No siendo los únicos aspectos que condicionan el rendimiento individual, adaptarse a las necesidades del equipo y asumir el rol asignado por el entrenador, son cuestiones que suelen determinar el signo de la temporada del jugador. Cuando Alex Berenguer aseguraba en estas páginas que su objetivo en el curso vigente no era otro que “dar el máximo en cada partido, da igual que sea titular o suplente”, no pretendía parecer correcto. Tampoco conformista. En realidad, estaba expresando su convencimiento de que podía ser una pieza importante, por calidad, experiencia, versatilidad y ambición.
La campaña anterior vio cómo sus estadísticas se resentían. No todas porque, como acostumbra, volvió a destacar por su disponibilidad: nadie tomó parte en tantos partidos oficiales como él: 41. Un año antes, en la 2022-23, compartió ese honor con De Marcos, Nico Williams y Vesga, para alcanzar los 43, pero entonces gozó de la titularidad con una frecuencia muy alta, algo que no sucedió en la 2023-24: de jugar 31 veces de inicio, pasó a 19. Una inercia que, lógicamente, repercutió en su cuota de protagonismo: descendió cuatro puestos en la lista de minutos acumulados.
Estos datos alimentaban una incertidumbre en torno a su futuro inmediato. Los hermanos Williams eran intocables, lo mismo que Sancet o un Guruzeta erigido en el goleador del equipo y, encima, el club se había hecho con los servicios de Álvaro Djaló a cambio de un fuerte desembolso. La tardanza de Berenguer en aceptar la renovación de contrato que le ofrecía Ibaigane, unida a la existencia de diversas propuestas para cambiar de aires, indujo a dudar sobre su continuidad en el Athletic. Luego, él explicaría que, en realidad, había tomado su decisión con margen suficiente, entre febrero y marzo, y esta no era otra que extender su vínculo hasta 2027.
En su fuero interno, Berenguer sentía que estaba capacitado para ser útil y quería demostrarlo. Bueno, pues de momento, después de catorce compromisos oficiales correspondientes a LaLiga y la Europa League, tanto su aportación como sus números indican que no iba descaminado. En efecto, no es capital ser fijo en las alineaciones para convertirse en un elemento valioso. Por supuesto que no es lo mismo ser titular o suplente, pero esa cuestión no tiene por qué ser un impedimento para que un futbolista goce de la confianza del entrenador y luzca al nivel de los mejores.
Berenguer solo ha dejado de intervenir en una oportunidad, ocurrió en la tercera jornada frente al Valencia, día en que Ernesto Valverde le concedió a Djaló su primera titularidad y Martón dispuso de los únicos minutos hasta la fecha. Hasta en ocho encuentros ha jugado de salida y en cinco más se incorporó en las segundas partes. Una presencia que se traduce en 719 minutos, alguno más que Sancet (701), no muy lejos de Nico Williams (791) y a más distancia de Guruzeta (881) e Iñaki Williams (1.156), el que nunca descansa. Djaló vive una situación incomparable a los enumerados con 321 minutos, al igual que Unai Gómez, 400.
Berenguer ha solido actuar en ambas bandas, preferentemente, pero a ratos ha ejercido de falso delantero y la novedad fue verle de enlace de inicio coincidiendo con una de las ausencias de Sancet. En teoría, Unai era el designado para relevar al navarro, pero en la visita del Espanyol a San Mamés, el técnico apostó por colocar a Berenguer a la espalda de Guruzeta. El resultado fue espectacular. Más allá de las concesiones del rival, Berenguer acaparó los focos con un despliegue de recursos que causó sensación.
Todo lo hizo perfecto, su incidencia en el juego resultó clave. De sus botas salieron sendos pases para que Iñaki Williams firmase un doblete y él mismo cerró la goleada con una brillante maniobra en el área. Un comportamiento que mereció la consideración de gran descubrimiento: por fin alguien en esa demarcación lograba un impacto similar al que siempre se espera de Sancet, se dijo.
Sin restar un ápice de mérito a su contribución, no cabe obviar que el experimento estuvo mediatizado por la débil oposición que planteó el Espanyol. Cinco días más tarde, Valverde repetía la jugada contra el Slavia Praga con un resultado muy diferente. No ya en lo que compete a Berenguer, si no al conjunto en general.
En fútbol conviene poner coto al vicio de fantasear, pero más allá de tal o cual día, lo que prevalece en el caso de Berenguer es la línea que está describiendo. Un comportamiento y una actitud que le destacan sobre la media en el análisis de los futbolistas que se reparten las posiciones ofensivas. Salta a la vista que el entrenador cuenta con una baza muy interesante para dinamizar el ataque, fomentar la competencia e intentar emular los registros goleadores de la temporada anterior, básicos para aspirar las metas marcadas.
Los datos
- Sexto que más juega en liga. Alex Berenguer es uno de los futbolistas del Athletic que más minutos suma en la presente temporada. En concreto, en liga acumula ya en los once primeros partidos un total de 619 minutos, que le sitúan como el sexto jugador más utilizado por Ernesto Valverde. Solo no jugó en la tercera jornada, frente al Valencia. En Europa sus números son algo inferiores y con 100 minutos jugados ocupa la décimo tercera posición.
- Máximo asistente. Con cinco pases de gol (4 en liga y 1 en Europa League) es el máximo asistente del equipo. Además suma un gol este curso.