El estado del césped de San Mamés lleva varios años siendo un quebradero de cabeza para los cuidadores del mismo. Prácticamente desde que el nuevo campo sustituyó al viejo en 2013 la situación del verde sobre el que pisan los futbolistas del Athletic ha traído por la calle de la amargura a sus responsables. Sus cuidados se miman al detalle, aunque la ampliación de la cubierta que se llevó a cabo en el año 2016 para evitar que los socios de las filas más bajas se mojaran en los días de lluvia supuso una complicación añadida a la que no parece encontrarse una solución definitiva. Ahora, rara es la ocasión en que la hierba de ‘La Catedral’ luce perfecta, especialmente si se observa desde una posición elevada.
El pasado mes de octubre, cuando solo se habían disputado cinco partidos de la presente campaña y el césped llevaba sin tocarse desde mayo, el club decidió sustituir el mismo debido a su mal estado y ahora, tras varios días de intensas lluvias, mucho frío y poco sol, la hierba de San Mamés tendrá una gran prueba de fuego, pues el campo bilbaino acogerá tres partidos en solo cuatro días.
Este sábado, el primer equipo masculino del Athletic recibirá a la Real Sociedad en el que será el primer encuentro de la segunda vuelta de liga. 24 días después –la Unión Deportiva Las Palmas fue la última en jugar en Bilbao el pasado 20 de diciembre–, el fútbol vuelve a ‘La Catedral’, que vivirá su particular cuesta de enero y muchos ojos estarán puestos sobre el estado del terreno de juego. El domingo, 21 horas después de la conclusión del derbi, el primer equipo femenino jugará en el mismo escenario ante el Madrid CFF en los octavos de final de Copa y la tropa de Ernesto Valverde volverá a competir en San Mamés el martes, cuando recibirá al Alavés también en los octavos del torneo del K.O.
Por lo pronto, solo se esperan lluvias en Bilbao para las jornadas del miércoles y el jueves, si bien es posible que el domingo o el lunes también caiga algún tipo de precipitación. El sol se dejará ver, en principio, el viernes y el sábado, aunque en la madrugada del sábado los termómetros podrían desplomarse incluso por debajo de los cero grados. Un hecho que no beneficiará en absoluta a un césped que tendrá una dura prueba de fuego con la disputa de tres encuentros en solo cuatro días.