bilbao. Quien quiere ver en los derbis algo más que un partido de baloncesto vende como banderín de enganche el morbo de la primera visita de Lamont Hamilton al Bilbao Arena con la camiseta del Laboral Kutxa. El pívot neoyorkino fue uno de los puntales del Bilbao Basket la pasada temporada, pero su fichaje por el vecino no provocó ni frío ni calor, probablemente porque ya se intuía desde mucho tiempo antes y tampoco estaban las cosas en el club bilbaino como para reclamar fidelidad a sus jugadores.

El recibimiento que el público de Miribilla vaya a dispensar a Hamilton es una incógnita, incluso para el propio jugador, que no es el primero que ha vestido las camisetas del Bilbao Basket y del Baskonia. Tiago Splitter, Lucho Fernández y Marcelinho Huertas también vivieron esa experiencia antes. Hamilton ha dado en Gasteiz el salto a un equipo de Euroliga por primera vez en su carrera y, sobre todo, está ganando bastante más dinero que en Bilbao. O sea, que todo debería tomarse con normalidad, salvo para aquellos que quieren buscar cinco pies al gato.

"Espero que la afición esté contenta de volver a verme", comenta el pívot estadounidense, que en el Bilbao Basket tuvo un rendimiento bastante alto, sobre todo en el aspecto ofensivo, y se ganó el aprecio de la afición por sus espectaculares acciones. Lamont Hamilton, que ha superado una lesión y va en ascenso en su aportación al conjunto de Sergio Scariolo, admite que tiene "sentimientos encontrados" antes del derbi. "Guardo mucho aprecio a Bilbao y al Bilbao Basket, pero ahora estoy en Gasteiz y estoy encantado. Quiero ganar, así que va a ser un partido emotivo para mí", apunta.

El jugador del Laboral Kutxa sabe lo que su equipo se va a encontrar hoy al mediodía porque lo pudo disfrutar la pasada temporada como hombre de negro. Conoce a sus excompañeros y conoce al público de Miribilla, un cóctel que ha llevado al Bilbao Basket a salir de los apuros en que se había metido en los primeros meses de la temporada. "Para ganar en Bilbao tenemos que estar muy concentrados y jugar juntos, escuchar al entrenador y hacer todo lo que nos pida. En Bilbao nos espera un gran equipo, un grupo muy fuerte que cada día está jugando mejor", asegura Hamilton, que tiene claro que "va a ser un partido muy duro. Creo que todos los aficionados van a estar muy excitados en este partido".