Álex Mumbrú ya tiene a sus órdenes a Goran Huskic, pívot serbio de 2,10 metros y 28 años que jugará en el Bilbao Basket hasta el final de la presente temporada en calidad de cedido por el Hereda San Pablo Burgos, club en el que no disponía de minutos después de que una lesión en su tobillo derecho cortara su progresión el pasado curso en el mes de noviembre y este ejercicio apenas contara en los esquemas de Joan Peñarroya, disputando solo tres partidos de la Liga Endesa y quedándose fuera de la convocatoria de la Final Eight de la Basketball Champions League en la que el club al que llegó el verano de 2016, y con el que tiene contrato en vigor hasta 2022, ganó el título europeo.

Huskic llega a Bilbao para reforzar un juego interior que no está funcionando y en el que Ondrej Balvin, toda vez que ni Aaron Jones ni Kingsley Moses están ofreciendo el nivel de juego que se esperaba de ellos cuando fueron fichados en verano. En principio es el nigeriano, quien curiosamente lució el martes ante el Brose Bamberg a su mejor nivel como hombre de negro, el jugador llamado a dejar su sitio a Huskic, que asistió al encuentro desde el palco y ayer por la mañana pasó con éxito el reconocimiento médico, pero aún no hay resolución oficial, aunque en las dos últimas citas ligueras no ha contado con minutos.

Rafa Pueyo, director deportivo de la entidad de Miribilla, definió al pívot serbio como "un jugador de mucho talento ofensivo, tanto en el poste bajo como en el poste alto, tanto como para anotar él como para asistir a sus compañeros. Además, es un jugador con experiencia en la liga y que con su envergadura y saber estar en la pista nos puede ayudar a nivel defensivo y en el control del rebote". Una de las principales virtudes de Huskic es, sin duda, su capacidad para generar juego desde el poste, hasta el punto de firmar en la campaña 2018-19, su mejor ejercicio a nivel individual al promediar 10,6 puntos, 5,7 rebotes, 3,3 asistencias y 14,6 de valoración, partidos de siete, ocho y hasta nueve pases de canasta.

Formado en el Radnicki, con el que llegó a debutar en la segunda división serbia, y con una breve experiencia en Estados Unidos en Howard College, Huskic desembarcó en el baloncesto español en 2013, a los 21 años, de la mano del Gipuzkoa Basket, conjunto en el que militó dos campañas antes de bajar un escalón y firmar por el Huesca de LEB Oro. En 2016 recaló en Burgos y se convirtió en una de las piezas angulares del proyecto que logró el ascenso a la ACB. Su progresión era notable hasta firmar un magnífico curso 2018-19, pero la pasada campaña arrancó con problemas en su tobillo izquierdo, sufrió un esguince serio en el derecho en noviembre y en enero de 2020, cuando estaba próximo a reaparecer, se dañó los tendones peroneos y tuvo que pasar por el quirófano. Bilbao Basket y Huskic quieren ayudarse entre sí para recuperar ambos su mejor versión.