El Athletic visita la casa de 'Tócame Roque'
La victoria en Mestalla concede una dosis de oxígeno al Barcelona, pero los múltiples problemas que lastran el proyecto de Flick permanecen
El Barcelona ha dejado de vender motos, pero continúa necesitando agilizar la venta de jugadores. La insolencia de que ha hecho gala durante el verano se desvanece coincidiendo con el inicio de la competición. Aún quedan diez días para el cierre del mercado y ya a nadie del club o del entorno culé se le ocurre mentar siquiera a Nico Williams, salvo para censurar que se haya utilizado al extremo rojiblanco a modo de cortina de humo ante las acuciantes apreturas financieras que, sin ir más lejos, impidieron la inscripción de Dani Olmo, fichaje estrella de la temporada, para el estreno liguero en Mestalla.
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Frente al Valencia, Hansi Flick tuvo que diseñar un once de circunstancias que incluía a tres jugadores de 17 años (Yamal, Cubarsí y Bernal, que debutaba en la categoría) y dos de 20 (Balde y Casadó). En la segunda mitad se produjo el estreno de Gerard Martín y Pau Víctor. Había cinco chavales del filial más en la lista. Al técnico alemán no le quedó otra que mirar abajo porque no puede contar con los Lenglet, Mika Faye o Vitor Roque, personal con el que Deco confía en hacer caja para cuadrar el fair play financiero, un obstáculo que lleva cuatro campañas mediatizando el potencial de la plantilla.
Los problemas de disponibilidad no son solo económicos, pues la relación de bajas por lesión es asimismo prolija. De momento, permanecen en el dique seco los Araujo, Gavi, De Jong y Gundogan. Este último, debería entrar en la próxima convocatoria, la que Flick diseñará para recibir al Athletic el sábado. El internacional alemán, el futbolista que más encuentros acumuló la campaña anterior, fue excluido por un contratiempo leve, un golpe, pero estará listo y todo indica que los rumores que le situaban fuera del Barcelona se han desvanecido por completo. Al menos, así lo expresó el entrenador tras el compromiso celebrado en Valencia.
En el apartado de altas inminentes, citar asimismo a Fermín, centrocampista que acaba de incorporarse a los entrenamientos después de un verano en que ha encadenado la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de París. También se espera que Balde, que solicitó el cambio en Mestalla por unas molestias, sea de la partida. No se adivinan más novedades de cara al choque con el Athletic, lo que no será óbice para que haya noticias antes del fin de semana. Tal como se ha apuntado, las mismas versarían sobre posibles descartes. El Barcelona posee un particular interés en resolver la marcha de Lenglet, en la órbita del Atlético de Madrid y con contrato en vigor hasta 2026, a razón de 18 millones anuales de ficha. Recordar que el central galo ha estado cedido los dos cursos anteriores en el Aston Villa y el Tottenham.
Del grupo que manejaba Xavi han hecho las maletas Sergi Roberto, Marcos Alonso, Cancelo, Joao Félix y Oriol Romeu. Los dos primeros se hallan sin equipo, el lateral luso ha regresado al City, al igual que su compatriota al Atlético de Madrid, ambos estaban cumpliendo cesión. Mientras que Romeu ha vuelto como cedido al Girona y en el camino se ha cruzado con Eric García, que estaba a préstamo, y Pau Víctor, por el que han abonado casi tres millones. Ellos, junto a Olmo, son los únicos que interesan a Flick, además de los jóvenes procedentes de la cantera. Se desconoce qué ocurrirá con Ansu Fati que pasó sin pena ni gloria por el Brighton y a quien no ven con capacidad para hacerse un hueco en Can Barça tras las graves lesiones que apagaron aquel prematuro fulgor que le llevó a heredar el dorsal de Messi.
A expensas de que el enrevesado panorama que vive el equipo se vaya aclarando, los tres puntos sumados a costa del voluntarioso Valencia conceden un margen para serenar los ánimos y abrir un resquicio a la ilusión. Además, ya se sabe que la vida en el Barcelona se nutre constantemente de los males del Real Madrid, que no pasó del empate en Son Moix, adonde acudió con su formación de gala.
En la capital catalana se aferran al instinto depredador de Lewandowsky y a la irrupción de caras nuevas que, bien mezcladas con veteranos ilustres (Ter Stegen e Iñigo Martínez) y tipos contrastados (Koundé, Yamal, Raphinha o Ferrán Torres), supieron negociar un pulso exigente y remontar el gol inicial del Valencia. En la recta final los azulgranas hasta acariciaron la goleada, pero la prioridad, además del marcador, consistía en transmitir una imagen de solidez, razonablemente eficaz, en un contexto incierto.
Superado con buena nota el primer examen, el cruce con el Athletic se prevé singularmente tenso, básicamente porque el concurso de Nico Williams, más allá del protagonismo que cobre en el juego, podría convertirse en un factor ambiental clave si el resultado no sonríe al anfitrión.