lLEGO a Madrid por la mañana y la verdad que ambiente, ambiente de Copa, no hay por la ciudad. El recuerdo de Valencia y el Athletic es algo tan irrepetible que tendríamos que juntar a todos los asistentes a la Copa para igualar a la marcha rojiblanca de aquel día, pero eso es otro tema. Para los jugadores la previa de una gran cita como esta es siempre parecida a la rutina normal de competición, espaguetis y pollo a la plancha, macedonia y una ensalada de entrante. Vamos, el orgullo de cualquier cocinero, pero la Ley del deporte manda. Después de estirar y hacer un poco de tiro por la mañana y el ágape, la siesta es el principal objetivo de los jugadores. Sobre las 17.00 horas están citados para la charla y una pequeña merienda, fruta y alguna pastita, y de ahí para el Palacio de Espe Aguirre. La entrada al pabellón si que acojona un poco, como todo lo que sucede en Madrid es a lo grande y, de verdad, impresiona. A la llegada, mientras bajan los jugadores del bus, generalmente nadie se mira y los pensamientos irán centrados en "¿jugaré o no?, ¿las meteré o no?, ¿me sacará este o no?, ¿habrá llegado mi familia?", y otras más profundas incluso, "hostia, ¡mira quién está en la grada!, ¿mi agente ha llegado?, ¿el scouter de la NBA?, menuda cheerleader,...". Por cierto, en mi hotel me he cruzado con Horace Grant, exChicago Bulls de Jordan, y ¡joder!, me he venido arriba con un What"s up Horace?, me ha mirado y pensado, ¿y a este qué le pasa? Pero más me ha gustado ver a Iñaki Garayalde, un ídolo de mi juventud, y el primer jugador nacional en hacer un mate 360, además un tío cojonudo.
Venga al partido, desventaja en la grada, la afición gasteiztarra no perdona estas citas, pero los nuestros se hacen notar. Primer cuarto con mucho ritmo, y los gallos de cada equipo anotando, Mumbrú y San Emeterio, con escuderos de gala, Hervelle y Huertas. El Baskonia más pausado y controlador que en otras ocasiones salió con la táctica más en la cabeza. El segundo cuarto nos puso nerviosos en su inicio por el despegue baskonista, merced a un par de imprecisiones nuestras. Hasta que salió nuestro Gallis (Vasileadis) griego que con dos triplazos y un mate impresionante de Warren nos puso por delante. Se animó Teletovic con tres triples y si además sumas la tercera falta de Jackson y el desentone general, se nos volvieron a poner a nueve, y el uruguayo Batista rebañando todo bajo el aro y nosotros echando de menos a Banic, maltratado por sus dolencias. El tercer periodo arrancó en la tónica del final anterior, no dimos una a derechas, mientras ellos nos pasaban por la izquierda, hasta 15 puntos de ventaja, tenía mala pinta. Nos quedamos en 10 gracias al coraje y acierto de nuevo de Vasileadis, hasta del medio campo la metió sobre la bocina, la canasta de la Copa.
Cuarto periodo y nos jugábamos la vida, y eso lo entendieron Jackson y mi Gallis, a mil por hora y empate en el marcador. "Míralos, míralos, cómo se acojonan", gritaban nuestros hoosiers, los alaveses estaban tocados. Solo Barac salía a remolque de la nave blanca. Y Gallis anotaba su sexto triple, y yo más caliente que él. Dos minutos a vida o muerte, Barac y Huertas, maestro en terminar unos contra uno, anotaron. Una mala decisión de Jackson y un triple fallado por Vasilaidis nos dejaban a tres. Barac sumó uno, a cuatro, mientras Gallis anotaba su séptimo hirukoa. Al final dos abajo, aunque ese intento desde su canasta de Banic que casi entra.
El espíritu y acierto de Vasileadis nos creó una posible opción de victoria. Hemos dado la cara y no se le puede reprochar nada al BBB. Eso si, es necesario que los roles de algunos jugadores cambien, si no malo para el vestuario. Convencido de que Katsikaris sea justo.