El Bilbao Basket ni su estreno en la Basketball Champions League ni el regreso de espectadores, solo 307 debido a las medidas de seguridad provocadas por la pandemia del covid-19, a las gradas del Bilbao Arena e hincó la rodilla ante el Pinar Karsiyaka en un encuentro en el que los anfitriones cometieron un número de imprecisiones incompatible con la victoria, sobre todo en forma de profundísimo bache ofensivo que provocó que solo fueran capaces de anotar cinco puntos en los nueve minutos finales de la contienda, circunstancia que el conjunto turco aprovechó para dar la vuelta al luminoso y no volver a mirar hacia atrás. Los anfitriones mandaban por 67-64 a 8:56 del final pero a partir de ahí cayeron en una espiral de ataques espesos, pérdidas de balón y tiros mal ejecutados que cristalizó en un parcial final de 5-17 con Tony Taylor como amo y señor de todo lo que acontecía en cancha.

Como había anunciado la víspera, Álex Mumbrú aprovechó la cita para dar minutos a los menos habituales, sobre todo a Felipe Dos Anjos, y meter en dinámica al debutante Jovan Kljajic y quedó demostrado que este Bilbao Basket no tiene, de momento, el andamiaje y los mecanismos lo suficientemente sólidos y compactos como para ofrecer un rendimiento sostenible en esas circunstancias experimentales ante un rival que aterrizó en Bilbao con el triunfo entre ceja y ceja y sin importarle exprimir a sus mejores jugadores para ello. Dos formas de ver esta BCL y dos realidades muy distintas las de vascos y turcos. Ante ese guion, los anfitriones mostraron demasiados dientes de sierra en su rendimiento. Arrancaron timoratos, reaccionaron en el segundo cuarto pero sin ser capaces de fabricar una renta tranquilizadora y lo pagaron al final. Además, su rendimiento defensivo, sobre todo a la hora de poner freno al juego uno contra uno de su rival, no fue nada bueno y el Pinar Karsiyaka se llevó el gato al agua sin llegar al 20% en triples anotados (solo metió cuatro) ni al 70% en tiros libres porque firmó infinidad de canastas debajo del aro, con sus exteriores penetrando una y otra vez a canasta para anotar fácil o doblar la bola según conviniera. Por contra, los hombres de negro tuvieron un buen foco de peligro interior en Ondrej Balvin, al que se sumaron las penetraciones del Quentin Serron más incisivo y la lucha de Álex Reyes, pero el resto, salvo chispazos de Aaron Jones, estuvo lejos de su mejor nivel.

Los locales arrancaron la contienda con Dos Anjos -jugó casi veinte minutos y se vio que aún está verde para la alta competición- incrustado en su quinteto inicial y su puesta en escena general no fue la deseada. Su juego ofensivo, intentando conectar constantemente con el brasileño y Jones en las distancias cortas, compareció tan impreciso como atropellado, lo que desembocó en una sucesión de errores que los de Ufuk Sarica aprovecharon para mandar (2-8). Esos dos puntos fueron lo únicos que anotaron en los cinco primeros minutos los de Mumbrú, que entraron en calor con dos triples de Jonathan Rousselle y Jones. Los anfitriones fueron ganando en consistencia atacante con la entrada en escena de los jugadores de refresco, sobre todo Balvin. Otro triple de Ludde Hakanson igualó la contienda a 19 puntos segundos antes de finalizar el primer acto, pero en el segundo parcial los problemas en el apartado defensivo crecieron. Los visitantes encontraban alfombra roja para penetrar hasta debajo del aro bilbaino una y otra vez. En los cuatro primeros minutos de ese segundo acto las cinco canastas de los turcos llegaron mediante tres mates y dos bandejas, una con adicional. Por contra, el Bilbao Basket empezó a carburar en el otro aro, con Reyes tan peleón como efectivo, y dos tiros libres de Jaylon Brown le dieron su primera ventaja (36-35). El Pinar Karsiyaka ya no encontraba tantas facilidades y la escuadra vizcaina pudo fabricar un buen colchón, pero sus imprecisiones en ambos aros volvieron a penalizarle aunque un tres más uno de Reyes casi sobre la bocina le permitió alcanzar el ecuador de la contienda con un interesante 46-42.

En la reanudación, el Bilbao Basket cargó el juego sobre Balvin, pero los turcos también encontraron vías de anotación, con Taylor ejecutando y habilitando a Morgan y M'Baye. El partido empezó a moverse sobre el alambre. Ni los anfitriones lo rompían ni los visitantes le daban la vuelta. Serron asumió galones, pero el intercambio de acierto y errores hizo que a los diez minutos se llegara con un 63-62 que dejaba todo abierto. Desaprovechadas las oportunidades de distanciarse en el marcador, el conjunto anfitrión se descompuso en el acto final. Entre tiros fallados y pérdidas de balón, su rival encontró el ecosistema perfecto para darle la vuelta a la tortilla (67-72). Mumbrú llamó a capítulo a los suyos a 6:14 del final pero las cosas siguieron sin mejorar entre más bolas extraviadas y tiros libres concedidos en defensa. El regreso de Balvin a la acción llegó tarde porque el daño ya estaba hecho con solo tres puntos anotados en siete minutos de juego y una ventaja turca que quedó muy lejos de poder ser remontada.