En sus manos
Su triunfo más amplio en competición europea abre la posibilidad de que el Gescrap Bizkaia se meta la próxima jornada en el 'play-off' de cuartos de final
Bilbao
El Gescrap Bizkaia depende de sí mismo para avanzar a los cuartos de final de la Euroliga. La explosión de baloncesto que se produjo ayer en el Bilbao Arena ha provocado en el grupo F del Top 16 una situación impensable segundos antes de D'Or Fischer y Mirza Begic saltaran por el primer balón del partido. Los hombres de negro rompieron a su favor la igualdad con el Real Madrid y copiando los resultados que consigan los blancos en las dos jornadas finales accederán al play-off.
La esperada victoria de ayer del Montepaschi Siena ante el Unicaja convierte a los toscanos en el primer equipo clasificado para la ronda de los ocho últimos. Los de Simone Pianigiani ya han logrado su objetivo y serán primeros de grupo si ganan un partido más. El Gescrap Bizkaia ha hecho caja con los averages particulares y si es capaz de vencer dentro de dos semanas en Miribilla al Montepaschi por más de catorce puntos podría incluso aspirar a ser primero de grupo.
En todo caso, los bilbainos estarán clasificados si derrotan en Miribilla al poderoso líder y el Real Madrid cede ante el Unicaja. Sin embargo, no parece muy probable que esto último suceda porque los malagueños están virtualmente eliminados de la Euroliga ya que aún no han sumado ninguna victoria en esta fase y los madridistas jugarán sin margen de error.
Al margen de sus consecuencias, el resultado de ayer supone otro hito en la historia del club bilbaino ya que es su triunfo más abultado en competiciones europeas. La anterior marca eran los 23 puntos de diferencia que el conjunto bilbaino consiguió ante el Spartak San Petersburgo en la primera fase de la Eurocup de la campaña 2009-10 cuando todavía lo entrenaba Txus Vidorreta.
casi infalible Mejor no le pudieron salir las cosas al Gescrap Bizkaia que parece haber entrado en un estado cercano a la infalibilidad cada vez que juega contra el Real Madrid. La racha de siete triunfos en los últimos ocho enfrentamientos entre ambos equipos empieza a convertir a la tropa de Katsikaris en una bestia negra, nunca mejor dicho, para los madridistas. Ayer, por segundo choque consecutivo, 93 puntos cayeron en el zurrón de Pablo Laso y sus jugadores.
La defensa de los blancos carece de consistencia para frenar un estilo agresivo y dinámico como el que propone el Gescrap Bizkaia si todas las piezas están en su sitio. Entonces, da gusto verle jugar y no tanto tenerle enfrente. Valga un dato demoledor: entre los últimos seis minutos del choque del pasado domingo y el primer cuarto del de ayer, los hombres de negro anotaron 62 puntos con un solo error en sus lanzamientos. El Real Madrid vio pasar por encima a una apisonadora sin ningún poder de reacción, ni siquiera pese a capturar 24 rebotes ofensivos y tirar 22 veces más a canasta que su rival.
Al partido solo le sobraron un arbitraje extraordinariamente quisquilloso y pitón, que cortó en muchos momentos la fluidez del juego, y la trifulca final en la que Aaron Jackson se vio envuelto de nuevo. Mal haría el base de Hartford en ganarse mala fama. Su juego ya dice lo suficiente de él.