bilbao- Carles Duran prepara ya al Dominion Bilbao Basket para empezar la temporada. El técnico catalán asume riesgos al apostar por varios jugadores sin experiencia en la Liga Endesa y por tratar de practicar un estilo de juego vistoso. “Mi manera de ver el baloncesto está influida por lo que aprendí en el Joventut”, admite.

A menos de una semana de que empiece la competición con fuego real, ¿cuáles son sus sensaciones?

-Son muy positivas. Estoy contento por cómo ha ido la pretemporada pese a los inconvenientes y, sobre todo, por saber de dónde venimos. Hace un par de meses ya no era el entrenador, había un equipo un poco desestructurado y hemos conseguido hacer el equipo que hemos querido. Ahora hay que ver si somos capaces de competir el primer día con todos estos problemas que hemos tenido.

¿Lo que se ha encontrado en la ciudad y en el club, en los medios para trabajar, le satisface?

-La ciudad, muy bien, me encanta. Y el club está creciendo y hay cosas que faltan según mi manera de ver y lo que ha aprendido en los dos sitios en los que he estado, uno de ellos el que me ha formado que es el Joventut y otro un club importante como el Valencia Basket. Pero son cosas que llegarán según vayamos creciendo poco a poco, pero en general todo lo que necesito para trabajar lo tengo.

Dice que está contento con la pretemporada, pero no ha sido la ideal.

-Bueno, puedo pensar que ha sido un desastre y frustrarme por no haber tenido a todo el equipo. O lo contrario, pensar que los que hemos estado hemos trabajado muy bien. Por eso estoy contento. Siempre que hemos venido a entrenar lo hemos hecho bien. Siempre que hemos salido a competir, con las armas que teníamos, lo hemos hecho muy bien. Me habría gustado estar con todos, pero no quiero buscar excusas.

¿El partido ante el Guaros de Lara le dio alguna información que necesitaba?

-Sí, sobre todo en detalles que estamos introduciendo y que existe voluntad de hacer por parte de los jugadores. Me sirvió para ver que los nuevos aún no están acoplados, lógicamente, a esos detalles. Y, por último, comprobé que jugadores que creo que van a ser importantes están empezando a sentirse así. Pero necesito que los jóvenes den un paso más. En la primera parte estuvieron bien, pero en la segunda no estuvieron tan bien, aunque es normal.

Imagino que tenía en la cabeza unos roles cuando hizo la plantilla. ¿Sigue manteniéndolos después de esta pretemporada?

-Durante la temporada pueden pasar muchas cosas. Anteayer, por ejemplo, faltaba Buva, que debe ser un jugador importante. No me gustaría tener un quinteto titular y un quinteto suplente muy marcados. Va a haber muchas combinaciones. Los jugadores con más experiencia la aportaron contra el Guaros, pero los jóvenes deben dar un paso, primero porque yo les dé confianza y después porque ellos se la ganen para quitar minutos a otros jugadores más veteranos. Esto es un conjunto de doce jugadores, no de cinco más siete.

¿Se puede decir ya cómo quiere que juegue este Bilbao Basket?

-Ahora que tenemos los jugadores, sí. Como hemos fichado muchos jóvenes, tenemos que correr, intentar jugar un baloncesto más veloz. Hemos fichado a un jugador como Buva para tener un equilibrio entre la aportación interior y exterior. Y, lo más importante, en defensa tenemos que ser agresivos, valientes, pero también sólidos, algo que nos está costando. Estamos jugando a muchas posesiones, algo que me gusta, pero estos tres puntos son fundamentales: baloncesto veloz y a campo abierto, tener equilibrio y ser sólidos atrás.

El equipo ha demostrado que tiene muchos puntos en las manos, y no solo porque meta triples.

-Ya comenté que tenemos talento en la línea exterior, pero también Buva nos tiene que dar muchos puntos dentro. Intento dar una cierta libertad a los jugadores porque los que juegan son ellos, no yo. Lo de meter 16 triples no es algo que yo busque, sino que ellos buscan esas opciones con sus decisiones. Ahora, meter 90 puntos está muy bien, pero tenemos que intentar que nos metan 65-70. No vamos a ganar muchos partidos por meter 90 puntos, sino porque nos metan 70. Y en eso estamos.

Esta es su primera experiencia como entrenador desde el inicio de la temporada. ¿Le sirven más los cinco meses que estuvo en el Valencia como primero o todos los que pasó en el Prat?

-En el día a día lo que cuenta es el bagaje como entrenador, incluso como ayudante, y mi idea de baloncesto es la que puse en práctica en el Prat, sobre todo. En esos cinco meses en Valencia fueron muy constructivos, pero trabajé con un equipo ya hecho y era difícil cambiar cosas. Fue positivo por la convivencia en un vestuario muy competitivo y en una situación en la que solo se pedía ganar.

Entiendo que la oportunidad de entrenar al Bilbao Basket no podía dejarla pasar.

-Cuando me fui de Valencia no tenía nada, aunque había nueve opciones de entrenar en la ACB en ese momento. En mi cabeza pensé que era el momento y cuando llegó la oferta de Bilbao era ahora o nunca. No lo dudé. Tuve otras opciones, pero la de Bilbao me pareció excelente. A partir de ahí, estamos en una liga muy competitiva también para los entrenadores porque solo hay 17 plazas como primeros y todos queremos estar. Estoy muy contento por esta oportunidad, pero también sé que puede durar poco. Espero que no sea así y para eso tendré que hacer muy bien las cosas.

Habla de dar libertad al jugador. ¿Hay algún otro principio irrenunciable en su manera de ver el baloncesto?

-Siempre he dicho y diré que mi maestro es Aíto. Y también es verdad que yo he crecido en un club en el que se ha tratado de potenciar el talento del jugador. Mi manera de pensar en baloncesto siempre ha sido mejorar al jugador y que él sacara todo su potencial. Y estando con Aíto, mucho más aún. Muchos entrenadores parece que tienen un mando, un joystick, para dirigir a los jugadores. Pero los equipos que han jugado un gran baloncesto e, incluso, que han ganado lo han hecho con jugadores que tienen libertad y confianza dentro de la estructura del equipo para dar su mejor versión. El ejemplo es Pablo Laso. Cuando llegó planteó algo diferente a lo que se movía a su alrededor. El Barça, los equipos turcos, los rusos, jugaban con una estructura muy cerrada y el Real Madrid creó otro nivel de baloncesto, como antes lo había hecho el Joventut de Aíto: presionando, corriendo... Creo que es el baloncesto que gusta al público y que, además, da resultados y es el que a mí más me gusta.

Este calendario con equipos impares en las dos competiciones, ¿le preocupa?

-No, habrá algún tiempo más de descanso que a algunos jugadores les puede venir bien. Es una pena que en la Liga Endesa seamos 17, pero es lo que hay. Y en cuanto a la Eurocup, a la larga va a ser perjudicial todo lo que está pasando en Europa. Pero son cosas que no controlo y que creo que no me afectarán en mi día a día.

¿Qué importancia da a empezar la temporada con buenos resultados?

-Toda. Primero, por no crear dudas respecto a lo que hemos hecho en pretemporada. Segundo, por generar confianza en el equipo, en el club, en la ciudad y en la afición. Y, por último, por mí mismo. Soy un entrenador nuevo y sé que se me va a mirar con lupa, por desgracia. Es importante empezar bien por muchas cosas.