Nadie conoce mejor una competición deportiva, sus virtudes y sus miserias, que sus protagonistas. Llevaba semanas Álex Mumbrú mostrando su convencimiento de que, atendiendo al ecosistema, iba a llegar el día que la espiral de aplazamientos de partidos provocada por el covid-19 iba a afectar al Bilbao Basket.

Expresaba cada vez que se le cuestionaba sobre ello que era cuestión de tiempo que ocurriera, ya fuera por positivos en sus propias filas como en las del rival, y que cuando ese momento llegara no iba a quedar más remedio que apechugar, asimilarlo y saber gestionar las peculiaridades, dificultades y cambios bruscos de guion que esta pandemia va a provocar. Esa fecha llegó el dmingo, el día que los hombres de negro tenían previsto recibir, desde las 20.00 horas, al gigantesco Real Madrid en Miribilla. Por la mañana, la entidad blanca, que había llegado la víspera a la capital vizcaina desde Milán después de jugar doble jornada de Euroliga durante la semana, anunció que en los últimos test realizados a su primera plantilla, un jugador, el francés Fabien Causeur, había dado un resultado positivo. Minutos después, la ACB confirmó oficialmente la suspensión del encuentro y un par de horas después anunció que la nueva fecha para la disputa de la contienda será el miércoles 4 de noviembre a las 21.15.

Los aplazamientos de partidos por positivos por covid-19 han dejado de ser noticia en la mayoría de las competiciones deportivas y la Liga Endesa no escapa de esa realidad incómoda, con las consecuencias que ello conlleva pues reubicar encuentros en un calendario ya de por sí denso y sobrecargado se convierte en un ejercicio de encaje de bolillos. De hecho, el duelo aplazado podría haber tenido cabida esta misma semana, en la que el Bilbao Basket no tiene ningún encuentro programado pues aún no ha comenzado su participación en la Basketball Champions League y tiene jornada de descanso en la Liga Endesa, pero el conjunto blanco, a falta de nuevos test PCR que confirmen que Causeur es el único caso positivo dentro de su primera plantilla, tiene que disputar mañana el duelo ante el Monbus Obradoiro correspondiente a la quinta jornada, que tuvo que ser pospuesto a su vez pues hace ocho días tuvo que jugar el de la cuarta jornada (visita al Herbalife Gran Canaria) que en su día tuvo que aplazarse por un positivo por covid-19 en el seno del conjunto insular. Un auténtico galimatías.

Buscar acomodo a los duelos suspendidos en las primeras jornadas era tarea relativamente sencilla pues todavía no habían dado comienzo las competiciones continentales, pero a partir de ahora será misión prácticamente imposible porque en estas últimas también hay cada vez más equipos con jugadores afectados y obligados a posponer sus contiendas, como ha acontecido recientemente en la Euroliga con el Zenit San Petersburgo o el Asvel Villeurbanne, que la pasada semana no pudieron disputar ninguno de sus dos encuentros programados, con equipos de la Liga Endesa afectados. Y el Bilbao Basket-Real Madrid ha encontrado una fecha relativamente cercana para su celebración gracias al acertado cambio de formato llevado a cabo recientemente por la Basketball Champions League, dejando semanas de inactividad a sus participantes precisamente para poder hacer frente a este tipo de adversidades.Cinco partidos en doce días

Así las cosas, y si no ocurren nuevas complicaciones, el Bilbao Basket va a pasar de no disputar ningún partido en una quincena a tener que jugar cinco en apenas doce días: 27 de octubre ante Pinar Karsiyaka, 29 contra Andorra, 31 en Manresa, 4 de noviembre frente al Real Madrid y el 7 visita al Baskonia.