SURNE BILBAO BASKET: Smith (13), Reyes (19), De Ridder (6), Renfroe (0), Hlinason (9) -cinco inicial- Barandalla (3), Andersson (0), Killeya-Jones (12), Rigo (0), Rabaseda (0), Tsalmpouris (0), Kullamae (8).

ZUNDER PALENCIA: Franke (19), Haarms (10), Brown (9), Kamba (9), Leissner (2) -cinco inicial- Ortega (4), Van der Vuurst (4), Rodríguez (9), González (0), Peñarroya (0), Omeragic (0).

Parciales: 19-15, 31-30 (descanso), 52-49 y 70-66.

Árbitros: Manuel, Sánchez Mohedas y González. Eliminaron a González.

Incidencias: Lleno en el Polideportivo Emilio Amavisca de Laredo, con 1.800 espectadores.

El Bilbao Basket volvió a anotarse el torneo Batalla de las Flores de Laredo tras superar en un amistoso muy equilibrado al Zunder Palencia, que mostró buenas hechuras y descaro ya como equipo de la Liga Endesa. Fue una prueba muy válida, aunque se notó desconexión entre aquellos jugadores que llevan trabajando en Miribilla desde el primer día y los que se han ido incorporando poco a poco. Pero el Bilbao Basket no rehuyó ni el contacto ni el ritmo alto y puso una interesante primera piedra en su construcción como equipo.

Los hombres de negro tomaron ventaja desde el inicio gracias al acierto de Álex Reyes, que jugó con mucha decisión en ataque –firmó 19 puntos sin fallos en los tiros– y anotó los siete primeros puntos de su equipo. Renfroe, De Ridder y Hlinason salieron de inicio y pronto aparecieron en cancha Kullamae y Killeya-Jones para que los aficionados pudieran ver a todas las novedades. Solo faltó Pantzar, reservado por precaución. El reparto de minutos hizo que el partido fuera a tirones, con más intensidad e intenciones defensivas que acierto en ataque.

La única ventaja del Palencia fue el 12-13, pero Killeya-Jones empezó a producir en la zona y el Bilbao Basket recuperó la iniciativa. En el inicio del segundo cuarto, Ponsarnau se permitió juntar en un par de rotaciones a Hlinason y Tsalmpouris, en lo que puede ser la pareja interior con más tamaño de la historia del baloncesto y una opción válida para momentos concretos. Smith estaba más preocupado en involucrar a sus compañeros, algunos de los cuales mostraban algunas dudas en sus decisiones ante la pegajosa defensa de los palentinos.

De Ridder devolvió la máxima ventaja (24-18), pero esas dudas provocaron errores en el ataque del Bilbao Basket y el Palencia pudo rehacerse antes del descanso de la mano del neerlandés Franke. En el arranque del tercer cuarto, el acierto en los triples del Palencia le dio una ventaja de seis puntos (39-45) que los bilbainos lograron reducir con buenos minutos de Kullamae como base y más contundencia en defensa.

El duelo se movía en el margen más estrecho y Franke y Reyes rivalizaban en aciertos en un tramo en el que Smith también tenía más el balón en sus manos. Un par de canastas espectaculares de Killeya-Jones alimentado por Renfroe sujetaron la diferencia mínima hasta que un triple de De Ridder puso el 68-64 a dos minutos del final. Después de otra canasta de Franke, Kullamer puso el cierre con una bandeja a un partido disputado con bastante tensión por las dos partes y en el que no hubo momentos de pausa.