Notable en el esfuerzo durante prácticamente tres cuartos, el Surne Bilbao Basket, a base de una encomiable actitud defensiva e incluso recuperando por momentos su buen baloncesto de ataque, ha llegado a convertir este miércoles el asalto al Martín Carpena malagueño en algo más que un sueño, hasta que un horrible final de partido ha hecho que todo saltara por los aires y acabara saliendo de la cancha cabizbajo, desanimado al volver a encajar otro abrumador marcador adverso. Los de Mumbrú han dominado el luminoso durante 29 minutos y 59 segundos. El Unicaja no ha sumado su primera ventaja hasta las últimas décimas del tercer acto (60-59), pero a partir de ahí no ha habido más que color verde sobre la cancha. Con un criterio arbitral discutible que ha mosqueado a los visitantes por una sucesión de faltas en ataque durante esos compases del duelo en los que los anfitriones han echado el lazo a su rival en el marcador, lo del último cuarto ha sido el hundimiento total de un conjunto que se ha apagado por completo.

Ha sido una lástima que esa sensación de debacle final echara por tierra lo bueno realizado por los hombres de negro, sin David Walker, en tres cuartas partes de contienda, pero en esos diez últimos minutos no ha habido ni fuerzas ni claridad de ideas para tratar de recuperar el terreno perdido ante un Unicaja al que se le ha permitido exprimir su físico en defensa y no ha desaprovechado la ocasión, sentenciando de la mano de Dejan Kravic. Por su parte, la imagen de los de Mumbrú ha mejorado respecto a lo visto el domingo ante el Baskonia. Ha habido más intensidad y más aplomo, pero ese descalabro final que ha arrancado con un parcial de 12-0 entre el final del tercer cuarto y el arranque del último y que ha sido parte importante de los 59 puntos encajados durante la segunda parte merece una seria reflexión de cara a las próximas citas.

BRUTAL ARRANQUE DE DELGADO

El extraordinario arranque de partido de Ángel Delgado, autor de 13 de los primeros 15 puntos de su equipo en los cinco minutos iniciales convirtiéndose en una auténtica pesadilla para Guerrero y Kravic, sirvió para que las primeras ventajas en el luminoso fueran para los hombres de negro, aunque no consiguieron abrir hueco porque en el bando contrario a Brizuela y a Barreiro tampoco les costó demasiado encontrar el camino hasta el aro bilbaino (14-15). La entrada a escena de los jugadores de banquillo favoreció a los de Mumbrú, que a falta de Walker apostó por juntar de inicio a Rousselle, Goudelock y Peno en su juego exterior. Reyes y Hakanson aportaron piernas frescas y puntos en un partido de ritmo muy vivo y los visitantes cerraron el acto inaugural con un interesante 16-22.

Entre los dos, con la colaboración de Goudelock, estiraron el parcial hasta el 2-14 para que el Surne Bilbao Basket amenazara con poner pies en polvorosa con un marcador de 16-29, pero dos triples de Alonso y Mooney bloquearon el demarraje (24-31). Tampoco ayudo que Inglis y Withey lucieran un cero de cinco en las cercanías del aro. Mumbrú detuvo el partido a seis minutos y medio del descanso. La intensidad de sus pupilos se mantenía a un nivel elevado, pero los problemas comenzaron a surgir en ataque. El Unicaja empezó a actuar con mayor efusividad defensiva y el conjunto vizcaino sufrió a la hora de ver aro. Sin embargo, su notable esfuerzo en retaguardia y dos triples de Halanson y Goudelock le permitieron alcanzar el ecuador de la contienda con un 32-40 que invitaba al optimismo.

En la reanudación, los de Ibon Navarro apostaron por adelantar líneas defensivas para agobiar a los exteriores rivales, lo que unido a la gran puesta en marcha de Brizuela les permitió acercarse hasta el 41-44. Dos triples seguidos de Reyes y Goudelock detuvieron la primera andanada malagueña (41-50), pero el exterior guipuzcoano, con diez puntos en cuatro minutos, no estaba por la labor de permitir que los de Mumbrú abrieran brecha. Sin que ninguno de los dos conjuntos levantara mínimamente el pie del acelerador a la hora de correr, el toma y daca se convirtió en constante y fueron los locales los que salieron más beneficiados de esta dinámica. Cuestión de amplitud de recursos y de un criterio arbitral discutible. Los porcentajes visitantes desde más allá de la línea de 6,75 bajaron, Unicaja encontró puntos desde todas las distancias y dos tiros libres de Alonso tras una falta en ataque señalada a Goudelock permitieron que la contienda llegara a sus diez minutos finales con la primera ventaja local: 60-59.

TODO A PEOR

Al Surne Bilbao Basket se le empezaba a hacer largo el partido. Kravic abrió el acto final con dos canastas en minuto y medio y Mumbrú tuvo que parar el partido con un 64-59 antes de que el riesgo de derrumbe fuera a más. No lo consiguió. Con el propio técnico catalán recibiendo una técnica por protestar la labor arbitral, el Unicaja comenzó a jugar demasiado suelto aprovechando el cansancio de la retaguardia rival, que ya no llegaba a puntear muchos tiros rivales ni tenía piernas para seguir los cortes hacia canasta. Delgado, corajudo, trató de liderar la resistencia de los suyos tras el 75-63, pero no hubo opción. Sin acierto en ataque y con la defensa haciendo aguas, el conjunto vizcaino acabó totalmente roto a manos de un rival que finiquitó el duelo jugando totalmente a placer, y sin oposición, hasta el 91-75 final.