El regreso de Ricky Rubio, cada vez más cerca

Ricky Rubio jugó su último partido de baloncesto como profesional el 2 de junio de 2024 con el Barça. Después llegó su renuncia a la selección española en plena preparación de los Juegos Olímpicos de París y un parón de un año que puede terminar pronto. Según publicaron ayer varios medios catalanes, el jugador de El Masnou está decidido a volver a sus 34 años al Joventut, el club donde debutó con apenas 14 años en octubre de 2005 ante el Granada y en el que quiere cerrar dos décadas después el círculo de una carrera con muchos éxitos, pero también demasiadas adversidades que acabaron por hacer mella en su salud mental. “Quiero jugar al baloncesto, pero no puedo”, confesó recientemente a Jordi Évole en una entrevista televisiva en pleno proceso de reflexión sobre su futuro que, a falta de confirmación oficial, se ha decantado por volver a las pistas tras una conversación con Jordi Martí, director deportivo de la Penya, y el entrenador Daniel Miret.

Su reaparición en el Barça en el tramo final de la campaña 23-24 no tuvo el brillo esperado, pero ahora Ricky Rubio volverá en un contexto de mayor tranquilidad, en un entorno de máxima protección y con un rol adecuado a su realidad deportiva actual. Eso sí, su vuelta supondría un gran impacto mediático para la Liga Endesa en un momento en que la competición está necesitada de referentes. Los mismos medios catalanes ya hablan incluso de una fecha, la del 4 de septiembre, como la oportunidad de ver de nuevo al genial base en el primer amistoso de la pretemporada verdinegra.

A lo largo de todos estos meses, Ricky Rubio ha tratado de mantenerse en forma jugando pachangas con sus amigos en busca de esa felicidad que había perdido con las exigencias del profesionalismo y que le llevaron a situaciones límite. Su regreso es una muy buena noticia, siempre que el mundo del baloncesto no espere ver al mismo Ricky que llegó a ser MVP de la Copa del Mundo que ganó España en 2019.