LOS Wolfpack o los Susijengi ya están en Bilbao dispuestos a dar una buena imagen en el Mundial. Con ellos ha llegado toda una manada de lobos formada por más de 7.000 aficionados. La selección de Finlandia será uno de los equipos que más apoyo tenga desde la grada. Será su debut en una competición mundialista,. Todo un acontecimiento para el país nórdico que ha revolucionado completamente a los finlandeses. En un lugar donde los deportes de invierno, y en especial el hockey sobre hielo, tienen el monopolio, otros deportes comienzan a ser importantes. Gran culpa de ello la tiene el baloncesto, que ha conseguido traer a la capital vizcaina a antiguos jugadores, varios periodistas y una cantidad desorbitada de espectadores dispuestos a aullar junto a sus ídolos.

El gran desembarco de finlandeses se espera para hoy a la tarde. Aun así, las primeras cabelleras rubias comienzan a vislumbrarse por la capital vizcaina, invadiendo poco a poco el Casco Viejo y las inmediaciones del Guggenheim. El grupo mayoritario de finlandeses, unos 450, permanecerá hospedado en el Hotel Ercilla. Otros han apostado por destinos más asequibles económicamente, entre ellos, Niko Lehmuskanta y Niko Ekblom, dos jóvenes que han decidido dormir en una pensión de la calle Jardines y que ya han dado sus primeros pasos por Bilbao. “Nos ha gustado mucho la ciudad. Es bastante más bonita que otros lugares de Finlandia, como Helsinki, por ejemplo”, relata Lehmuskanta. Una opinión compartida por Matos Ollila y Soile Sartokari-Ollila, que piensan que “es una ciudad pequeña y agradable”,

Otros dos finlandeses que han venido con motivo del Mundial son Janne Palomäki y Jarno Luuti. El primero de ellos lleva cuatro años en la península y conoce Bilbao bastante bien. Aun así, el miércoles vivió un momento inolvidable. Los dos periodistas acudieron al partido entre el Athletic y el Nápoles y quedaron impresionados por la atmósfera de San Mamés. “Para mí, que soy periodista deportivo, era un ambiente excepcionalmente bueno. Yo he estado en la final de la Copa del Mundo y lo que viví en San Mamés, le gana”, relata Palomäki. Lehmuskanta y Ekblom también acudieron a los aledaños del estadio, pero no pudieron entrar debido a que no tenían entradas. Pese a ello disfrutaron de la fiesta de la Champions League como un hincha rojiblanco más. “Fue increíble porque nunca habíamos visto algo así en Finlandia. Es algo único. Allí no tenemos una cultura futbolística como esta”, explican.

Un evento nacional Para los finlandeses, la clasificación de su selección ha sido un hito histórico, algo que ha hecho que el baloncesto crezca sobremanera y todo el país se movilice para animar a los Wolfpack. “Los finlandeses están superentusiasmados con su equipo, porque es la primera vez que juegan un Mundial”, comenta el periodista de Finlandia, que añade: “El baloncesto es un deporte pequeño y los equipos de allí no tienen más de 500 espectadores, pero siempre que juega el equipo nacional el ambiente se crece y este Mundial va ser muy seguido por los medios de comunicación”.

Uno de los aficionados fieles, de los de toda la vida, es Ollila. Matos es un antiguo jugador de baloncesto y fue parte de un equipo amateur en Helsinki: “Me gusta mucho el baloncesto y es algo muy grande estar en una competición como esta”. Y como buen aficionado de siempre hay un nombre que aprecia por encima de todos, el primer jugador de Finlandia en jugar en la NBA: Hanno Mötölä.

Sin embargo, las generaciones actuales tienen otros ídolos, las nuevas caras del baloncesto finlandés, que son los responsables de que el combinado escandinavo esté en el Mundial. Eso sí, siempre sin menospreciar la figura del exjugador de los Atlanta Hawks. “Mötölä es una leyenda. Aun así, preferimos a Petteri Koponen y, personalmente, a Shawn Huff”, comenta Ekblom, que, al igual que su compañero, han llegado a Bilbao sin entradas, debido a que en Helsinki eran demasiado caras y esperan encontrar más baratas a última hora. En caso de conseguirlo, se unirán a la marea azul que apoyará a la selección de Finlandia desde la grada en su intento de pasar a la siguiente ronda. “Depende de lo que hagamos en los primeros partidos. Vamos a perder contra Estados Unidos y luego creo que podemos ganar a cualquiera de los equipos”, comenta Lehmuskanta.

Uno de los primeros finlandeses en llegar a Bilbao, que ya prepara su voz para aullar con sus compatriotas y dar alas a los nuevos héroes del país, capaces de hacer que 7.000 personas recorran más de 3.000 kilómetros.