En los grandes partidos aparecen los grandes jugadores. Lo dijo el miércoles en rueda de prensa Nico Williams sin caer en la cuenta de que en encuentros tan señalados no siempre aparecen los grandes arbitrajes. Y también importan. Que se lo digan si no a los jugadores del Athletic, que desaprobaron al igual que una atónita afición rojiblanca la polémica actuación del colegiado noruego Espen Eskas. El trencilla, internacional desde 2017, catalogado Élite por la UEFA y que nunca había dirigido un partido del equipo bilbaino, desesperó a todos menos a los británicos en San Mamés con un arbitraje sumamente controvertido.
Después de recibir la ayuda del VAR para invalidar un gol de Garnacho en el minuto 6 por un fuera de juego no señalado por su asistente y de que Casemiro firmara el 0-1 en el 30, el noruego, desacertado en la gestión del choque con un posicionamiento en el campo que llegó a entorpecer por momentos la circulación del balón de los hombres de Valverde, provocó un enfado mayúsculo entre los leones por el penalti señalado a Dani Vivian VAR mediante con la consiguiente tarjeta roja para el central en el minuto 35. Revisó el leve agarrón del internacional rojiblanco sobre Rasmus Hojlund en boca de gol el colegiado en el monitor para tomar una trascendental decisión sin reparar en una mano flagrante a ras de césped de Garnacho en el origen de la jugada.
Protestó con una inusitada y desconocida vehemencia en él Vivian y lo hizo también Yuri Berchiche, quien vio la cartulina amarilla instantes antes de que Bruno Fernandes, autor posteriormente del 0-3 al filo del descanso, pusiera el 0-2 en el marcador desde los once metros. En medio de una atronadora pitada despidió San Mamés a Eskas al término del primer acto y del partido sin que los decibelios bajaran en la segunda mitad. En el minuto 56, sin ir más lejos, Maroan Sannadi cayó ante Harry Maguire solicitando una falta como último hombre del central inglés que no consideró el árbitro noruego.
INDIGNACIÓN
Se envió el aviso de que la jugada estaba siendo revisada mientras el colegiado, con ‘La Catedral’ en ebullición, corría hasta el banquillo local para amonestar a Unai Simón. No tardó en despachar la situación el trencilla bajo los gritos de “manos arriba, esto es un atraco” desde la grada antes de amonestar a Mason Mount en el minuto 77 entre los aplausos con sorna de San Mamés. Condenó la parroquia rojiblanca un arbitraje favorable a un Manchester United que ya fue muy beneficiado en la vuelta de octavos de final contra la Real Sociedad en Old Trafford y también con la segunda amarilla que vio Corentin Tolisso, jugador del Olympique de Lyon, en el minuto 89 de la vuelta de cuartos en Inglaterra.
Ernesto Valverde, en rueda de prensa, lamentó sobre el penalti de Vivian que “hemos protestado una mano previa de Garnacho que creo que ha sido y he visto ahora el penalti a ver si era más claro, pero no sé. El árbitro tenía que decidir y el penalti y la roja ha sido demasiado castigo para nosotros”.
