Desde hace año y medio, Iñigo Ruiz de Galarreta (Eibar, 1993) saborea el sueño que ha impulsado su dilatada y curiosa carrera profesional. Tras una década enlazando destinos, hasta siete clubes, recibió la llamada del Athletic, donde se ha convertido en pieza básica. En la entrevista repasa las vivencias del pasado, la experiencia adquirida, desgrana las inquietudes que le han guiado. Analiza asimismo la actualidad del equipo, la complejidad que entraña competir en Europa. Alude a la convicción que observa en el vestuario, para afirmar que ve posible emular los logros de la extraordinaria campaña anterior.

Cada temporada es una historia. La actual empezó torcida a causa de una lesión que retrasó su puesta a punto.

Me costó al principio y fue diferente a la anterior porque no pude hacer la pretemporada con normalidad, y acumular sesiones de entrenamiento y participar en partidos en verano, algo a lo que le doy mucha importancia. Pero luego pude remontar hasta encontrarme bien. Ahora ya acumuló un tiempo con buenas sensaciones.

Los problemas físicos retrasaron su presencia en la competición hasta la quinta jornada de liga.

Sí, pero después de un par de meses entrenando bien todos los días superé esos problemas. El proceso habitual de coger ritmo y demás es algo que ya está pasado.

Desde la reaparición está jugando mucho. De hecho, no se ha perdido un solo partido y en la mayoría ha ejercido de titular, aunque solo haya jugado uno completo.

Sí, el Athletic es un equipo que mete mucha intensidad al juego y se pueden hacer cinco cambios. Tener buenas alternativas en el medio campo, como tenemos, viene muy bien.

¿Cuál es su valoración de la marcha del equipo hasta la fecha?

Yo creo que el balance es bastante positivo, aunque nos gustaría tener algún punto más en la liga. Me acuerdo sobre todo de los dos que no sumamos contra el Betis haciendo un gran partido. Estamos peleando por seguir colocados en puestos europeos y en la Europa League, de doce puntos posibles hemos ganado diez, lo que es una pasada.

Como comenta es una pasada porque si se analiza cómo han sido esos partidos en Europa, tranquilamente podrían estar con algunos puntos menos.

Son partidos duros.

Ya, pero más allá de lo que dice y de que existía cierta incertidumbre después de tantos años fuera de Europa, no pueden quejarse. Los marcadores les han sonreído.

Al final ocurre que la igualdad es máxima y se nota. Te enfrentas a rivales que no controlas tanto porque no son de tu liga y son equipazos, lo demuestran en el campo. Que jugando contra equipos fuertes llevemos diez puntos tiene mucho valor.

Hombre, lo de equipazo sería aplicable a la Roma, un clásico en el continente, pero el resto de los rivales…

Dentro del vestuario tenemos un gran respeto por todos los rivales y por mucho que creamos que son asequibles, no es así. Hay que tener en cuenta además los viajes, que vas a campos que son nuevos para nosotros y con un calendario recargado. Si tienes en cuenta todo esto, el balance es buenísimo.

El acceso a la siguiente fase parece muy bien encaminado, el problema es la incógnita sobre el número de puntos que se precisa para acabar entre los ocho primeros y evitar la ronda de ajuste.

No se sabe cuántos puntos hacen falta, pero bueno. Nosotros vamos ganando partidos y sin embargo miras la clasificación y todo está apretado. Muchos equipos que vienen por detrás tienen uno o tres puntos menos nada más.

De lo que no cabe duda es que la Europa League conlleva un desgaste.

Es muy exigente competir entre semana, sobre todo si toca fuera de casa. Por ejemplo, si vas a Bulgaria y, seguido, el fin de semana tienes que volver a salir, como fue nuestro caso a Valladolid, entonces se nota mucho más que si toca jugar en San Mamés. Intentamos recuperar bien después de cada partido y mentalizarnos de cara al siguiente. Hay que aspirar a hacerlo mejor después de jugar en la Europa League e ir sumando de tres en tres en liga para estar arriba, sobre todo en casa.

¿Es posible que la trayectoria en el ámbito internacional, que siempre genera una euforia en el entorno, esté restando importancia o atención a la liga?

Son dos competiciones distintas, pero la temporada es la misma. Aunque el año sea más exigente vamos en sexta posición y mirando hacia adelante. No creo que la puntuación en liga sea mala.

