Las uñas son una parte del cuerpo más importante de lo que podríamos pensar, ya que revelan mucha información sobre nosotros. A través de ellas, con solo mirarlas, podemos adivinar cómo es una persona y, además, permiten detectar, a partir de su forma, color y textura, ciertos trastornos o enfermedades

Las manos son nuestra mejor carta de presentación, por lo que es imprescindible mantener las uñas limpias, limadas e hidratadas. Sin embargo, una de cada cuatro personas no puede evitar morderse las uñas, lo que se convierte en un problema estético no siempre exento de complicaciones.

Ligado a este trastorno, la onicofagia, surgen los padrastros, esos pequeños pero molestos trocitos de piel que aparecen en el costado de los dedos y que siempre se enganchan en el lugar y en el momento más inoportuno.

Una mujer con padrastros se muerde la piel del dedo pulgar. Freepik

Pero, ¿qué son en realidad los padrastros? La uña está rodeada de la cutícula, una capa de piel fina y endurecida que la protege de la humedad y de bacterias e infecciones. La uña es una parte de esa cutícula que crece, se endurece más y termina separándose. 

A medida que la cutícula y la uña van creciendo, la piel justo anterior a la cutícula está sometida a una fuerte tensión. Si esta piel está débil y deshidratada, comenzará a rasgarse y se desprenderán restos de cutícula, los padrastros.

Entre las causas por las que surgen estos las hay físicas, como morderse las uñas, tener las manos secas o mantener las manos en continuo contacto con el agua u otros productos, o psicológicas, el estrés, la tensión o la ansiedad que nos llevarán a comernos las uñas.

Dedos con las uñas mordidas y con heridas. Freepik

Precisamente, los padrastros no son la única consecuencia de morderse las uñas. Alteraciones de las uñas, infecciones periungueales, inflamación e infección de las encías, alteraciones en los dientes, un mayor riesgo de bruxismo o un malestar psico-social por su aspeto antiestético, son otras consecuencia de la onicofagia.

La peor complicación que se puede derivar de un padrastro es que se infecte. En los extremos de los dedos hay muchas terminaciones nerviosas y una pequeña infección resultará muy dolorosa. Enrojecimiento, inflamación, calor y a veces pus en la zona son síntomas de que algo no va bien y de que lo mejor es que consultes a un médico.

Cómo debemos quitarlos

Como ya hemos dicho, cuando tengamos un padrastro nunca debemos morderlo, ya que podría infectarse. En primer lugar, desinfecta con alcohol la pinza para cutículas o la tijera que vayas a utilizar. Sumerge el dedo en agua tibia durante unos minutos y cuando la cutícula se ablande, córtalo.

Cómo prevenirlos 


  • Usa crema hidratante en las cutículas dos veces al día.
  • Ponte guantes para tareas que puedan dañar tus manos.
  • Hazte la manicura o ponte uñas postizas; te motivará verte las manos bonitas.
  • Aplícate esmalte disuasorio de uñas amargas para no morderlas.
  • Lleva siempre encima un alicate corta pieles
  • Identifica la causa por la que te muerdes las uñas.
  • Haz ejercicios de relajación.
  • Mantén las manos ocupadas.
  • Márcate como reto conservar las uñas.
  • Acude a terapia psicológica para controlar los nervios.