La ambición no fue suficiente

Gernika Bizkaia64

Cadí La Seu67

GERNIKA BIZKAIA: García (0), Vanderwall (14), Pop (3), Mosby (17), Miller (26) -cinco inicial-, Peña (0), Díez (0), Monasterio (0), Markovic (0) y Lázaro(2).

CADÍ LA SEU: Hind (15), Pérez (2), Tanner (1), Gil (9), Bahi (15) -cinco inicial-, Suárez (3), Syll (0), De Kleijn (6) y Madu (16).

Parciales: 23-21, 37-37 (descanso), 49-50 y 64-67.

Árbitros: López y Carpallo. Eliminaron por cinco faltas personales a Pop.

Incidencias:Unos 400 espectadores en el polideportivo Maloste de Gernika.

gernika- El Gernika Bizkaia dio otra muestra de ambición en el partido que le enfrentó ayer al Cadí La Seu en Maloste. Las gernikarras se dejaron la piel sobre la cancha y lucharon hasta el último tiro, pero al final la suerte no estuvo de su parte y terminaron cayendo por 64-67, después de que el triple sobre la bocina de Izaskun García se saliera de dentro. Una derrota que complica seriamente las opciones de entrar en el play-off del conjunto local, que ahora deberá conseguir tres victorias más que las catalanas en las cinco jornadas restantes para poder optar a la fase por el título. El partido estuvo marcado por la intensidad mostrada por los dos equipos. Las pupilas de Mario López nunca tiraron la toalla, ni cuando el choque parecía sentenciado. Por su parte, las catalanas demostraron el por qué de su cuarto lugar. Un equipo serio, que no para de presionar durante todo el encuentro y que sabe sacar el máximo rendimiento a sus puntos fuertes.

El partido estaba marcado en el calendario del Gernika desde que aseguró su permanencia en la Liga Femenina. Un choque con poco que perder y mucho que ganar. La opción de dar un paso de gigante en la lucha por el play-off en una temporada en la que todos los objetivos se han cumplido con mucha más antelación de la esperada. Pero las gernikarras quieren más. Por ello, decidieron salir en tromba dispuestas a contrarrestar la intensidad del Cadí La Seu haciéndoles probar su propia medicina y demostrando que el conjunto vizcaino también es capaz de correr y presionar como el que más. Las pupilas de Mario López fueron todo un fortín durante los primeros minutos y, en ataque, las dos interiores americanas consiguieron un buen puñado de puntos para lograr las primeras ventajas en el marcador. El Gernika Bizkaia disfrutaba. Robar y correr, sin dejar respirar al adversario para lograr dibujar el 18-7 en el marcador después de un palmeo de Britany Miller a pase de Rachael Vanderwal.

Una tendencia que cambió completamente cuando las gernikarras bajaron la intensidad defensiva. El Cadí La Seu aprovechó el bajón de las locales y a base de lanzamientos desde más allá de la línea de tres puntos y una buena racha en la pintura de Ndidi Madu, jugadora que el año pasado disputó los últimos meses de competición con el Bizkaia GDKO, consiguió darle la vuelta al partido. Pero lejos de venirse abajo, el Gernika consiguió mantenerse en el partido y aguantó las embestidas catalanas para dejar el choque igualado al final de la primera parte (37-37).

pasividad arbitral En la segunda mitad los dos equipos se exprimieron al máximo y eso, unido a la pasividad de los árbitros a la hora de señalizar las faltas, hizo que el envite se convirtiera en una auténtica batalla. Nadie dio un balón por perdido y sumar puntos al marcador exigió un esfuerzo máximo de cada una de las jugadoras. Una intensidad que solo bajó en los minutos finales a causa del cansancio. Así, con el depósito de gasolina en la reserva, el Cadí La Seu supo aprovechar mejor sus opciones para marcharse en el marcador y un triple de Georgina Bahi puso el 57-66 en el electrónico a falta de poco más de un minuto. Aun así, el Gernika no se rindió. Un lanzamiento de tres puntos de Vanderwal y un par de canastas de Miller y Mosby acercaron a las gernikarras (64-66). En la última jugada y después de que Laura Gil solo anotara uno de los dos tiros libres que tuvo, Izaskun estuvo a punto de mandar el partido a la prórroga, pero su tiro no quiso entrar para alegría de las catalanas que ven como asestan un duro golpe a su rival más directo.