Nikola Radicevic tuvo que cargar desde muy pronto con una expectativas quizás exageradas y su carrera no ha llegado a tanto como apuntaba cuando era uno de los mejores jugadores jóvenes de Europa y debutó en la ACB con 18 años en el Cajasol Sevilla de la mano, cómo no, de Aíto y llegó a ser elegido en el draft de la NBA de 2015 por los Denver Nuggets. “Tuve mala suerte con algunas lesiones y quizás tampoco estaba preparado para tanta presión”, reconoció ayer en su presentación como jugador del Surne Bilbao Basket, al que llega ya con 28 años y un periplo por distintos equipos de la ACB y Europa que le han hecho “vivir distintas experiencias y madurar como jugador y como persona. Ahora tengo más experiencia, pero creo que aún soy joven y puedo aportar mucho para que este equipo cumpla sus objetivos”.

El base de Cacak aseguró que sabe donde viene ya que “he jugado muchas veces contra el Bilbao Basket y varios excompañeros me han hablado muy bien del club y la ciudad”. Su último curso en el Lietkabelis lituano le sirvió para “recuperar la confianza” y, por ello, su motivación es “máxima” en este regreso a la Liga Endesa “que es lo que estaba deseando porque es la mejor competición de Europa y creo que mi juego se adapta bien a ella. Creo que puedo ayudar mucho al equipo y el equipo me puede ayudar a mí”.

Para Radicevic, fueron importantes el interés que mostraron por él el Bilbao Basket y el entrenador y la presencia en el cuerpo técnico de Javi Salgado, “que fue un base grande y del que puedo aprender mucho. Veo esta llegada al Bilbao Basket como una oportunidad de seguir creciendo”. “Voy a trabajar duro para ello, pero lo primero de todo es tratar de crear la química necesaria para jugar un buen baloncesto de equipo que nos permita llegar a los objetivos”.

El serbio tiene una mentalidad similar a la de Rafa Luz, a quien en teoría debe sustituir como director de juego, y fue definido por Rafa Pueyo como “un base de estilo clásico con fisico de baloncesto moderno. Le gusta jugar con ritmo, pero soltando el balón”. Radicevic, “sin querer entrar en comparaciones”, se mostró de acuerdo porque “mi mentalidad siempre es la pensar primero en hacer jugar a mis compañeros. Puedo anotar si hace falta, pero siempre me ha gustado más lo otro”. De todas formas, el baloncesto actual demanda del base también mucha capacidad resolutiva individual y, por eso, el nuevo jugador del Bilbao Basket comentó que la coincidencia en su posición con Ludde Hakanson, con el que ya coincidió en Sevilla, “puede ser buena para el equipo porque somos diferentes ya que él es más anotador. Al entrenador, que lleva muchos años en la liga, le gusta un baloncesto dinámico y con ritmo y muchos pases y creo que puedo encajar muy bien”. También su altura (1,98 metros) puede ser muy útil en situaciones defensivas de cambios y a la hora de proteger la zona.

Nikola Radicevic tiene experiencia en competiciones europeas y señaló que es algo que todos los jugadores buscan porque “preferimos jugar a entrenar”. Comentó, eso sí, que “no va a ser sencillo compaginar la BCL y la Liga Endesa”, pero recordó que “todos los jugadores que están aquí tienen calidad y están preparados para ello. Si hacemos una buena pretemporada, no habrá problemas”.