ndrew Goudelock cuajó el sábado en Lugo su encuentro más completo con la camiseta del Surne Bilbao Basket. El escolta estadounidense lució en todo su esplendor precisamente en el momento y en las circunstancias en las que su equipo más necesitaba de su calidad y de su capacidad de desequilibrio en ataque. El conjunto vizcaino visitaba al Río Breogán, el mejor equipo anfitrión hasta ese momento junto al Manresa, después de haber sufrido dos derrotas seguidas y afrontaba el duelo con su rotación exterior muy mermada. Sin sustituto aún para Valentin Bigote, un notable generador de puntos a base de penetraciones y muñeca, y con Ludde Hakanson uniéndose a la lista de bajas, a Álex Mumbrú le faltaban teóricamente 23 puntos. Los hombres de negro respondieron al reto con una gran actuación coral, llevándose la victoria por 86-94 y con dos jugadores brillando por encima del resto: Damien Inglis, magnífico desde su aterrizaje en Bilbao, y Goudelock.

La Mini-Mamba logró en Lugo su tope de puntos (26) y asistencias (4) como hombre de negro, firmando además magníficos porcentajes en el lanzamiento: cuatro de seis tanto en tiros de dos puntos como en triples y solo un tiro libre fallado de los cinco que intentó. El estadounidense sabía que su equipo necesitaba más que nunca su capacidad de desequilibrio individual, esas penetraciones tras amasar bote que acaban en bombitas marca de la casa y esos triples armando el brazo con enorme rapidez. No abusó en absoluto del lanzamiento -en otras siete contiendas ha igualado o superado los doce tiros de campo del sábado- y supo elegir muy bien, convirtiéndose en una pesadilla para la retaguardia lucense y cobrando seis faltas.

Su rendimiento en Lugo, más allá del acierto, confirma la progresión de un jugador para el que la temporada no ha sido un camino de rosas. A sus 33 años, llegó el pasado verano a Bilbao con un pasado glorioso en el baloncesto europeo y un corto pero intenso periplo en la NBA en el que coincidió con Kobe Bryant, autor de su mote, con el uniforme de Los Angeles Lakers, pero sin la explosividad física de antaño le costó engranar en el mecanismo de los hombres de negro. Mumbrú exige a los suyos intensidad sin reservas, no esconderse en una de las dos partes de la cancha para lucir en la otra, y Goudelock, jugador eminentemente ofensivo, tardó en interiorizar el mensaje. Además, su momento físico en los primeros compases del curso tampoco fue el mejor y el divorcio entre club y jugador no estuvo lejos de producirse. Lesionado en noviembre, la entidad de Miribilla le sustituyó por un jugador de un perfil más físico, el también estadounidense Khyri Thomas, lo que en principio le dejaba sin sitio en el equipo por overbooking de extracomunitarios -el pasaporte sueco de Jeff Withey tardó en llegar-. El propio Goudelock utilizó Twitter el día del fichaje de Thomas para afirmar que “he visto todas esas informaciones falsas acerca de mi lesión. Solo estaré fuera aproximadamente dos semanas. Estoy bien”.

Sin embargo, la situación dio pronto un giro de 180 grados. Thomas se lesionó en su segundo partido como hombre de negro -después, sin estar recuperado aún, rompería su contrato para fichar por el Maccabi- y el club decidió reactivar a Goudelock. Profesional intachable, el estadounidense no solo no se dejó llevar sino que apretó los dientes para demostrar que aún puede ser un jugador importante en la Liga Endesa. Nunca será un especialista defensivo, pero su nivel de intensidad y entrega atrás también ha mejorado gracias a encontrarse mejor físicamente. Todo ello le ha convertido a día de hoy en una pieza vital para Mumbrú, pues es el jugador con mayor presencia en cancha (24,3 minutos de media) y el máximo anotador del equipo gracias a sus 13,9 puntos por cita (12º de toda la Liga Endesa).

Surne Bilbao Basket

Bitci Baskonia

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