Bilbao - Por posición, estructura de equipo y cambio necesario de roles, Sergio Rodríguez es uno de los jugadores del Bilbao Basket que más miradas ha acaparado desde la salida del equipo de Axel Bouteille. El canario ocupó en Sevilla la vacante del alero francés en el quinteto inicial, acumuló más presencia en cancha y protagonismo en ataque y cumplió con creces: 12 puntos con solo un tiro de campo fallado y cuatro rebotes en casi veinte minutos de juego. Sin embargo, no cree que el lógico reajuste que debe afrontar el conjunto vizcaino pase exclusivamente por él.

"Igual antes me tocaba un rol más secundario, por decirlo así, y ahora quizás pueda tener más opciones; lo que hay que estar es preparado en todo momento para poder aportar en cualquier situación", admitió ayer en Miribilla, aunque recalcó que la clave del éxito debe seguir residiendo en el colectivo: "No hay que cambiar nada de nuestra filosofía y de lo que nos ha traído hasta aquí. Habrá aspectos deportivos que el staff técnico se encargará de transmitirnos y luego nosotros tendremos que ejecutarlos, pero nada más allá de lo que es el sentido común, del juego que estamos realizando y de lo que es el Bilbao Basket". En ese sentido, tampoco quiso profundizar demasiado sobre la forma en la que el vestuario ha vivido todo el proceso de salida del ahora jugador del Unicaja, ya que "son cosas externas que nosotros no podemos controlar. Así es el deporte y cada uno toma sus decisiones, que no dejan de ser complicadas. El equipo lo que ha intentado es que nada de lo externo pueda desequilibrarnos e intentar seguir centrados en las cosas que están en nuestra mano, que es intentar competir cada día al 100%".

Pese a la derrota, el canario quiso quedarse con lo positivo de lo acontecido en Sevilla. "Tuvimos la posesión para empatar o incluso ganar y después de semanas muy distintas a las habituales, con Copa, jugadores con sus selecciones y muchos cambios dentro del vestuario, eso es algo que dice mucho del equipo y de la ambición que quiere seguir teniendo", afirmó, sin querer poner el listón de las metas en las eliminatorias por el título porque "no sé si decir que el play-off es el objetivo sería correcto. Lo sería más decir que el equipo quiere seguir ganando estemos los que estemos para seguir arriba por méritos propios". Con ganas de volver a jugar en Miribilla, apuntó que la visita del domingo del Monbus Obradoiro "será difícil porque llega de perder y porque en este tramo de la temporada todos los equipos quieren apretar. Nosotros, después de tantos cambios, esta semana debemos entrenar duro, dar nuestro nivel en Miribilla y que ganar aquí siga siendo muy complicado".

La "identidad" del club Por su parte, Jonathan Rousselle fue muy contundente al asegurar que estaba completamente seguro de que el Bilbao Basket iba a ser 100% competitivo en la visita al Coosur Betis pese a todo lo vivido en las jornadas precedentes. "Nuestro ADN es pelear. Yo no estaba preocupado por ello, sabía que íbamos a seguir siendo un equipo muy duro contra el que jugar porque nunca nos rendimos, aunque estemos diez puntos por debajo en el marcador siempre peleamos, incluso con nuevos jugadores. Esa es la identidad del club y del entrenador. Aunque cambiásemos diez jugadores, eso seguiría igual", manifestó, reconociendo que "no hemos olvidado" la derrota tras dos prórrogas de la primera vuelta en Santiago, aunque hizo hincapié en que "para nosotros lo más importante es involucrar lo más rápido posible a los jugadores nuevos y mejorar todos juntos".

"Sabía que íbamos a seguir siendo un equipo muy competitivo porque nunca nos rendimos"

Jonathan Rousselle

Base del Bilbao Basket