DOMINGO al mediodía. Cientos de personas vestidas de negro invaden Miribilla. Es la marea negra. Su rutina anual vuelve y ayer la iniciaron por una temporada más, acercándose hasta el Bilbao Arena a presenciar la puesta en escena de su equipo. Fue la bienvenida a un nuevo Bilbao Basket, remodelado al completo y únicamente con la vieja guardia, encabezada por los omnipresentes Axel Hervelle y Álex Mumbru, como vestigio de tiempos pasados. Los hombres de negro los componen muchas caras nuevas, dirigidas por Carles Duran, también neófito en lo que se refiere a sentarse en el banquillo local. Todo lo nuevo trae consigo la ilusión del descubrimiento y las ganas por conocer a los jugadores encargados de hacer vibrar al público este año. Con esa incertidumbre se acercó el público vizcaino a ver al renovado Bilbao Basket ante los Guaros de Lara, al cual su título de campeón intercontinental no le sirvió para marcharse con una victoria de Bilbao.

El Bilbao Basket cerró el partido con una apretada victoria. Tuvo que sufrir para derrotar al duro conjunto venezolano y valerse del buen acierto de sus francotiradores para sacar la tarea adelante. Falta todavía para que el juego se asiente, pero entre el público sonaron voces llenas de optimismo, como la de la durangarra Irene: “Me gusta la pinta que tiene el Bilbao Basket. Parecen capaces de meter muchos puntos y cuando se conozcan mejor seguro que están muy arriba”.

La falta de conocimiento mutuo es uno de los hándicaps con los que tendrá que trabajar estas primeras semanas el conjunto dirigido por Carles Durán, que hasta la fecha solo ha podido entrenar cuatro días con todos sus efectivos, debido a los diferentes compromisos internacionales. “Están un poco verdes todavía y falta mejorar más la comunicación entre los jugadores”, comentó Xabi, de Bilbao.

Fue el día para ver la nueva versión del equipo y conocer a los debutantes a la hora de defender la camiseta bilbaina. Varios de ellos casi desconocidos para el público debido a su nulo bagaje en la ACB y otros como Jonathan Tabu y Scott Bamforth a los que se ha sufrido como rivales y ahora se empieza a disfrutar como compañeros. El norteamericano fue uno de los que más gusto al graderío vizcaino. El escolta demostró una innata facilidad para anotar cada vez que tira liberado y sin un sobresfuerzo aparente se fue hasta la veintena de puntos. “Es el que más me ha gustado. Enchufa todo lo que tira”, afirmó Alberto, de Santutxu. Aunque el baloncesto no solo consiste en anotar sin parar, el sacrificio defensivo también es importante y eso llamó la atención al bilbaino Xabi: “Me ha encantado como ha defendido Tabu, no ha parado de agobiar al otro base”.

Aunque no solo hubo buenas palabras para los nuevos hombres de negro. La corta preparación se notó en el esloveno Miha Lapornik y en el montenegrino Danilo Nikolic. El primero pasó desapercibido y el segundo tuvo problemas con su tiro, complicaciones que el público también apreció. “Lapornik y Nikolic no me han gustado mucho, no han estado finos. Aunque supongo que será porque llevan menos tiempo que el resto y con el tiempo espero que demuestren su calidad”, apuntó Ainhoa, de Deusto.

REGRESO DE SALGADO La afición acudió al Bilbao Arena con la intención de ver al Bilbao Basket, pero también de ver la vuelta del hijo pródigo. Javi Salgado se presentó ante su afición, aquella que nunca le ha olvidado y le ha agasajado siempre que ha vuelto como visitante. Ayer, el base de Santutxu fue una vez más local y durante la presentación se llevó una atronadora ovación. Bienvenido a casa. No fue su mejor partido y se vio que ya no es el de sus primeros años, pero verle de nuevo de negro fue una alegría para el aficionado. “Me ha encantado ver a Salgado de nuevo en el Bilbao Basket. En mi caso la alegría es doble. Soy de Santutxu como él, mi hijo va a Maristas. Es muy bonito tenerle de vuelta con todos nosotros”, reconoció Alberto. Un recibimiento lleno de emoción a Salgado y a su equipo dentro de una atmósfera optimista y que espera ver al Bilbao Basket compitiendo al máximo una temporada más.