Todorovic y Mumbrú acaban pidiendo perdón a un niño sobre el que cayeron
Los dos clubes y los dos capitanes pidieron disculpas por la trifulca que cerró de una manera vergonzosa e indigna un derbi que el Bilbao Basket ganó con todo merecimiento
bilbao - “Mejor no hablar mucho de ello. Ya se encargarán los que solo hablan de baloncesto para lo malo”. Las palabras de Ibon Navarro, que ayer tuvo un comportamiento señorial, son tan ciertas que no hubo que esperar a hoy para que lo ocurrido ayer en Miribilla saliera en todas las televisiones como noticia de apertura. “Ha sido evitable, pero eso no debe empañar lo que ha sido un gran partido de baloncesto”. También Sito Alonso quiso recordar que lo importante era la victoria del Bilbao Basket, el deporte al final, por encima de un suceso lamentable y que debería avergonzar a quienes participaron en él. De hecho, así fue porque los dos clubes y los capitanes de ambos equipos, Álex Mumbrú y Fernando San Emeterio, aprovecharon las redes sociales para pedir disculpas a los aficionados que llenaron el Bilbao Arena y a quienes siguieron el partido por televisión y mostrar su arrepentimiento.
Probablemente, cuando estas líneas vean la luz aún habrá quienes sigan buscando culpables en medio del barullo, abrazando héroes de su causa o atizando las brasas de un fuego que fue sofocado poco tiempo después de que sucediera todo. La única víctima es el baloncesto, ese deporte que presume de un espíritu familiar y lúdico, alejado totalmente de la violencia que por unos minutos dejó a todo Miribilla en estado de confusión, incredulidad y también indignación.
La imagen que ilustra esta página, con Todorovic y Mumbrú tratando de consolar a ese niño asustado, es el perfecto resumen de unos minutos que muchos querrían no haber vivido. Porque los héroes, los ídolos, lo son por meter canastas, por llevar con dignidad una camiseta. Nadie en su sano juicio quiere ver defendidos sus colores a puñetazos. Por eso nadie puede sentirse orgulloso de esos segundos que estropearon la imagen de un derbi disputado en la cancha dentro de todos los límites durante 39 minutos y 53 segundos,
En una jugada que no iba a ningún lado, Dejan Todorovic y Tornike Shengelia, con su energía mal canalizada, encendieron una chispa y a ella acudió mucha gente, demasiada, de tal forma que el partido acabó con solo cuatro jugadores de campo en cada equipo ya que los árbitros expulsaron a los dos protagonistas del inicio de la trifulca y a todos los jugadores que estaban en el banquillo ya que las reglas dicen que no pueden saltar a la cancha en ningún momento.
Quienes gustan de rebozarse en el morbo ya tienen material de sobra para unos días, las imágenes volaron a toda velocidad. El baloncesto va a ser lo de menos en este caso. La ACB deberá analizar y juzgar los hechos para los que muchos reclamaban ayer sanciones ejemplares. Pero el problema en estos casos es que resulta difícil determinar las responsabilidades y pueden acabar pagando justos por pecadores. “No pensamos que pueda haber consecuencias y si las hay, jugaremos con lo que tengamos”, afirmó Sito Alonso, empeñado en apartar cualquier influjo negativo de su equipo.
No fue bonito el colofón del derbi, pero eso no debe desviar la atención de lo esencial, el gran partido que jugó el Bilbao Basket para vencer al cuarto rival de Euroliga que ha pasado esta temporada por el Bilbao Arena y confirmó que sus expectativas de disputar el play-off desde la posición más alta posible están bien fundadas. Eso es lo que les gusta a Josu, el niño asustado, a la amama de Miribilla, que vieron la vergüenza a sus pies. Una mala tarde la tiene cualquiera y lo que ocurrió ya no tiene remedio. Lo que hay que desear es que no se repita.
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