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EL Bizkaia Bilbao Basket tendrá que hacer como el común de los estudiantes: apretar a última hora para sacar el curso adelante. Los tres partidos que le quedan en el Bizkaia Arena deben suponer sendas victorias porque de otra manera los de Fotis Katsikaris se quedarán sin play-off y sin posibilidad de recuperar en septiembre.
Ayer la resistencia duró medio partido y el resultado dejó la duda de si fue producto de la desconexión en cuanto el Barcelona apretó el acelerador y de pensar en retos más asequibles o revela carencias más importantes. Muchos jugadores dan la impresión de estar en la reserva y otros parecen, en cambio, en su mejor momento. Eso tendrá que manejar el técnico griego para sacar el zumo que le quede a su equipo.
El líder de la ACB, con la mente en París, tiró de Trías, de Barton, de Rabaseda, en suma de sus jugadores menos utilizados hasta ahora, para marcar las diferencias. Cualquiera querría esos nombres en su plantilla a partir del duodécimo jugador. Basile, recuperado a tiempo, tomó el protagonismo que le toca de vez en cuando en las ausencias de Navarro y volvió a liársela al Bizkaia BB.
Para los hombres de negro la única noticia buena fue el debut de Mikel Uriz, que salió al final para jugar de base, un puesto que ayer fue un desierto. Ni Salgado, ni menos aún Seibutis pudieron con Sada y Rubio, dos de los mejores defensores de la Liga en esa posición, y el Bizkaia BB se vio descabezado durante la segunda parte. La derrota más amplia de la temporada, 50 partidos después, obliga a seguir hincando los codos. Los exámenes finales se harán en casa y eso puede llevar al aprobado.