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Andoni LópezJugador de la Ponferradina

“Es un partido con muchos alicientes para mí”

Andoni López, exjugador de Athletic y Amorebieta, visita Urritxe con la Ponferradina para enfrentarse al conjunto rojiblanco

“Es un partido con muchos alicientes para mí”

En pretemporada también hay partidos especiales y si no que se lo pregunten a Andoni López (Barakaldo, 5-IV-1996), quien se reencontrará con viejos conocidos del Athletic mañana en Urritxe con motivo del centenario del Amorebieta. Será el primer test estival de los leones y el segundo de la Ponferradina, que afrontará el choque sin apenas preparación tras el duro golpe que sufrió el pasado 21 de junio al caer ante el Andorra en la final del play-off de ascenso a Segunda División. “La herida todavía está abierta”, admite Andoni López, formado en las categorías inferiores del Athletic hasta su debut con el primer equipo en la campaña 2017-18 con Kuko Ziganda, y con pasado en el Amorebieta en la segunda mitad del curso 2021-22, cuando el cuadro azul se estrenó en la categoría de plata.

Encaran el segundo amistoso de pretemporada contra el Athletic en Urritxe con motivo del centenario del Amorebieta. No le faltan alicientes a la cita en su caso.

—No, para nada. Imagínate. Apenas llevamos entrenamientos, pero eso pasa a un segundo plano, porque es un partido con muchos alicientes para mí al jugar contra excompañeros y amigos de todo un Athletic y Amorebieta.

¿En qué condiciones encaran el partido en cuanto a número de jugadores y sesiones de trabajo?

—Acabamos de empezar la pretemporada al acabar el play-off muy tarde. Hemos subido bastantes chicos del filial que llevan cuatro entrenamientos y serán ellos quienes acaparen minutos en los primeros amistosos. Jugar partidos con tan pocos entrenamientos no es lo mejor, pero las cosas se han dado así e iremos a Urritxe a dar la cara y competir todo lo que se pueda.

Recordando su estancia en el Amorebieta en el curso 2021-22, llegó en enero, jugó 13 partidos con el conjunto zornotzarra en Segunda División y no consiguieron la permanencia, pero la pelearon hasta el final.

—Fue una pena el descenso, porque no estábamos entre los cuatro peores equipos para descender y creo que hicimos méritos suficientes para mantener la categoría.

¿Le marcó algo de aquella experiencia?

—Sí, competir esos cuatro o cinco meses en casa y a ese nivel con jugadores con los que había compartido vestuario en juveniles y en el Basconia fue increíble. Venía de unas temporadas un poco complicadas a nivel personal y reseteé mucho y lo disfruté mucho con esa pena del descenso que no merecimos.

No jugaron aquella temporada en Urritxe al hacerlo en Lezama, pero sí entrenó allí a diario. Vuelve el sábado.

—Siempre es especial. Ya fui con la Ponferradina a jugar allí la pasada temporada, también he ido con el Bilbao Athletic e incluso jugué un amistoso de pretemporada con el Athletic. Es un campo mítico y especial para los que somos de aquí.

Su paso por el Athletic empieza a quedar ya lejos en el tiempo. Han pasado ya siete años desde que jugara su primer y único encuentro oficial como león en LaLiga a las órdenes de Kuko Ziganda.

—Es un recuerdo increíble para mí. Lo que soy como jugador es en gran parte gracias al Athletic por todas las etapas que quemé desde que llegué en alevines hasta pasar al primer equipo. Para mí es más que un club. Una forma diferente de ver el fútbol y estoy muy contento de tener mañana este partido contra ellos.

Le quedaría la pena de que el sueño de jugar con el primer equipo no tuviera un mayor recorrido.

—Te queda esa espinita, evidentemente, de que no se hubiera alargado un poco más en el tiempo ese sueño, pero fue también en una situación muy complicada. El equipo atravesaba entonces un momento complicado, yo estaba haciendo las cosas muy bien en el Bilbao Athletic, pero no tenía un sitio claro como lateral izquierdo en el primer equipo. Me quedo aun así con la parte buena y ese debut lo llevo con un orgullo terrible.

Viene ahora de quedarse a las puertas del ascenso a Segunda División al perder en casa el segundo partido de la final del ‘play-off’ contra el Andorra. Un golpe duro.

—Han pasado solo tres semanas y la herida todavía está abierta. Fue un palo muy gordo. Nos quedamos a un gol en el gol average con la Cultural de poder ascender como primeros y en ese último partido del play-off en casa perdimos por un gol en el rechace de un penalti. Tuvimos muchas ocasiones de gol, pero no marcamos. No se puede caer de forma más cruel, pero hay que levantarse y seguir.

¿Cómo ve al Athletic desde la distancia?

—Es una ilusión terrible volver a la Champions por todo lo que significa para el club y para Bilbao. La temporada tiene muchos alicientes, porque el Athletic tiene además la mejor plantilla que recuerdo y he conocido a nivel individual.

¿Estuvo pendiente del culebrón de Nico Williams?

—Estaba en competición y saturaba tanta información de si se iba o no, pero muy contento al final de que se haya quedado. Es un jugador diferencial a nivel mundial y es una suerte que haya renovado y poder volver a verle en San Mamés.

¿Le gustaría tenerle enfrente mañana?

—Sí, no te voy a engañar, aunque no sé si será complicado al haber empezado a entrenar esta semana. Siendo el partido que es, ojalá tener a todos delante, competir y poder disfrutar todo lo que se pueda.