Llevar un estilo de vida saludable, una dieta sana y practicar deporte son los tres consejos básicos que debemos seguir si queremos gozar de una buena calidad de vida.

Podemos elegir entre un amplio abanico de actividades físicas para estar en forma pero, sin duda, el pádel es desde hace unos años uno de los deportes de moda.

Su éxito se debe a que es una actividad sencilla (consiste en hacer botar la bola en el campo contrario con la posibilidad de rebotar en las paredes), muy social (hacen falta cuatro personas para practicarlo) y muy económica (solo se necesitan una pelota, una pala y una pista).

Palas y pelotas para la práctica del pádel. Freepik

Además de todo esto, la práctica del pádel engancha por diversas razones, entre ellas sus múltiples e importantes beneficios para la salud física y mental. Diez motivos que causan esta adicción son:

1- Apto para todas las edades. Es un deporte que se adecua a las características de los jugadores. Tú serás quien marque tu propio ritmo y siempre encontrarás jugadores de tu mismo nivel para poder jugar.

2- No tiene limitaciones físicas. Da igual que tu forma física no sea demasiado buena. Jugando perderás peso (hasta 400 calorías en una hora), lo que te ayudará a fortalecer y tonificar los músculos del cuerpo, sobre todo piernas y glúteos, pero también brazos, cintura y espalda.

3- Disminuye el estrés. Se trata de un juego que requiere cierta concentración, por lo que será ideal para evadirnos de nuestras preocupaciones del día a día. Además, durante el ejercicio liberaremos endorfinas con lo que aumentará nuestro estado de bienestar.

4- Fomenta las relaciones sociales. Para jugar al pádel hacen falta 4 jugadores y no te resultará difícil encontrar amigos o compañeros de trabajo para practicarlo. Además, a través del juego, podrás descubrir nuevas facetas suyas. Si en tu entorno nadie se anima, no te preocupes, ya que te servirá para conocer gente nueva y ampliar tu círculo social.

Dos parejas juegan a pádel. Freepik

5- Trabajo en equipo. Al ser un deporte de parejas, la práctica del pádel requiere un trabajo en equipo con tu compañero de pista. Los valores que apliques durante la práctica de este juego los trasladarás luego a tu trabajo, tu familia...

6- Es divertido. Al ser un deporte social, es muy divertido y te permitirá pasar un buen rato y disfrutar del juego y de la compañía.

7- Es sencillo. Es un deporte fácil de aprender y de practicar, ya que las reglas son sencillas y claras y enseguida podrás ver tu evolución en la pista de juego.

8- Olvídate del tiempo. No tendrás excusas para no practicarlo, ya que puedes disfrutar de él en pistas al aire libre cuando haga buen tiempo y en pistas de interior cuando la climatología no acompañe.

Pistas de pádel y un cesto de pelotas para jugar en interior. Freepik

9- Mecanismo de superación personal. Te permite adquirir una disciplina que luego trasladarás fuera de las cuatro paredes de la pista. Tú serás quien marque tus propias metas y trabajar por conseguirlas requerirá un compromiso por tu parte. Una derrota activará de inmediato una capacidad de mejora, algo que puede resultarte muy útil en otros ámbitos de tu vida como es el trabajo.

10- Una fuente de salud. La práctica del pádel tiene innumerables beneficios para tu salud: al ser un ejercicio aeróbico fortalece tu corazón, mejora los reflejos y la concentración, favorece a la coordinación y a la agilidad tanto física como mental, aumenta la capacidad de atención de los estudiantes y mejora la calidad del descanso.

Ahora que conoces un poco más esta disciplina deportiva con la que puedes obtener, sin demasiado esfuerzo, innumerables beneficios para tu cuerpo y tu mente no tienes excusa para no hacer ejercicio. Eso sí, si te decides a probarlo, no te olvides de que puede ser adictivo.

Pistal de pádel al aire libre vista desde arriba. Freepik

Curioso origen del pádel

Los orígenes del pádel se remontan al año 1962 en Acapulco (México). Un contratista llamado Enrique Corcuera, enamorado del frontón que tenía en su finca y con el fin de que no lo invadiera la vegetación, decidió colocarle una pared de unos tres metros de altura en la pared opuesta a la que ya tenía construida y cerró sus costados con cuatro paredes de altura media. Además, puso en medio una red. De esta forma nacía la primera pista de pádel, entonces conocido como paddle-tenis. A España llegó en 1970 de la mano del príncipe Alfonso de Hohenlohe, amigo de Corcuera, quien construyó las dos primeras pistas en el Hotel Marbella Club de su propiedad.