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El Bilbao Basket sigue invicto en Europa, pero no evita el exceso de sufrimiento (72-75)

El conjunto vizcaino vence en Oporto tras complicarse la vida en un duelo que ganaba por nueve puntos a tres minutos del final

El Bilbao Basket sigue invicto en Europa, pero no evita el exceso de sufrimiento (72-75)FIBA Europe Cup

La FIBA Europe Cup sigue siendo un bálsamo para el Surne Bilbao Basket. Eso sí, ni en la competición continental es capaz de deshacerse de las dudas, temores y altibajos que atenazan su desempeño en muchas fases de los partidos y le impiden vivir contiendas sin sobresaltos, sin agonías finales que podrían ser evitables con un poco más de acierto, buen pulso y control de las situaciones y las emociones. Los de Jaume Ponsarnau dieron este martes en Oporto un paso de gigante en sus aspiraciones de prolongar su recorrido por Europa al ganar (72-75) en la cancha de un rival que estaba invicto en su Dragao Arena. Eso sí, en las constantes vitales globales no hubo gran mejoría.

Los hombres de negro llegaron a verse 42-27 por debajo en el luminoso poco antes del descanso como consecuencia de su importante déficit de energía e intensidad, se recompusieron con un excelente tercer cuarto resuelto con un contundente 12-27 y dominaban a tres minutos del final por 66-75, un colchón que debía ser suficiente para vivir un desenlace tranquilo. Ni por esas. El conjunto vizcaino, con muy poco criterio en ambos aros, se complicó la vida hasta el extremo. De hecho, con el 72-75 final, los anfitriones dispusieron de un triple a escasos cinco segundos de la última bocina para enviar la contienda a la prórroga. Los visitantes ni fueron capaces de hacer falta para protegerse. Menos mal que el tiro de Anthony Barber no tocó ni la red.

El Surne Bilbao Basket hizo valer su superioridad cuando imprimió la intensidad y competitividad necesarias al choque. El problema es que regaló los dos primeros cuartos -Charlon Kloof jugó a sus anchas como si de un base NBA se tratara y los fusileros lusos acertaron con un 53,8% de efectividad desde la línea de 6,75- y que su falta de contundencia para dar carpetazo a los partidos quedó una vez más demostrada. Demasiados y muy profundos dientes de sierra en su rendimiento que por el momento no le penalizan en Europa, con ocho éxitos en otras tantas citas, pero que sin embargo sí que aprovechan los rivales en una ACB en la que nadie hace prisioneros. En el tercer cuarto, el de la remontada, fue vital Adam Smith, que acabó con 18 puntos, y Sacha Killeya-Jones y Alex Renfroe fueron los que llevaron con mayor sostenibilidad el peso del equipo.

POCA INTENSIDAD

El Oporto encontró recursos para anotar desde el arranque. Los visitantes aguantaron en primera instancia gracias al juego vertical de Renfroe para finalizar él mismo o asistir, pero el 16-8 en el ecuador del primer acto no era positivo. Cinco puntos seguidos de Smith controlaron el intento de demarraje, pero los de Ponsarnau carecieron de la firmeza necesaria para imponerse a la dura zaga local y su retaguardia dejó facilidades a Aaron Harrison y Kloof en el perímetro para el 23-14 con nueve minutos jugados. Cerrar el acto inaugural con seis puntos de desventaja podía darse por bueno atendiendo al nivel de energía de ambos conjuntos.

La primera desventaja de dobles dígitos no tardó en llegar tras un triple de Cleveland Melvin (28-17). Fueron Renfroe y Killeya-Jones los que trataron de mantener a flote al Bilbao Basket (33-27), pero las vías de agua eran muchas. Ayudas innecesarias en defensa, falta de dureza, poco criterio en ataque, tiros liberados fallados que el rival castigaba... Dos triples de Barber volvieron a impulsar a los anfitriones (39-27), con Ponsarnau parando el partido a 2:45 del descanso. La alarma roja se encendió cuando la desventaja llegó a los quince puntos y, una vez más, el 43-33 con el que se llegó al ecuador fue incluso esperanzador. Mientras los anfitriones habían marcado territorio desde la dureza defensiva, los hombres de negro solo habían cometido cinco faltas.

REACCIÓN

En la reanudación, los de Ponsarnau incrementaron el nivel de competitividad. El acierto de Kloof retraso la remontada, pero el conjunto vizcaino no tardó en enlazar un 0-10 para igualar a 48 en el ecuador del tercer cuarto. ¿La receta? Buen trabajo atrás, triples de Andersson y Smith y la conexión Renfroe&Killeya. Melvin sacó a los suyos del bache con un triple y los hombres de negro desperdiciaron un par de ataques para ponerse por delante, pero las constantes vitales eran ya distintas. El sorpasso llegó tras una técnica al banquillo luso castigada por Smith, superlativo en el tramo final del tercer cuarto con ocho puntos seguidos, con un tiro libre.

El 55-60 a diez minutos finales con un parcial de 2-10 para terminar el tercer cuarto era un tesoro. Pantzar abrió el acto final con una bandeja, dos canastas de Thijs De Ridder consolidaron la ventaja y otra penetración con adicional del base dibujó un excelente 57-69. El único problema radicaba en que los portugueses dispusieron muy pronto de vía abierta a la línea de tiros libres y desde allí sobrevivieron. El 64-71 a cinco minutos del final, con los visitantes algo alocados en ataque, abrió una ventana de incertidumbre que Killeya-Jones trató de cerrar para instaurar el 66-75 a tres minutos del final.

Pero un mal pase de Rabaseda al pívot estadounidense y una falta del alero sobre Kloof dejaron con vida al Oporto: 70-75. Unos dobles de libro no castigados por los árbitros desinflaron aún más el colchón después de otros dos tiros libres de Harrison. Smith falló dos lanzamientos en el siguiente ataque, Andersson no tocó ni aro en el que podía sellar la victoria y los locales tuvieron la última bola con 13 segundos y 72-75 en el luminoso. Los visitantes no hicieron falta y Barber salió solo de un bloqueo después de que su par se resbalara para tratar de firmar la prórroga, pero su airball abrió las puertas del triunfo, incluso con Killeya-Jones fallando los dos últimos tiros libres a un segundo del final.