El Bilbao Basket sacó la cabeza en el descanso, seguramente habría palabras más altas que otras en el vestuario, y firmó una reacción que no le alcanzó para vencer al Real Madrid, pero al menos le enseñó la línea a seguir para empezar a sumar victorias en esta compleja temporada de la pandemia. Quedarse con el orgullo y los ratos de buen juego que mostraron los hombres de negro en la segunda mitad no borra el sabor de la derrota en siete partidos, ni quizás sirva de consuelo, aunque los jugadores demostraron que están por la labor, aunque algunos de los del plan inicial vayan quedando por el camino. Primero, lo hizo Tomeu Rigo por una desgraciada lesión y ahora parece que será Kingsley Moses el que saldrá de la plantilla.

Evidentemente, el Real Madrid no suele ser el mejor equipo para cambiar tendencias de manera drástica, menos aún cuando el Bilbao Basket siguió insistiendo hasta el descanso en los mismos errores. Empezar mal está castigado siempre y el líder de la Liga Endesa aprovechó otro arranque a destiempo de los hombres de negro para colocar un parcial de 0-8. Como otros días, los de Mumbrú tuvieron que ponerse a la tarea de remar contra la corriente y eso desgasta mucho en lo físico y lo mental. Ondrej Balvin, con doce puntos al descanso, estaba cargando con todo el equipo en su duelo de gigantes con Edy Tavares, pero no estaba siendo suficiente para que, un día más, se mostrara sólido y contundente.

Con dos chavales de menos de 20 años en el cinco inicial, Alocén y Garuba, el Real Madrid salió con mucha intensidad defensiva y velocidad. El maño firmó doce puntos y el manchego atrapó ocho rebotes, cinco en ataque, antes del descanso para dejar al descubierto las carencias de un equipo de nuevo blando y fuera de sincronía en ataque. Los de Pablo Laso se escaparon a trece puntos (10-23), luego a un 19-32 sin que parecieran tener que apretar el acelerador. Los tiempos muertos no hacían espabilar a los bilbainos, al contrario, y los fallos cuando podían estrechar el marcador eran un lastre ya que el Real Madrid logró trece puntos al descanso tras pérdida del Bilbao Basket y ocho al contraataque.

La ventaja de los visitantes de quince puntos (29-44) parecía sideral, pero el descanso revitalizó a los hombres de negro y, sobre todo, a Jonathan Rousselle, que ejerció de capitán y líder de la tropa para iniciar la remontada ante un enemigo que salió dormido en los laureles. El base francés, con enorme decisión, firmó doce puntos con dos triples y dos acciones de 2+1 que armaron un parcial de 19-2 en apenas cuatro minutos que pusieron a los locales por delante con una canasta de Balvin.

Partido nuevo

Ahí empezó otro partido en el que había que mantener la templanza, algo que al Bilbao Basket le costó, aunque ya le movía la fe. Otra vez surgieron errores no forzados, ataques algo precipitados que dieron aire a los madridistas para poner un parcial de 2-10 y tomar de nuevo la iniciativa. Sin embargo, ahora sí los jugadores de Mumbrú en el intercambio de triples del inicio del último cuarto. Cómo lo vería Laso que a falta de 8.30 para el final activó por primera vez a Facu Campazzo. El base argentino puso orden, elevó el tono defensivo y el ataque bilbaino volvió a sufrir porque Rousselle y Hakanson, mejor en la anotación que en la dirección, se encontraron con una mano siempre delante.

Aún así, un triple de Kulboka puso el 73-72 a 3.12 del final. En ese tramo, decidió la calidad individual, como un canastón del inefable Sergio Llull, y la suma de errores de los locales, que se asustaron ante la posibilidad de una victoria que habían tenido muy lejos. Los blancos no fallaron mientras que los de negro hicieron alguna concesión que después de un gran triple de Trey Thompkins desde la esquina, su lugar favorito, supuso su sentencia definitiva a 1.20 del bocinazo.

A la desesperada, el Bilbao Basket estuvo cerca de remontar siete puntos, pero el triple final de Hakanson llegó demasiado tarde, a menos de un segundo de acabar un partido de dos caras que puede suponer un impulso, aunque hoy la clasificación pueda sugerir lo contrario. Si además llega alguna cara nueva a la plantilla, como parece, y el calendario de las próximas semanas se alivia y se hace más lógico, el Bilbao Basket puede encontrar el tiempo que necesita para crecer como equipo. El miércoles dejó veinte minutos a los que agarrarse. De momento, no ha habido victorias ante los equipos de Euroliga, pero está claro que esta temporada las hazañas tienen que ser otras.