La afición del Athletic va descontando los días para la final de Copa del próximo 6 de abril en La Cartuja. Mientras ultiman los preparativos del viaje aquellos que bien con entrada o sin ella estarán en Sevilla, los nervios van en aumento y con ello afloran también los recuerdos de las últimas finales de Copa disputadas, y perdidas, por los leones. Mientras tanto, la plantilla, con las ausencias de los internacionales, que no llegarán a Bilbao hasta el miércoles o el jueves, comienza a preparar la siempre complicada visita al Santiago Bernabéu, donde no gana al Real Madrid desde el año 2005. Todo un clásico como antesala de la gran final.

Que las bajas temporales tengan una afección mínima en el colectivo es el deseo de un Ernesto Valverde que aseguró en la previa del derbi ante el Alavés que el parón por los distintos compromisos de las selecciones trastoca sus planes. Reducir el impacto a la mínima expresión será positivo para un Athletic que está en una muy buena dinámica, hasta el punto de que los resultados obtenidos en sus últimos encuentros no tienen comparativa con los de otras finales. Es la importancia de las dinámicas. Eso sí, tampoco el rival que aguarda en La Cartuja es el de casi siempre, el Barcelona.

Si acaso, la trayectoria dibujada por el equipo en 2015 guarda ciertas similitudes con la actual. En un curso marcado por el anuncio de la marcha de Andoni Iraola, que se despidió con honores de San Mamés en el choque que cerró la liga, con gol suyo para redondear una goleada al Villarreal (4-0), el equipo rojiblanco, dirigido entonces también por Valverde, enlazó cuatro victorias y tres empates en los partidos previos a la final, la cita que puso fin a la campaña. El Barça de Luis Enrique, el mejor que se recuerda desde la marcha de Pep Guardiola, que conquistó también el triplete, no daría luego ninguna opción al Athletic en la final, que para colmo se disputó en el Camp Nou. Lo sucedido entonces sirve para demostrar que las dinámicas son importantes, pero que la entidad del rival puede superarlas en relevancia.

¿Quién ganará la final de Copa?

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Sobre el papel, tampoco llegó mal el conjunto rojiblanco, con Joaquín Caparrós en el banquillo, a la cita de 2009, la que puso fin a 25 largos años sin presencia en una final. Claro que aquel equipo, que se sacudía aún los apuros del bienio negro, peleaba por quedar en mitad de tabla y certificó su permanencia en Primera de manera virtual tras ganar por la mínima al Betis solo cuatro días antes de la final, que se disputó un miércoles. Lo hizo con un equipo plagado de suplentes. Tras caer ante Osasuna (2-1) y Deportivo (0-1), el equipo llegó impulsado a Mestalla, con 10 puntos sobre doce en sus cuatro partidos previos, pero en Valencia se topó con la obra de Guardiola y el fútbol hecho poesía. Nada que hacer.

Tres años después, de la mano de Marcelo Bielsa, el conjunto rojiblanco alcanzó las finales de la Europa League y la Copa. Aquel equipo dejó encuentros para el recuerdo (Old Trafford, Gelserkinchen, varios en San Mamés...), pero llegó desfondado, sin oxigeno, al tramo final de la campaña. Dos semanas antes de medirse al Barça con el título copero en juego, los leones cayeron goleados frente al Atlético de Madrid en Bucarest. Las escasas rotaciones y el cargado calendario pasaron factura a un equipo que tras eliminar al Sporting de Portugal en las semifinales continentales, no volvió a ganar ni un solo partido. Y tampoco marcó tanto alguno en seis encuentros, entre ellos las dos finales. Además, vio cómo el Real Madrid de José Mourinho ganaba la liga en San Mamés.

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Así ha sido la vuelta de Marcelo Bielsa a San Mamés Borja Guerrero

Sin llegar a ese extremo, pero algo parecido le sucedió al Athletic en 2021, cuando tuvo que jugar dos finales en solo quince. La primera, frente a la Real Sociedad, aplazada en 2020 por la pandemia del covid; y la segunda, contra el Barcelona. Antes de disputar aquel derbi histórico, los leones eliminaron al Levante en semifinales de Copa –lo que les dio el pase a la final ante el Barça– y ganaron acto seguido al Granada en La Catedral, pero después no volvieron a ganar hasta ocho partidos después, con sendas derrotas en las finales.

Este curso

Ahora, las cosas son bien distintas para el Athletic, que llegará a la cita ante el Mallorca asentado en posiciones europeas, quizá aún en puestos de Liga de Campeones, y con una trayectoria inmaculada. Así lo corroboran las dos únicas derrotas que ha cosechado en los últimos tres meses y medio de competición, frente al Valencia y el Betis. Además, Valverde ha conseguido involucrar de manera activa a un buen puñado de futbolistas, no solo a los titulares, y en sus últimos diez partidos ha logrado mantener su portería a cero en ocho ocasiones, con un balance de 16 tantos a favor y 5 en contra.

¿Y el Mallorca? Lo cierto es que al equipo de Javier Aguirre tampoco le van nada mal las cosas. Tiene ocho puntos de margen con respecto al descenso y, aunque en sus diez últimos partidos ha sufrido cuatro derrotas, estas han sido ante cuatro de los siete primeros clasificados de liga: Betis, Athletic, Real Sociedad y Barcelona. En esos encuentros, solo bilbainos y donostiarras han sido capaces de hacerles más de un gol. En definitiva, dejando al margen lo que pueda acontecer este fin de semana, las dinámicas de ambos equipos son positivas. Llega mejor el Athletic, sí, pero no hay nada escrito sobre ello...