bilbao - El Bilbao Basket no supo moverse en el caos y sumó en Badalona su segunda derrota consecutiva fuera de casa. Durante mucha parte del partido ante el Fiatc Joventut, la defensa de los hombres de negro fue como una manta corta. Cuando quisieron impedir que los verdinegros descargaran desde detrás de la línea de 6,75 metros, convirtieron su zona en una avenida hasta el aro. Cuando corrigieron esa disposición, empezaron a lloverles algunos triples que permitieron a la Penya manejar siempre una renta cómoda después del descanso. Cuando pararon la sangría del rebote, perdieron oportunidades de anotar canastas fáciles que habrían estrechado el marcador y provocado un final de partido diferente.

En realidad, al conjunto bilbaino se le escapó el partido en los seis minutos finales del segundo cuarto donde una bajada de intensidad permitió que el Fiatc Joventut se escapara. El Bilbao Basket, más preocupado por cubrir su retaguardia, vivió casi toda la primera parte sin un solo rebote de ataque, mientras los verdinegros percutían una y otra vez para sacar hasta once posesiones más y lograr sumar desde la línea de tiros libres, un aspecto que al final fue decisivo para explicar el marcador final.

Los 51 puntos recibidos en la primera parte delataban a un Bilbao Basket poco agresivo, que quiso reaccionar tras el descanso. Mejoró en todas las facetas, cerró las vías de penetración al Joventut, pero en ese parcial recibió cuatro de los siete triples que anotaron los catalanes, a los que se temía en esa faceta olvidando que Salva Maldonado maneja muchos más recursos. Quizás en ese momento faltó carácter y contundencia para anotar en situaciones de ventaja y para no conceder acciones de 2+1 con las que el Joventut engordó el marcador casi a la desesperada en varias posesiones.

debilidad defensiva En su planteamiento del partido, los hombres de negro no contaban probablemente con su debilidad en la defensa del uno contra uno, lo que dejó vendidos en muchas ocasiones a los jugadores que llegaban a las ayudas. Entre la duda de cerrar los espacios o tratar de perder distancia con los tiradores, el medio camino fue la peor elección. En este sentido, Latavious Williams quedó retratado y, al final, el pívot estadounidense se salió mentalmente del choque y no tuvo ninguna incidencia en un día en el que su capacidad física habría sido muy útil.

El Bilbao Basket, al menos, tuvo el coraje para maquillar la derrota y apretara el resultado pensando en el average general en un final en el que el Joventut tenía todas las de ganar. Solo ellos podían perder un partido en el que hicieron más méritos. La Penya jugó al gato y al ratón con su rival. Le amenazó con los triples y le mató cerca del aro. La cuarta plaza es ahora de los verdinegros, que ven la Copa muy cerca de su alcance. El Bilbao Basket aún debe seguir peleando para proteger la mínima ventaja que tiene sobre sus tres perseguidores más cercanos.