El programa de Aste Nagusia tiene una cita esta tarde en San Mamés. Con los efluvios de la primera noche festiva seguro que haciendo mella en muchos cuerpos -lo que pasa en las txosnas se queda ahí-, la parroquia rojiblanca quiere que el Athletic contribuya a animar la semana grande. Por segunda jornada consecutiva como local, el conjunto de Ernesto Valverde recibe a un rocoso Valencia. Una cita que llega después del empate sin goles del pasado lunes frente al Mallorca, un duelo donde los leones, muy superiores a los bermellones, crearon un buen número de ocasiones de gol pero que no tuvieron la rúbrica en el marcador.

Toca apretar y atinar ante el equipo de Gennaro Gattuso. El italiano, que ha aterrizado este verano en la ciudad del Turia, era un guerrero sobre el césped cuando ejercía de centrocampista. Y ahora, desde los banquillos, plantea un juego muy intenso, con presión alta, pero sin eludir el toque con una propuesta más atractiva que la de Bordalás. Un nuevo Valencia que parece que le tiene tomada la medida al Athletic desde que, precisamente, Valverde dejó Bilbao por Barcelona hace cinco años. Una sola victoria en doce encuentros suman los bilbainos en dicho periodo de tiempo, en el que se contabilizan cuatro empates y hasta siete triunfos valencianistas. El más doloroso llegó en el partido de vuelta de la semifinal de Copa que midió a ambos equipos el pasado curso. Después del empate a un gol registrado en la ida en San Mamés, un solitario tanto en Mestalla de Gonçalo Guedes -traspasado hace unos días al Wolverhampton por 30 millones de euros-, dejó al Athletic sin la que hubiera sido su tercera final de Copa consecutiva.

Un once muy similar

Pero si la producción ofensiva es la misma que ante el Mallorca, lo normal es que el balón acabe entrando y los tres puntos se queden en casa. Es el propósito de Valverde, que es probable que repita el mismo once que en la primera jornada. Con Simón intocable, en defensa, De Marcos, Vivian, Yeray y Berchiche tienen plaza asegurada ante la baja de Iñigo Martínez, que sigue fuera de la dinámica del grupo y, como pronto, no se le espera hasta la visita al Cádiz. Con Vesga asentado como pivote, se podría especular con la entrada de Zarraga por Sancet en la medular para aportar más trabajo defensivo. Otro fijo es Muniain, que antes de comenzar el duelo será homenajeado por sus 500 partidos en compañía de Markel Susaeta, otro ilustre del club.

En ataque, con Berenguer e Iñaki Williams por las bandas, también se espera que Villalibre vuelva a ser la referencia arriba. El Búfalo hizo ante el Mallorca todo lo que se le pide a un nueve. Solo le faltó marcar al gernikarra. En la recámara, Txingurri tiene a Raúl García.