Seguro que Ernesto Valverde, cuando en la tarde de este jueves ha conocido que la FIFA ha dado la razón al Athletic en el ‘caso Laporte, ha respirado aliviado. Es verdad que de puertas hacia fuera el técnico rojiblanco había hecho de tripas corazón al asegurar que con Aitor Paredes, Dani Vivian y los cachorros, como Aimar Duñabeitia y Jon de Luis, tenía suficiente para cubrir la baja de Yeray Álvarez (sancionado hasta abril por dar positivo en un control antidopaje) y de Unai Egiluz, baja de larga duración por una lesión de rodilla. Pero lo cierto es que la llegada del central de Agen le va a dar más alternativas en la zaga.

“Es cierto que no es una situación que queríamos porque queríamos fichar a un jugador y no ha podido ser por una circunstancia. Pero en vez de mirar hacia atrás hay que mirar hacia delante y no lamentarnos tanto. El club va a intentarlo hasta el final, va a hacer todo lo posible; pero no sé lo que ocurrirá”, destacó hace unos días Txingurri. Pues bien, ha salido cara.

De esta manera, el técnico y el futbolista se volverán a encontrar en Lezama, ocho años después, donde coincidieron cuatro temporadas, en la segunda etapa de Valverde en el club.