Borg, en la recámara

TOBIAS Borg ha respondido cuando se le ha reclamado. El sueco siempre ha estado disponible y solo ha dejado de participar en dos partidos por decisión técnica, pero su trayectoria resulta curiosa. Sus dos mejores actuaciones en su temporada de debut con el Bilbao Basket fueron ante el Real Madrid y el Valencia Basket, dos rivales de la máxima exigencia ante los que disputó más de veinte minutos. Quizás eso ha llevado a esperar a muchos aficionados una mayor presencia en cancha de Borg. Pero su participación ha ido decreciendo desde el comienzo de la segunda vuelta hasta ocupar el rol de undécimo jugador que tenía asignado cuando llegó. “Me siento bien dentro del equipo y con mi papel. Por supuesto, a cualquiera le gustaría jugar más, pero mi obligación en cada entrenamiento es demostrar que estoy compitiendo y que quiero y merezco jugar”, comenta con absoluta tranquilidad, una virtud que le ha hecho encajar muy bien en la plantilla y en una competición que le era desconocida.

Esos dos partidos le convencieron a Tobias Borg de que “puedo jugar a este nivel”, pero no le han llevado a cambiar el enfoque de la trayectoria que debe llevar. “En esos partidos jugué muy bien, pero eso no significa que siempre vaya a hacerlo igual si juego tantos minutos, ni que si juego poco vaya a jugar mal. Tengo unos compañeros que son muy buenos y en los que el entrenador, que es el que decide en función del rival, también confía. Todos formamos parte de lo mismo”, explica.

Borg se ha encontrado en la misma situación que otros jugadores que deciden dar el salto a una liga de mayor nivel. En el Sodertalje Kings fue campeón y tomó parte en 47 partidos con una media de 29 minutos y 10,4 puntos por partido. Ahora que es cola de león, que jugar no está asegurado, el sueco reconoce que se enfrenta a un reto más mental que físico, ya que “es complicado no saber cuánto vas a jugar cada partido, pero hay que estar preparado. Sabes que cuando estás en el campo debes dar lo máximo, no importa si sales de inicio y juegas treinta minutos o si juegas un par de minutos desde el banquillo. Yo sé que con un minuto o con quince, tengo que estar preparado”.

Esa exigencia mental también se traslada a los entrenamientos “que son más duros incluso que los partidos”. “Tienes que entrenar perfecto física y mentalmente para jugar perfecto. Pero debe ser así porque es la única manera de progresar como jugadores y como equipo”, señala como la gran diferencia con el baloncesto de Suecia. “Estar siempre preparado y no bajar los brazos es el mayor reto que tienes en una Liga como esta. Tienes que pensar en cada situación de ataque, en cada defensa porque todo es más rápido, más físico, hay mejores tiradores y mejores manejadores de balón... Tienes que elevar tu juego si quieres competir a este nivel”, añade.

A Tobias Borg le hablaron maravillas de la Liga Endesa, “me decían que era como la NBA de Europa”. Su adaptación ha sido buena y él siente que sus progresos son los adecuados. “Creo que no estoy tan lejos del nivel que se necesita para rendir bien. Esto me ha sorprendido, pero también me hace feliz”, asegura un jugador en el que Sito Alonso tiene puestas muchas esperanzas y que ya ha tenido la posibilidad de jugar una Copa, que fue como un sueño “por ver toda la gente que se mueve alrededor, por jugar en un pabellón lleno, no solo con la gente de los equipos que están jugando...”. “Fue una gran experiencia y espero poder vivir más en los próximos años”, desea con ojos brillantes.

El técnico sabe que cuenta en la recámara con un jugador que ya ha demostrado que puede dar un buen rendimiento. Mientras vuelven más oportunidades, Tobias Borg sigue “trabajando duro”, aprendiendo de cada detalle de quienes tiene cerca: “Me fijo mucho en lo que hace Raúl. Es un jugador al que hay que mirar constantemente. Si pienso en alguien al que parecerme, me gustaría hacer las cosas como él las hace”.