El Surne Bilbao Basket sigue decidido a no soltar el hueso en su lucha por asaltar la octava plaza. Lo tiene agarrado con una dentadura que en las últimas semanas luce colmillo afilado y tendrán que arrebatárselo por lo criminal, porque por lo civil no va a ocurrir. En otro duelo que cumplió con el guion de los últimos lejos de Miribilla, con un intercambio de golpes que desembocó en una resolución de alto voltaje, esta vez el desenlace cambió y sonrió a unos hombres de negro que por fin cazaron lo que en Fuenlabrada y Gran Canaria se les escurrió entre los dedos.

Con empate a 80 puntos tras encajar un doloroso triple de Sean Kilpatrick y solo diez segundos por disputarse, fue Rafa Luz el que asumió la responsabilidad con una penetración que acabó con una certera canasta de tres metros. Al Casademont Zaragoza, que se jugaba escapar de la lucha por la permanencia, solo le quedaron cuatro segundos y, sin tiempos muertos, debía sacar desde debajo de su aro. Los anfitriones consiguieron poner la bola en manos de Adam Waczynski, pero su triple final, forzadísimo, ni siquiera pasó cerca de su objetivo y los hombres de negro acabaron celebrando en el Pabellón Príncipe Felipe el éxito que eleva al 50% su balance: 16-16. Con un encuentro más, acumulan las mismas victorias y una derrota más que el Murcia y el Gran Canaria, octavo y noveno respectivamente. Hay partido en esa pugna, ya no es solo una ensoñación.

En otra cita en la que el intercambio de parciales y de protagonismos fue constante, los de Álex Mumbrú supieron esta vez trasladar lejos del Bilbao Arena su capacidad para resolver finales ajustados. Y no fue tarea sencilla. Con 66-72 a cinco minutos del final, dos triples seguidos de Waczynski y Kilpatrick equilibraron el marcador en un periquete; con otra mínima ventaja de 72-74 a dos minutos de la última bocina, una falta en ataque de Jeff Withey y una pérdida de Andrew Goudelock añadieron más pimienta al asunto, pero Ludde Hakanson y Damien Inglis, con dos tiros libres vitales, sí que estuvieron lúcidos en los compases de la verdad (77-80), antes de que Kilpatrick diera esperanza a los de Sakota para que Luz se la arrebatara de cuajo.

Con cinco jugadores anotando en dobles figuras (Inglis, Goudelock, Withey, Gytis Masiulis, excelente en ataque, y Ángel Delgado, que además capturó trece rebotes), esta vez los tiros libres (14 de 17) fueron un factor a favor de los hombres de negro, que por momentos realizaron una buena labor en defensa -desconectaron al peligroso Frankie Ferrari- aunque sufrieron con Tryggvi Hlinason y concedieron demasiados dos más uno.

AJUSTADO

El Zaragoza arrancó la contienda llegando con facilidad a las proximidades del aro bilbaino e imponiendo la envergadura de Hlinason, pero los de Mumbrú aguantaron el envite con dos triples de Masiulis y David Walker y, sobre todo, la hiperactividad de Delgado, que sumó siete rebotes en los seis primeros minutos. La primera ventaja visitante llegó con el 7-10, pero los anfitriones aprovecharon la escasa consistencia de la retaguardia rival para cerrar el acto inaugural con un 8-0 fabricado por Omar Cook y Christian Mekowulu.

La renta aragonesa llegó hasta el 23-14 en la apertura del segundo cuarto, pero los interiores del Surne Bilbao Basket comenzaron a hacer su trabajo. Entre Withey, Delgado y sobre todo un Inglis diferencial, los visitantes pasaron al 27-27 y a Sakota no le quedó más remedio que detener el partido a seis minutos del descanso. La ventaja bilbaina llegó hasta el 27-32 (parcial de 2-16) con el respaldo de unos minutos defensivos repletos de actividad, pero no hubo demarraje. En un par de minutos, el Zaragoza, de la mano de Kilpatrick y Ferrari, firmó un 9-0 para recuperar el control del luminoso (36-32). Randoncic quiso dar más impulso a los suyos sumando puntos a su notable trabajo debajo del aro bilbaino hasta devolver el 16-2, pero los de Mumbrú se defendieron desde la línea de 6,75 con dos triples de Luz y Walker y la contienda llegó a su ecuador con un 41-38.

En la reanudación, el Surne Bilbao Basket salió bien armado en defensa salvo a la hora de frenar las continuaciones hacia el aro de Hlinason, lo que unido al acierto ofensivo de Masiulis, muy activo en línea de fondo, y Goudelock convirtió el 45-50 en otra oportunidad de poner pies en polvorosa, pero Santi Yusta, con cinco puntos y una gran actividad en retaguardia, mantuvo a flote al Zaragoza. De un robo suyo salió el triple con el que Ferrari acercó a los locales hasta el 58-59, aunque dos tiros libres de Withey y un triple de Goudelock permitieron a los hombres de negro llegar al acto final en ventaja (58-64).

Pero poco duró la alegría en el bando de los de Mumbrú, que tuvo que pedir tiempo muerto después de que Deon Thompson anotara tres canastas seguidas en los noventa primeros segundos del cuarto final (64-64). Con el Zaragoza haciendo la goma, los visitantes volvieron a estirarse hasta el 66-72, pero entre Waczynski y Kilpatrick fabricaron otro final de infarto del que esta vez el Surne Bilbao Basket sí salió bien librado para seguir a la caza y captura de la octava plaza.