E incluso en la situación más adversa, el conjunto vizcaino no paró de remar hasta llevar la inquietud al bando rival con el 66-72 a 1:14 del final tras triple de Kullamae. Paró el partido Grimau y el estonio le dio aún más picante al asunto (68-72), pero los árbitros se tragaron una clara falta sobre Hlinason en el rebote y ya no hubo tiempo para más.

La temporada baja el telón con el Surne Bilbao Basket perdiendo una posición respecto a la pasada temporada, pero habiendo conseguido con gran antelación y autoridad su gran objetivo, que no es otro que la permanencia. Las lesiones han tenido una enorme incidencia en el hecho de haber cerrado el curso con el siempre amargo regusto que dejan seis derrotas seguidas, pero el recuerdo de lo más inmediato no debería ensombrecer el análisis global de un colectivo que ha evitado agonías y sufrimiento que otros rivales de su rango, con muchos más bandazos y gastos extra, no han esquivado hasta el final.