bilbao - Gonzalo Gómez cambió los Jesuitas de Loiola Indautxu por los Maristas. Pero no los de Iturribibe, sino los de la localidad de Bayonne, en el estado de Nueva Jersey. Este chaval bilbaino de 2 metros de altura ha dado un salto para el que se ha venido preparando en los últimos años. Una grave lesión de rodilla, que le tuvo apartado de las canchas durante su última temporada de junior con el equipo indautxuarra, pudo truncarlo, pero en realidad lo ha impulsado. “Busqué la manera de tener un año más de formación. Además, jugar en USA siempre ha sido uno de mis objetivos y por ello acudí aquí a un par de campus que me dieron una idea de lo que me podía encontrar”, comenta ahora que forma parte del Marist High School, donde ha jugado 22 partidos con medias de 7,7 puntos.

Además, Gonzalo tenía la referencia de Jorge Bilbao y Aitor López, “dos de mis mejores amigos” y el mismo consejo de parte de Txutxo Sanz, que entrenó a los tres en Loiola. La experiencia está resultando “altamente satisfactoria”, superada la adaptación que el joven bilbaino aceleró al adelantar su llegada a Estados Unidos. “Al principio, fue duro física y psicológicamente, pero una vez que todo empieza a rodar no tienes ni tiempo para pensar”, explica.

Como sus compañeros, resalta que la principal diferencia respecto a lo que conocían en las competiciones vascas es “la gran capacidad atlética de la mayoría de jugadores. Además, esto se junta con un talento natural para jugar y una ética de trabajo al limite de la obsesión”. Gonzalo Gómez ha percibido que “si ya tienes una altura más o menos aceptable esperan que en momentos particulares del juego respondas con jugadas de un alto nivel atlético a las que en España no estamos acostumbrados”. Total, que “es imprescindible estar en una buena forma para poder pisar la pista. Es a lo que más tiempo he dedicado”.

Este año es el último en high school y a Gonzalo lo toca diseñar su futuro: “Mi entrenador está en contacto con varias universidades a las que les he gustado, aunque muchas de ellas me sugieren pasar un año en un preparatory school antes de dar el salto, pero no estoy seguro”. - R. Calvo