“Seguro que la Real estará en la pelea de arriba; espero un derbi bonito, lo veo como un partidazo que hay que ganar”

No, mala no es, pero le recuerdo que en las cinco últimas jornadas han ganado un partido, perdido otro y empatado tres. Y en la tabla tienen muy cerca a equipos que hace un mes mantenían a cierta distancia.

Todos los equipos pasan por momentos diferentes en la temporada. Algunos de los que estaban por debajo de nosotros, más alejados, han reaccionado y todo se iguala. Buscamos la regularidad, pero los altibajos son inevitables.

Uno que se diría que ha espabilado es la Real, su próximo adversario.

Tiene un buen equipo, pero puede que este año haya tenido más cambios en la plantilla y por eso le ha costado más despegar. Vi su partido contra el Barcelona. 

Eligió un buen día la Real para cortar su racha negativa en Anoeta.

Ya digo que tiene jugadores de nivel muy alto. No le he seguido mucho, pero esta última actuación suya fue muy buena y seguro que al final estarán en la parte alta, peleando. Espero un derbi bonito, lo veo como un partidazo para ganar.

Antes del verano, el Girona sorprendió colándose entre los mejores de la categoría. Ahora ese lugar lo ocupa el Villarreal, que encima no compite en Europa.

Cada año suele haber alguna sorpresa. El Girona hizo un fútbol muy bueno el año pasado, espectacular, pero ha perdido gente importante y está acusando la Champions. El Villarreal ha construido un equipazo y puede centrarse en la liga. Pero todavía es posible que pueda meterse ahí algún otro al que no se le espera, como el Mallorca.

¿Ve al Athletic capacitado para aguantar hasta el final del curso el tute que está llevando?

Yo tengo mucha confianza en este grupo. Llegué el año pasado e hicimos una temporada que queda para la historia. Fue un sueño que no había imaginado. Este va a ser un año duro, pero tenemos muchas variantes y jugadores jóvenes, así como ganas de volver a vivir momentos increíbles.  

Ya está siendo increíble: van como un tiro en la Europa League.

Esa era la ilusión de la afición y del grupo, claro. Personalmente estoy disfrutando muchísimo de esta oportunidad, aprovechando cada partido para darlo todo.

Ha utilizado la palabra sueño en clave de futuro, pero usted no ha dejado de soñar en el último año y medio, desde que regresó al Athletic.

En general, todas las experiencias que he tenido en mi carrera han sido buenas. Luego, surgió la opción de volver a casa y no podía pensar que las cosas fuesen a salir de esta forma. Siempre tuve la esperanza de venir.

Pese a que se tiró una década fuera, tuvo paciencia y fe.

Cuando era un niño y estaba en Lezama quería llegar al primer equipo y lo conseguí, pero tuve que salir muy rápido. A partir de entonces, mantuve viva la ilusión de que algún día volvería. Mientras, en todos esos años, me dediqué a intentar disfrutar cada experiencia. Recuerdo un consejo que me dio Aduriz cuando tuve que marchar cedido, me dijo que no estuviese constantemente pensando en ello, en la vuelta. He tenido ocasión de conocer muchos equipos, compañeros, entrenadores, ciudades, ambientes. Fue un camino bonito que me permitió aprender muchísimo. Sabía también que para venir al Athletic necesitaba jugar en Primera y eso me llegó con el ascenso del Mallorca.

Atendió el consejo de Aduriz.

Si te pasas el día entero pensando en algo que no tienes, no puedes valorar lo que te ofrece cada uno de los sitios a los que vas. Aquí no me faltaba nada, pero me tocó cambiar de aires y tuve que adaptarme.

Ni siquiera las graves lesiones que padeció le hicieron desistir en su propósito de acabar en el Athletic.

Las dos primeras roturas de cruzado fueron estando aquí, en el Bilbao Athletic y al año, cedido en el Mirandés. Fueron muy seguidas y yo era muy joven. Aquello me vino cuando empezaba a acariciar mi sueño. Fue complicado gestionarlo. La tercera rotura fue distinta, ya pertenecía al Mallorca, tenía otra edad y sabía lo que tenía que hacer. También me sirvió la motivación que supuso el ascenso a Primera.

“He convivido en vestuarios muy buenos, pero ninguno es comparable al del Athletic, es uno de nuestros puntos fuertes”

Antes de salirse con la suya, de venir a casa, militó en siete conjuntos a lo largo de diez temporadas. Catalogarle como un modelo de perseverancia no sería faltar a la verdad.

