Las numerosas bajas condicionan al AthleticAthletic Club
Los partidos oficiales colocan a cada equipo en su sitio, actúan de termómetro para conocer su potencial y comprobar si se corresponde al rendimiento. La suma de resultados acaba siendo el reflejo ajustado de la realidad, lo que en verdad cuenta por encima de expectativas, cálculos, ilusiones y discursos. La ausencia de competición dificulta la valoración, por lo que las pretemporadas se han de coger con pinzas. Conviene no extraer conclusiones de lo que sucede en el verano. El riesgo de equivocarse es elevado y no solo por el hecho de que los amistosos sean meros campos de pruebas que relativizan el significado del marcador.
Para ilustrar esta reflexión no es necesario tirar de memoria o bucear hasta las profundidades de la hemeroteca, basta con recordar lo ocurrido hace doce meses. El Athletic inició el período de preparación con un desplazamiento a México, donde jugó dos encuentros de escaso fundamento por el nivel y la actitud de los rivales, Guadalajara y Necaxa, y, sobre todo, por las condiciones que rodearon aquellos cruces. Como no podía ser de otro modo, la incomodidad de los jugadores, de la expedición en su globalidad, acabó trascendiendo. De regreso a casa, los de Ernesto Valverde no levantaron el vuelo: empate con el Racing y el Eibar, en medio una derrota en Glasgow ante el Celtic y un nuevo empate en campo neutral, en Dublín, frente al Manchester United.
Más allá del 1-1, este último acaso fuera el ensayo más esperanzador de todos, dada la entidad del rival y porque antecedía al comienzo del campeonato de liga. Era el ensayo general con vistas a recibir al Real Madrid en San Mamés pocos días después. Bueno, pues el comportamiento del Athletic en el clásico decepcionó ampliamente. Perder con los merengues entraba dentro de lo asumible, por supuesto; no así la blandura y el despiste exhibidos por el equipo. De inmediato, el aparatoso tropiezo se asoció a cuanto había pasado previamente: una pretemporada sin gracia, que había añadido más dudas a las surgidas durante la campaña 2023-24.
Lo que vino después no hace falta mencionarlo siquiera, pero no será sencillo hallar un precedente de contrastes tan extremos como entre lo vivido a lo largo de julio y agosto y lo gozado en los meses siguientes, de agosto a mayo y prácticamente sin interrupción. La mejor temporada en tiempo se gestó a partir de una de las pretemporadas más anodinas que se recuerdan. Así que para qué meterse ahora en líos con deducciones en torno a lo presenciado en la primera mitad de la preparación.
Además de que resta la otra mitad, un buen número de sesiones de entrenamiento y cuatro amistosos, hay que fijarse en los problemas de disponibilidad de efectivos padecidos hasta la fecha. Aquí sí se localiza un motivo serio de preocupación. El principal se localiza en la portería y ha sido profusamente tratado.Alex Padilla debe asumir una responsabilidad para la que no estaba destinado y cuya vigencia, de momento, está por desentrañar. Aparte de este inconveniente, asoman las dudas que ofrece el estado físico de gente llamada a la titularidad y que todavía no ha tomado parte en ninguno de los tres partidos celebrados.De Marcoso, Paredes y Galarreta permanecen inéditos, sin que se sepa a ciencia cierta su estado. A este trío se sumó Mikel Vesga, lesionado ante el Burgos, víctima de unos problemas musculares que se suponen pasajeros. El cupo de ausentes lo completan los internacionales Vivian y Nico Williams, ambos de vacaciones en la actualidad.
Esta serie de inconvenientes mediatiza los planes del técnico y se nota especialmente en ocasiones como la del pasado sábado, con un adversario de entidad y más rodado enfrente. Es probable que en los próximos compromisos, el jueves en Las Llanas contra el Eibar y el sábado en Lasesarre con Osasuna en el marco de la Euskal Herriko Kopa, se registren novedades y pueda verse en acción a alguno de los ausentes.
Seguro que la mayoría estarán aptos para entrar en la rueda de cara a los dos encuentros más lejanos, el 7 y el 10 de agosto frente a Aston Villa y Stuttgart. No obstante, hay que considerar que cualquiera de los citados acumula un retraso objetivo en su proceso de puesta a punto, incomparable en intensidad a la dinámica del grueso del plantel.
Mercado
Crece el valor de la marca Athletic
El club 35 a nivel internacional. La consultora Brand Finance Football hizo público un informe en el que se establece el valor de la marca de los 50 clubes más valiosos del plano internacional. El Athletic ha ascendido nueve posiciones con respecto al anterior ranking para situarse actualmente en el número 35 a nivel mundial, según informó la entidad bilbaina. El club que preside Jon Uriarte, con un valor de marca de 125 millones de euros, se ha situado en quinta posición entre los equipos de LaLiga, por detrás de Real Madrid (1.685 millones), Barcelona (1.542), Atlético de Madrid (519) y Sevilla (135). La clasificación elaborada por Brand Finance Football ubica al Real Madrid en primera posición, seguido por Manchester City, Barcelona, Manchester United y Liverpool.