ES un gran jugador. Nos encantaba en el draft, lo conseguimos con un traspaso y ha resultado ser muy bueno. Nuestro mánager general creía que iba a ser así de bueno. Otros creían que era bueno, pero no tanto como está demostrando. Donnie Nelson tenía razón sobre Luka Doncic; muchos otros, no”. Así hablaba a finales de la pasada semana Rick Carlisle, entrenador de los Dallas Mavericks, sobre su prodigioso novato de 19 años, ese chaval esloveno con cara de no haber roto un plato en su vida pero que ha trasladado al otro lado del charco, sin demasiado esfuerzo, los destrozos que llevaba años perpetrando en Liga Endesa y Euroliga. La franquicia de Texas siempre tuvo claro que era el jugador con el que quería contar, priorizando su probado talento a las preguntas que otros se hacían. ¿En qué posición va a jugar? ¿Le permitirá su físico destacar en la NBA? ¿Podrá brillar teniendo en cuenta la explosividad de los jugadores exteriores? Mientras otros dudaban, los Mavericks se hicieron con Doncic, elegido por los Atlanta Hawks en el número tres del draft, a cambio del número cinco, Trae Young, y una elección protegida del sorteo de 2019 y el tiempo les está dando la razón.

“La posición de Doncic en la NBA será la de estar en la pista, jugando. Yo lo veo titular desde ya. Sus habilidades son altísimas para alguien que solo tiene 19 años, es el tipo de jugador que puede jugar junto a cualquiera”, dijo Carlisle horas después del draft en una clara declaración de intenciones sobre la elevadísima estima en la que tenía al esloveno y no ha tardado en convertir sus palabras en hechos. Jugados ya los 18 primeros partidos de la temporada, Doncic vuela hacia el galardón de rookie del año. Es el jugador de los Mavericks que más minutos juega (más de 33 por partido), el que más anota (19,1 de media) y ha sido ya elevado a la categoría de líder de la franquicia gracias a unos números que los propios medios estadounidenses no han dudado en glosar para darle la importancia que se merece a su irrupción en la competición. Sus promedios globales de 19,5 puntos, 6,6 rebotes y 4,2 asistencias en sus primeros quince partidos en la NBA solo fueron superados por dos leyendas de la liga: Oscar Robertson (25,9, 8 y 9,9) y Magic Johnson (19,6, 7,4 y 7). Casi nada. Además, en el triunfo ante Dallas en la madrugada del domingo, se convirtió en el primer jugador menor de 20 años que no baja de los 10 puntos en sus primeros 18 partidos en la liga, arrebatando la plusmarca a Kevin Durant.

Si en el Real Madrid destacó hasta la pasada temporada por su juego global, siempre pendiente de involucrar a todos sus compañeros de equipo, Doncic ha afilado su perfil más anotador para destacar en su aterrizaje en la NBA. Ha anotado más de 20 puntos en nueve de sus 18 partidos en la competición -el año pasado, en 36 partidos de Liga Endesa, solo lo logró una vez- y su plusmarca a día de hoy son los 31 que endosó a los San Antonio Spurs. Actuando en cancha en todas las posiciones excepto la de pívot, el esloveno tiene ya galones para jugarse los balones decisivos, ha dejado un buen puñado de highlights ante estrellas de primerísimo nivel de la liga -el último, ante Kyrie Irving- y es el pilar sobre el que Dallas, que por el momento lleva un 50% en el balance de victorias y derrotas, pretende reverdecer viejos laureles. Para ellos, Carlisle tendrá que trabajar la coexistencia, con y sin balón, entre Doncic y Dennis Smith, porque si lo consigue contará con una línea exterior multidisciplinar.

Pero uno no es nadie en Dallas si no cuenta con la bendición de Dirk Nowitzki, el gran ídolo baloncestístico de la ciudad que está ya muy próximo a reaparecer. Esto es lo que opina el alemán sobre el esloveno: “Para mí ya es un veterano. Tiene cosas en su repertorio que simplemente no tienes a los 19 años. El juego que tiene a toda cancha no tiene agujeros. Tiene el tiro, tiene el pase. El cielo es su límite”.