Un Barça a la griega

BILBAO - El Barcelona, que visita al Bilbao Basket el domingo, dio un golpe de timón después de dos temporadas seguidas sin títulos, más que una Supercopa. Ser segundo en un club como el azulgrana no vale nada y Joan Creus y Xavi Pascual tuvieron que dejar sus puestos de director deportivo y entrenador porque todos los éxitos anteriores tampoco importan. El exjugador Rodrigo De la Fuente ascendió a jefe de los despachos con la misión de armar una plantilla de nuevo ganadora, pero también que pudiera practicar un baloncesto atractivo, algo que se había echado en falta en la etapa más reciente en comparación constante con el Real Madrid.

Y quizás algunas decisiones tienen ese trasfondo. En la búsqueda del entrenador, surgieron varios nombres, pero el Barça acabó apostando por Georgios Bartzokas, el técnico griego de 51 años que le ganó una Euroliga al Real Madrid al mando del Olympiacos. Y el fichaje estrella de este verano ha sido Tyrese Rice, el pequeño base que con el Maccabi fue decisivo para dejar al enemigo blanco sin otra Euroliga. El club azulgrana espera que este influjo tenga prolongación en el vestuario del Palau para acabar con el dominio en la ACB del equipo de Pablo Laso, pero hace falta mucho más que abrir la chequera y en eso están Bartzokas y sus jugadores. En el primer duelo directo entre ambos, en la semifinal de la Supercopa, se impuso el Barça en un partido en el que Rice fue decisivo, pese a sus problemas en una rodilla.

Parecía que el plan funcionaba, pero el Barça ha empezado la temporada sin suerte. Shane Lawal sufrió una grave lesión durante los Juegos Olímpicos que le va a tener muchos meses fuera y a unos días de empezar la temporada Petteri Koponen, que como Rice fue fichado del Khimki para tener una pareja que controle y decida, se vio involucrado en un accidente de tráfico que le provocó una conmoción cerebral de la que aún no se ha recuperado.

El finlandés es baja por tiempo indefinido y Bartzokas ha tenido que dar la alternativa al serbio de 19 años Stefan Peno, destacado jugador en los torneos de categorías inferiores, pero al que aún le falta algún hervor para llevar la batuta de un equipo tan importante. Por eso, el Barça está buscando un base en el mercado ya que también Pau Ribas, que podría ser una alternativa, ha estado parado por unos problemas físicos. La exigencia del calendario obliga a contar con gente en perfecto estado y ahora mismo a Georgios Bartzokas no le sobran, sobre todo en la línea exterior.

Pero del técnico griego, primero de su país que ganó la Euroliga, se espera mucho ya que ha sido capaz de armar equipos competitivos en todos los lugares donde ha estado. Lo hizo con el Olympia Larissa, el Maroussi, el Panionios, el Olympiacos -de donde salió por la presión de los aficionados y la influencia de Spanoulis- y el Lokomotiv Kuban, con el que dejó fuera de la última Final Four al Barcelona tras levantarle un 2-1 en contra en el play-off. En Rusia, le ha sustituido Fotis Katsikaris, uno de los que sonó para el Barça, curiosamente.

Bartzokas tendrá que proteger los galones que aún conservan Navarro y Tomic con los que suma Rice, un jugador para guardar el balón. El fichaje de Claver, al que dirigió en el Lokomotiv, le da una pieza para jugar ese baloncesto con gente móvil y versátil que la ha dado éxito. Pero también se espera que este Barça sea aguerrido y duro, algo que al técnico ateniense le viene de familia. Su padre Andreas fue uno de los 27 comunistas, presos políticos tras la Guerra Civil helena, que huyeron de la cárcel de máxima seguridad de Vourlas hace 61 años en un episodio que inspiró la película La gran evasión. El Barça espera que su nuevo entrenador pueda construir un túnel hacia las victorias.