Jugar al fútbol es mi profesión, lo que me motiva. Es verdad que en los primeros años los cambios de equipo fueron difíciles, pero puedo decir que en pocas semanas conseguía amoldarme. Si cambiaba tanto de club era porque quería estar en Segunda, que es una categoría potente, idónea para crecer, para mi desarrollo como jugador.

En Bilbao llamó mucho la atención su fichaje por el filial del Barcelona. Se empezó a decir entonces que el Athletic había dejado escapar a un jugador que había sido suyo.

Yo estaba a gusto en el Numancia y ese año el Barça B ascendió a Segunda. Buscaban a alguien con experiencia en la división que no fuera un veterano. Pude conocer por dentro el club y subí alguna vez a entrenar con la primera plantilla. Era consciente de que me saldrían opciones interesantes si allí lo hacía bien.

¿Cuántas veces en su largo peregrinaje supo del interés del Athletic? Porque no faltaron rumores al respecto varios veranos.

Del Athletic solo me llamaron una vez y ni me lo pensé. Cuando recibí la llamada, resulta que terminaba contrato en el Mallorca, lo que facilitaba la operación. De no haberse producido esa llamada, pues hubiese seguido a gusto en el Mallorca, o en otro sitio, quién sabe. Tampoco se acaba el mundo aquí.

No, por supuesto, pero estamos hablando de que era su sueño.

Sí, ya he dicho que, para mí, volver era lo máximo. 

¿Cuánto había cambiado por dentro el Athletic en una década?

Me fui de un Athletic y volví a otro Athletic. Al principio estaba en el vestuario con Gurpegi, Iraola, Balenziaga, jugadores que fueron retirándose. Al volver, me encontré con De Marcos, Muniain, Raúl García... Yo lo que he visto siempre es que los capitanes, los de antes y los de ahora, inculcan a los demás cómo es esto. Así que después de diez años la esencia del vestuario es la misma.

Factor clave para entender el Athletic, factor que se percibe sobre la hierba.

Fuera de aquí he convivido en vestuarios muy buenos, pero ninguno es comparable al del Athletic. Aquí todo el mundo va en una misma dirección, es uno de nuestros puntos fuertes.

“Aunque confiaba mucho en mí, cuando vine no sabía si jugaría mucho, poco o nada; por suerte, jugué desde el primer día”

En su sueño también veía que sería indiscutible en el Athletic.

Estando fuera veía que siempre había centrocampistas importantes. Cuando vine sabía que compartiría línea con unos jugadores que considero muy buenos y, aunque confiaba en mí, la verdad es que no sabía qué pasaría, si jugaría mucho, poco o nada. Por suerte, jugué desde el primer día.

Firmó para dos campañas y ese contrato finaliza en junio.

Sí, me ofrecieron dos años y yo, encantado. Ahora trataré de alargar esto. Todavía nadie se ha dirigido a mí, pero estoy tranquilo. Estoy participando, juego de inicio con continuidad. Si lo hago bien, tendré la posibilidad de seguir.

“No sé qué pasará, el fútbol cambia muy rápido, pero ojalá tenga unos años más de carrera y acabe aquí, sería precioso”

Ha cumplido 31 años, acaso no piensa en colgar las botas, dirá que eso aún le pilla lejos, pero su ideal incluirá retirarse en el Athletic.

No sé qué pasará, en el fútbol todo cambia muy rápido. Pero, sí, ojalá tenga unos cuantos años más de carrera y acabe aquí. Sería precioso. De momento, estoy muy centrado en el día a día porque he vivido un montón de situaciones y valoró mucho encontrarme bien, en el Athletic, en casa, siendo útil. Mientras el club quiera y yo pueda… También es muy importante la estabilidad desde el punto de vista familiar, sobre todo después de haber pasado por tantos sitios.

¿Es el mejor futbolista que pensaba que podría llegar a ser? 

¡Vaya pregunta! De pequeño sabía que no sería fácil jugar y asentarme arriba, que los que lo lograban eran contados. Luego, he estado mucho tiempo en Segunda y ya llevó unos años en Primera y estoy en el Athletic; es más de lo que nunca hubiese imaginado. Y encima, he podido subir a la gabarra. Eso me queda para toda la vida.