El pasado miércoles, Andoni Gorosabel (Arrasate, 1996) colaboró en el triunfo sobre el Fenerbahce con una destacada aportación. Era su quinta titularidad en seis partidos de la Europa League, el torneo donde acumula mayor presencia. Fue fichado en verano para reforzar la demarcación de lateral derecho y paulatinamente se ha ido haciendo un hueco en los planes de Ernesto Valverde. Su participación ha seguido un proceso gradual, algo comprensible por tratarse de un recién llegado. Le costó más jugar al principio, pero en tres de los cinco compromisos más recientes ha figurado en el once de salida.
Este fin de semana el Athletic visita al Alavés, club del que procede, y bien pudiera ocurrir que tenga que presenciar el derbi desde el banquillo, al menos de inicio. Sería una consecuencia lógica del régimen de alternancia establecido por Ernesto Valverde en el costado derecho de la defensa. La adquisición de Gorosabel se enmarca en un plan diseñado para favorecer el relevo natural de Óscar de Marcos, inmerso en el final de su dilatada etapa en el equipo. El alavés cumplirá 36 años el próximo abril y cabe que esté en su última campaña profesional y decida colgar las botas en junio.
Una posibilidad que el propio De Marcos ha barajado en varias ocasiones, pero que siempre ha desembocado en la renovación anual de su contrato. Una vez más dependerá de cómo se sienta, tanto en el plano físico como anímico, puesto que el Athletic siempre le ha dejado abierta la puerta de la continuidad. Dado que, por una simple cuestión de lógica, la hora de su adiós se acerca, la dirección deportiva valoró que necesitaba un recambio y se fijó en Gorosabel, futbolista con una trayectoria contrastada en la máxima categoría.
El guipuzcoano posee un bagaje notable. Canterano de la Real Sociedad, tras un par de cesiones y el paso por el filial, se estrenó en el primer equipo de Anoeta en 2017. Completó seis temporadas, sumando un total de 146 partidos oficiales, siendo un fijo para Imanol Alguacil en las tres últimas. Fue una etapa muy enriquecedora gracias a que el equipo no dejó de competir en torneos continentales. Pese a que su contrato vencía en 2024, en el verano anterior fue traspasado al Alavés por millón y medio de euros.
Causó extrañeza que firmase un único año, pero es que para entonces el Athletic ya le había pulsado. La política de traspasos que inspira la entidad que dirige Jokin Aperribay, con empleo de cláusulas prohibitivas para evitar que sus jugadores recalen en Bilbao, dificultaba en exceso su captación. De modo que Ibaigane asumió que Gorosabel saliese de Anoeta en dirección a Mendizorrotza y aguardar a que tuviese en la mano la carta de libertad para vestirle de rojiblanco. Así, a mediados del pasado junio saltaba la noticia de que el lateral se vinculaba al Athletic hasta 2028.
Una sospecha confirmada que indujo a quien en aquel momento ejercía de entrenador del Alavés a manifestar su deseo de que Gorosabel no cambiase de aires. En marzo, Luis García Plaza, declaraba: “Se vaya o no, bendito Gorosabel; su temporada ha sido de diez. Si me preguntas, le renovaría hoy mismo”. Semanas más tarde, con la permanencia del Alavés certificada, Gorosabel hacía pública su despedida.
Sumó 37 encuentros como babazorro y estuvo entre los elementos más destacados de la plantilla. Las palabras de García Plaza, por cierto, relevado días atrás por el argentino Eduardo Coudet, no pretendían halagar los oídos de nadie, solo reflejaban el sincero reconocimiento al trabajo realizado por el lateral, que el 8 de julio acudió a Lezama para ponerse a las órdenes de Valverde.
MUY POCO A POCO
Recalar en el Athletic, para Gorosabel supone regresar al nivel competitivo que conoció en su etapa como realista. Aunque, como cualquier incorporación, precisaba de un plazo de adaptación. El fútbol de los rojiblancos posee sus particularidades y, no se debe olvidar, que por delante suyo tiene a un jugador que goza de gran predicamento, no solamente para el entrenador. Por trayectoria y personalidad, De Marcos figura entre los favoritos de San Mamés.
Vamos, que amoldarse al nuevo destino y convencer no se trata de una empresa sencilla, menos aún si se valora la dinámica de la plantilla, en auge desde la campaña anterior. De modo que, de entrada, a Gorosabel le costó abrirse paso. Un contratiempo físico de De Marcos le concedió la titularidad en la jornada inaugural de liga, en casa frente al Getafe. Un choque espeso que acabó en empate. Gorosabel fue sustituido a falta de diez minutos para la conclusión por Iñigo Lekue, el gran damnificado de esta operación.
Como muchos compañeros, no estuvo fino en su estreno. No volvió a asomar en los tres partidos siguientes. Recobró un puesto en la alineación en la séptima fecha liguera y dispuso de otro par de oportunidades alternas antes de verse desplazado en otras tres citas consecutivas. Esto tuvo lugar en octubre, lo que llevó a cuestionar la idoneidad de su fichaje. Sin embargo, a la chita callando ha elevado su rendimiento y dando sentido a su aventura rojiblanca. Gorosabel es ahora una pieza perfectamente integrada en la incesante rotación de Valverde.
Rueda de prensa del entrenador del Alavés
Coudet lanza piropos al Athletic
“Lo que me ocupa es el Alavés”. El nuevo entrenador del Alavés habló ayer ante los medios de comunicación para analizar el derbi de mañana. Una comparecencia en la que Eduardo Coudet lanzó piropos al Athletic. “Es uno de los equipos en mejor forma del momento, con una idea muy trabajada, que juega muy bien y tiene un desequilibrio grande en sus transiciones ofensivas”, destacó el argentino, que confía en que sus jugadores vayan asimilando su sistema después de coger el testigo de Luis García Plaza en el banquillo de Mendizorrotza, donde se estrena mañana. “Voy a intentar poner a los que mejor estén y se adapten en cada partido”, destacó.
La cifra: 717
Minutos son los que ha disputado en lo que va de temporada Andoni Gorosabel. 356 en LaLiga, en la que ha jugado seis partidos, cuatro de ellos de titular; y 361 en la Europa League, participando en cinco encuentros, todos desde el inicio.