BAHÍA Blanca estará pendiente del duelo de hoy entre el Iberostar Tenerife y el Bilbao Basket. Dos de los productos de la cuna del baloncesto de Argentina se enfrentarán por primera vez en un partido oficial y lo harán a muchos miles de kilómetros de las canchas que les vieron crecer. Nicolás Richotti (17-10-1986) y Lucio Redivo (14-2-1994) se armaron de determinación para derribar los prejuicios y aventurarse a llevar su talento concentrado en poco más de 180 centímetros al exigente baloncesto europeo. El carácter competitivo lo adquirieron en una ciudad “con gran cultura de baloncesto”, que por el sistema de las competiciones del país permite el desarrollo de los jugadores desde muy pronto. “Hay gran competencia interna ya que hay muchos clubes en la ciudad y cada fin de semana se disputan muchísimos partidos. Existe mucho flujo de talento y de actividad de baloncesto y de ahí salen jugadores”, cuenta Richotti, capitán del conjunto canario, en el que cumple su octava temporada.

Redivo, recién convertido en hombre de negro, añade otra reflexión que ayuda a comprender lo que supone su deporte en Bahía Blanca. “Hay 23 clubes, una barbaridad para una ciudad de 300.000 habitantes. Yo salgo de casa y a tres cuadras a la derecha está el pabellón del club donde me formé. Pero una cuadra a la izquierda hay otro pabellón. Y cinco cuadras al frente hay otro. Y a ocho, otro más. Jugar al baloncesto resulta muy fácil porque hay mucho donde elegir”, explica.

El jugador del Bilbao Basket se crió en el Atlético Pacífico, el club de barrio del que es leyenda Marcelo Richotti, padre de Nico, y después dio el salto al Bahía Basket, del que llegó a Bilbao con 23 años tras proclamarse máximo anotador de la Liga de las Américas. El escolta del Tenerife, por su parte, creció fuera de su ciudad natal, siguiendo la carrera de su padre, y vino muy joven a Europa, con 18 años. Antes de llegar a la Liga Endesa pasó por Italia, la EBA, la LEB Plata y la LEB Oro y ya es indiscutible en la ACB y en Tenerife a los 31 años. Pero ambos mantienen aún el contacto porque, además, Redivo fue compañero de Bruno, el hermano de Nico, que juega en el Ifach Calpe de la Liga Autonómica valenciana.

“Cuando vuelvo a Argentina en los recesos de las competiciones, suelo entrenar con ellos. Tengo muy buena relación”, comenta el jugador del Tenerife. El del Bilbao Basket lo corrobora. “Jugar contra un amigo me da mucho gusto. Cada uno tirará para su lado, como es normal, pero va a ser bonito”, dice Redivo, que considera a Richotti un ejemplo a seguir. “Desde que empecé a jugar todos me decían que me fijara en Nico. Somos muy similares en el físico y en el juego. He copiado muchas cosas de él y sigo haciéndolo. He visto muchos vídeos suyos y hablamos cada cierto tiempo. Es una gran persona y siempre está dispuesto a darme un consejo que yo trato de absorber”, comenta.

Nico Richotti explica que conoce a su rival de hoy “desde hace mucho tiempo, desde que era cadete, más o menos. Ya de chiquito pintaba muy bien, a que podía llegar lejos. Vista cual ha sido su evolución tenerlo ahora en la Liga Endesa y poder enfrentarme a él lo hace muy especial”, confiesa. El escolta del equipo canario define a Redivo como “un anotador increíble. Es un jugador enfocado a meter puntos, no te puedes despistar porque siempre está pensando en atacar a la mínima oportunidad. Creo que ha mejorado mucho en los últimos años”.

no bajar los brazos Lucio Redivo destacó mucho en pretemporada, de hecho fue el máximo anotador, pero con el inicio de la competición de verdad ha empezado a notar la exigencia táctica de la Liga Endesa y la vigilancia que le están dedicando los rivales. Uno de esos consejos que le ha dado Richotti es que “por ahí esté tranquilo. Además, él ya sabe que en la ACB hay mucho scouting, que los equipos se preparan muy bien contra cierto tipo de jugadores y por eso no hay que caer en la frustración cuando los partidos no salen como uno quiere”. “Pero una de las mayores virtudes de Lucio es su intensidad, que nunca baja los brazos aunque no tenga un buen día y eso es algo muy valioso”, añade. En Miribilla, Redivo trata de trabajar para adaptarse lo más rápido posible ya que “es la primera vez que salgo de Argentina y de mi ciudad. La exigencia aquí es mucho mayor, es algo que ya tenía asumido, y creo que voy dando pasos poco a poco gracias a mis compañeros y a mis entrenadores”.

Bahía Blanca siempre ha estado muy presente en la Liga ACB y lo sigue estando, también con Néstor Che García, el técnico del Fuenlabrada, el equipo revelación del curso hasta ahora. “Me pone muy contento que mi ciudad esté tan bien representada al máximo nivel y espero tener el mismo éxito que tuvieron otros”, dice el jugador del Bilbao Basket, que piensa en los Juan Espil, Hernán Jasen, Alejandro Montecchia, Pepe Sánchez o, incluso, Manu Ginobili o el seleccionador Sergio Oveja Hernández, todos bahienses brillantes en el baloncesto. Richotti reconoce que esos nombres y algunos otros “han sido claves en lo que hoy en día es el baloncesto en Bahía Blanca porque la gente les ha podido seguir de cerca y han sido referentes cercanos para todos ya que salieron de los clubes de barrio”. “Después, han llegado muy lejos, lo que significa que con esfuerzo se pueden lograr muchas cosas, completa el escolta del Tenerife.

Nicolás Richotti y Lucio Redivo, dos jugadores que han llegado también a ser internacionales con la selección albiceleste absoluta aunque no al mismo tiempo, son también un ejemplo perfecto de que “la estatura no es obstáculo para llegar al máximo nivel”. Esta tarde vivirán su primer duelo muy lejos de la ciudad en la que mamaron el baloncesto, muy lejos de esa Bahía Blanca que les enseñó a no rendirse.