Lo tenía todo a su favor el Surne Bilbao Basket para dejar prácticamente sentenciado el primer puesto del Grupo D de la Basketball Champions League y sellar su acceso a la segunda fase de la competición sin tener que jugar el engorroso 'play-in' de enero, reduciendo así la carga de partidos en el horizonte, pero este miércoles ha jugado con fuego en el Bilbao Arena y ha acabado quemado. No va el conjunto vizcaino tan sobrado de calidad y potencial como para jugar a medio gas contra ningún rival y el Igokea, al que derrotó un mes atrás en tierras bosnias, le ha puesto en su sitio (81-84). 

Los de Jaume Ponsarnau han sesteado en exceso, han carecido de la tensión competitiva necesaria y han confiado demasiado en sus posibilidades, creyendo que con mantenerse al rebufo de su rival les iba a bastar para dar un golpe final de riñón y acabar imponiéndose. Y parecía que el plan podía salirles bien cuando dos penetraciones de Agustín Ubal, de lo poco salvable en el partido, les han colocado por delante (57-56) a 2:25 del final del tercer cuarto, pero nada más lejos de la realidad. Ha ocurrido lo contrario. De manera incomprensible, los hombres de negro se han descompuesto, han perdido el norte en la cancha pese a que su rival se ha quedado incluso sin técnico tras recibir dos técnicas, han cometido errores defensivos groseros y pérdidas incomprensibles, han encajado un sopapo en forma de parcial adverso de 3-22 y cuando han querido darse cuenta se han visto con un 60-78 a menos de siete minutos del final. Ha sido entonces cuando han querido activarse, pero ha sido ya demasiado tarde pese a que se han acercado hasta el 78-82 a triplazo limpio de Adam Smith y Álex Reyes.

Como mal menor, un triple de Francis Alonso a siete segundos de la última bocina ha servido para mantener a favor el average particular. Había red de seguridad y el conjunto de Jaume Ponsarnau sigue al frente del Grupo D, pero ha dejado escapar una clara oportunidad de evitarse problemas. La ausencia de Ludde Hakanson por segundo partido consecutivo ha hecho daño, pero más aún los descuidos defensivos ante un rival que comparecía muy debilitado en su rotación interior y se marcha de Bilbao ganando la batalla del rebote (35-43), capturando 13 en aro contrario, firmando 16 puntos de segundas oportunidades y facturando 48 puntos en la pintura bilbaina.

Flojera

El encuentro amaneció con escasa tensión defensiva por parte de ambos conjuntos, por lo que se convirtió en un intercambio de canastas. El conjunto anfitrión apostó por alimentar a Michale Kyser debajo del aro y el pívot estadounidense respondió anotando 8 de los 13 primeros puntos de su equipo, pero de sus compañeros apenas hubo rastro. Con Bryant Crawford muy enchufado en el tiro exterior y Stefan Djordjevic fajándose en las distancias cortas, el Igokea obligó a Ponsarnau a parar el duelo con nueve minutos disputados (16-23).

Un triple de Reyes permitió que el conjunto bosnio no se marchara demasiado al término del primer cuarto, pero el 19-25 dejaba un panorama nada claro. Gracias a la actividad interior de Jeff Withey y a dos triples de Smith y Ubal, el Bilbao Basket se acercó hasta el 33-34, pero los visitantes sobrevivieron sacando petróleo de las segundas acciones. La flojera bilbaina desde la larga distancia impidió el cambio de mando en el marcador. Llegó a igualar a 39 puntos a 2:31 del descanso, pero su falta de continuidad permitió a los visitantes alcanzar en ventaja el ecuador de la cita (41-46).

En la reanudación, cargando el juego sobre Withey y Sulejmanovic, los anfitriones consiguieron acercarse hasta el 49-50, pero una técnica sobre el ala-pívot bosnio sirvió para que el Igokea volviera a meter aire en sus pulmones (49-55). Por contra, los locales solo sacaron un punto tras la técnica al entrenador rival y el partido fue enrareciéndose entre protestas a los árbitros.

Tuvo que salir a escena Ubal para darle la vuelta por fin a la tortilla con dos penetraciones (57-56), pero su momento de efervescencia no encontró acompañamiento y el Igokea respondió de inmediato con un brutal 3-22 con el acto final ya en juego ante un Surne Bilbao Basket que se tambaleaba, acumulando error tras error de forma incomprensible. Con el 60-78, los locales metieron por fin toda la carne en el asador, pero fue demasiado tarde. No se quedaron lejos de la remontada a base de triples, pero se quemaron tras jugar con fuego.